El Rayo Vallecano afrontaba en Almería su segunda prueba de fuego como miembro de pleno derecho de puestos de ascenso directo a Primera División. La primera se había saldado con empate ante el Valladolid y la segunda, de nuevo a domicilio, nos mostró la cara de la alegría con una victoria que permite seguir soñando con el retorno a la máxima categoría. Para el duelo de los Juegos Mediterráneos, Míchel tuvo que variar en defensa con la entrada de Abdoulaye (la sanción de Velázquez y la lesión de Amaya obligaban) y también lo hizo en la banda, dando entrada a Bebé en lugar de Comesaña. Con la entrada del central, el equipo recomponía su última línea, mientras que la incorporación del portugués pretendía abrir campo y buscar profundidad por las bandas. El primero estuvo a buen nivel todo el partido, el segundo se iría diluyendo con el paso de los minutos.

El Rayo dominó el choque, generó peligro y concedió mucho menos de lo que es habitual. También es cierto que el Almería es un equipo que gira principalmente en torno a su jugador de mayor calidad, Pozo, que hoy estuvo mucho más apagado que de costumbre.

Los primeros compases de partido mostraron a un Rayo que presionaba arriba y que dificultaba la salida del Almería y a un conjunto andaluz que apenas tenía capacidad para acercarse a las inmediaciones de la portería defendida por Alberto. Si a esto le sumamos que, en el primer acercamiento con peligro de los rayistas, Unai acertó con la portería contraria, las cosas se pusieron muy de cara antes de alcanzarse la primera media hora de encuentro. Una buena acción de Raúl de Tomás, que se escapó de tres defensas para dejar el balón atrás, permitió a Unai llegar en ventaja para batir a René y subir el 0-1 (minuto 22).

Al Almería le costó despertar de su letargo. Nano lo intentó con un remate que salvó Alberto en el minuto 29, dando paso a unos momentos de intercambio de golpes que nos llevaron al descanso con el marcador a favor y con buenas sensaciones para un Rayo que había sabido defender y atacar.

La segunda mitad arrancaría con un lanzamiento de Embarba a balón parado que se estrellaría contra el larguero de la portería almeriense. Los de Lucas Alcaraz, conscientes de que el camino recorrido les llevaba a la derrota, intentaron cambiar el rumbo del choque buscando jugar más minutos en campo contrario. Lo consiguieron, se quedaron con el balón más tiempo y buscaron sorprender a Alberto. Pozo repartía balones a la espalda de los centrales en busca de las llegadas de Soleri, Estupiñan estaba cerca de dejar en ventaja al delantero italiano, mientras Caballero remataba de cabeza un balón que se marchaba alto. Eran los mejores momentos de un Almería que, aun así, también sufrió las llegadas de Adri Embarba o De Tomás, que ponían la réplica visitante.

Un gol anulado por fuera de juego del ex-rayista Morcillo (minuto 93) sería el momento definitivo de un partido que deja al Rayo manteniendo distancias con el Cádiz, ampliándolas con el Granada y a la espera de un "favor" del Reus, que cerrará la jornada recibiendo a un Huesca que antes de su partido aventaja tan solo en dos puntos a los de Vallecas.