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RAYO VALLECANO. Natalia

Natalia merece otro trato

La capitana del Rayo Vallecano ha decidido 'colgar las botas' y el club se aferra a sus dos años de contrato

Escrito por Viernes, 06 Julio 2018

    Opinión. "Si hay alguien en el Rayo que se ha ganado el respeto desde el trabajo, si hay alguien en el Rayo que se merece el mejor de los tratos, si hay alguien en el Rayo que casi, casi, casi, puede hacer "lo que le dé la gana", esa es Natalia".

    Opinión. En la vida hay diferentes formas de afrontar las situaciones. Te puedes agarrar a la 'legalidad'. que siempre tendrás las de ganar, o puedes hacer las cosas con el sentido común que te brinde tu propia conciencia. Puedes aferrarte a un contrato, una cláusula, un acuerdo o un "negocio" o puedes valorar la situación desde la lógica que aporta saber lo que tienes entre manos. Todo esto viene a colación por la extraña situación creada en torno a una de las insignias del RAYISMO (lo pongo con mayúsculas porque así lo creo). Natalia, capitana y buque insignia histórico del Rayo Vallecano Femenino, aquel equipo que paseó su nombre por Europa, el mismo que permitió a Raúl Martín Presa viajar a Londres para que "su" Rayo se enfrentara con el Arsenal, pues bien, esa jugadora, persona y representante del Rayo Vallecano, tiene problemas con el club, que significa tener problemas con Raúl Martín Presa. El presidente, mirando por el bien de la institución, se supone, da la espalda a la realidad, a la lógica, a la empatía, al sentido común y al rayismo.

    Hace casi un mes, en PxR supimos de la intención de Natalia de 'colgar las botas'. La jugadora había meditado sobre la conveniencia de buscar otros retos más allá del fútbol y, tras darle muchas vueltas, creyó oportuno aparcar definitivamente su carrera como futbolista para emprender una nueva vertiente profesional. En aquel momento, cuando supimos de los impedimentos que le ponía "el club", decidimos no airear dicha situación por respeto a Natalia, porque su 'pelea' debía ser tratada con la máxima discreción y porque, en aquel momento, muchos confiábamos en que la situación pudiera reconducirse. Nada más lejos de la realidad.

    El Rayo no acepta que Natalia abandone con dos años de contrato y una cláusula de rescisión firmada. El Rayo trata a Natalia como (casi) cualquier equipo trata a sus estrellas cuando quiere 'sacar tajada' o se siente 'perjudicado'. El Rayo busca "lo mejor" para sus intereses. El Rayo olvida lo que significa Natalia. El Rayo vuelve a meterse en un 'fregao' de dimensiones impredecibles y que solo puede terminar mal. Otro 'meneo' a la línea de flotación de una sección denostada, maltratada y ninguneada durante tantos y tantos años. Una pena.

    Si hay alguien en el Rayo que se ha ganado el respeto desde el trabajo, si hay alguien en el Rayo que se merece el mejor de los tratos, si hay alguien en el Rayo que casi, casi, casi, puede hacer "lo que le dé la gana", esa es Natalia (igual que en su día será Alicia). Si hay alguien en el Rayo que tiene mucho más valor rayista que Martín Presa y tantos que llegamos después, si hay alguien en el Rayo que si quiere se puede ir y deberíamos ponerle una alfombra roja a su paso, o si se quiere quedar, deberíamos aprovecharnos, esa es Natalia. Me da igual el contrato, me da igual la cláusula, me da igual todo. Estamos hablando de otra cosa más importante: la imagen del Rayo. ¿Puede el Rayo 'dilapidar' cuatro millones de euros en una más que dudosa operación de expansión "allende los mares", pero no puede 'perdonar' una cláusula a la jugadora más internacional e importante que ha dado el Rayo en toda su historia? Inaudito.

    Hay algo que tengo claro, después de varios años al mando todavía hay detalles que me demuestran que no saben lo que tienen entre manos. No se tuvo claro con el 'caso Zozulya' y no se tiene claro con emblemas como Natalia. En Vallecas las cosas son diferentes, para lo bueno y para lo malo. Es lo que tiene estar al mando de un club "de barrio", como ahora nos gusta tanto repetir. De barrio y con valores, pero, sobre todo, comprometido con su gente y sabiendo valorar quiénes representan y quienes no los valores de ese barrio. Natalia sí, por supuesto. Natalia merece otro trato.

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