El Rayo Vallecano visitaba a un Leganés que ha conseguido instalarse en la zona alta de la tabla después de un inicio de competición con muchas dudas. Los de Iraola visitaban Butarque después de un decepcionante empate en casa ante el Cartagena, mientras los locales buscaban olvidar el tropiezo de Ponferrada y, sobre todo, la decepción de un gol anulado por el VAR en tiempo de descuento que les hubiese brindado un punto ante los de Bolo.

Tanto unos como otros tenían enfrente a ese rival que te hace dar un salto de calidad si le derrotas, pero que te puede dejar muy tocado si el resultado no es favorable. Para conseguir 'rascar' algo de Leganés, Iraola tiró del mismo once que dispuso en Zaragoza, donde se lograba la segunda victoria a domicilio de la temporada. Debió pensar el técnico que si allí salió bien, ¿por qué no repetir? Pero no debemos olvidar que la victoria se gestó en una segunda mitad atípica en la que el Rayo cambió radicalmente de imagen y de futbolistas y se lanzó a tumba abierta en busca de un resultado que finalmente obtuvo.

La idea inicial de hoy era, en principio, ser protagonista, pero sin descuidar la retaguardia, siendo conscientes del potencial del rival en zona de ataque. Y dicho y hecho. Primera llegada del Leganés, balón interior para Arnáiz y en cuatro minutos de juego el Rayo ya iba a remolque.

El partido arrancó con ritmo vertiginoso por ambos bandos. Pozo dirigía las hostilidades de un equipo que buscaba volcarse a ambas bandas para sorprender. El malagueño filtró un gran balón para la ventaja en carrera de Alvaro, que remataba al lateral de la red. Era la respuesta del Rayo al gol local.

Superado el primer cuarto de hora el partido estaba nivelado, aunque era el Rayo el que buscaba jugar en campo contrario. Trejo y Pozo intentaban buscar a Qasmi en la frontal del área, o miraban a la izquierda para encontrar a Alvaro. Siempre se estrellaban contra la defensa pepinera que, recuperado el balón, lanzaba veloces contras para desequilibrar a los franjirrojos.

Antes de la media hora sería Andrés Martín el que gozaría de una buena ocasión tras pase al hueco para Qasmi y centro atrás con remate del delantero vallecano que se marchaba junto al palo. Volvía a avisar el Rayo, que tenía más presencia en campo rival, aunque seguía costando mucho trabajo convertir ese dominio en peligro. Pozo estuvo cerca, tras un buen envío de Andrés, pero su remate se marchaba fuera demasiado cruzado, y Qasmi, en boca de gol, no acertó a rematar un gran envío del propio Andrés. El Rayo perdonaba, el Leganés respiraba. 

La primera mitad era vibrante y todavía tenía más sorpresas en el horizonte. Rubén Pardo lanzó una falta que fue cerrando su ángulo para estrellarse en el poste de un Dimitrievski superado y Pozo, tras un rechace de un defensa, llegaba solo ante Cuéllar para rematar de primeras. Tapó el portero lo justo para enviar a córner. El Rayo merecía el empate, pero se iba al descanso por debajo en el marcador.

El VAR no entró a 'rearbitrar' una mano de un defensor del Leganés dentro del área

La segunda mitad arrancó igual que había finalizado la primera. El Rayo dominaba, marcaba el ritmo y generaba las ocasiones. Martín pudo superar a Cuéllar, pero el portero respondió con una gran intervención. El equipo de Iraola seguía desperdiciando una tras otra todas las ocasiones generadas en un partido que dominaba con claridad hasta que Dimitrievski se equivocó dejando al equipo en inferioridad. Las continuas protestas del portero provocaron su expulsión y el Rayo tenía que jugar media hora con diez y sin Trejo, que fue el sacrificado para que Luca pudiera debutar bajo palos.

A imagen y semejanza de lo ocurrido en La Romareda, Iraola retrasaba a Oscar Valentín, dejando la franja central para un Comesaña que, fresco, pero sin apoyos cercanos, debía canalizar el juego ofensivo del equipo. Mucho más cuando el colegiado, a falta de diez minutos para el final, expulsaba a Rubén Pérez por evitar una contra de uno contra uno de Alvaro. El Rayo veía más cerca el empate.

Pidió penalti con vehemencia el Rayo por unas manos muy claras de un defensor pepinero. El VAR no avisó al colegiado y la acción quedó sin 'rearbitrarse', mandando al limbo una jugada repetida cientos de veces en esta liga y que en esta ocasión no favoreció al Rayo. Los de Vallecas se sintieron penalizados por la inacción de una herramienta que no quiso saber nada en esta ocasión.

El Rayo lo intentó hasta el final, pero no pudo lograr un empate que mereció y que no pudo conseguir por su falta de acierto, por la pegada del rival y porque el VAR miró para otro lado.