(Portal Cadista)

El Rayo Vallecano volvió a perder una jornada más después de regalar los primeros cuarenta y cinco minutos en el Carranza ante un Cádiz que fue muy superior a su rival en la primera mitad. El segundo período cambió y los vallecanos pusieron más interés en lograr un empate que finalmente no llegaría.

El equipo de Míchel tiró a la basura los primeros cuarenta y cinco minutos. La falta de intensidad, el juego al 'tran tran' y un sinfín de errores en todas sus líneas, condenaron al conjunto vallecano a tener que apretar los dientes para intentar remontar un partido que se puso cuesta arriba de manera merecida y que bien pudo haber quedado para sentencia en el primer acto. Solo la fortuna puedo evitar que el Rayo, superado totalmente por el Cádiz, no dijera adiós de manera prematura a un partido que arrancó en el último escalón de la clasificación, tras los resultados de la jornada, y que finalizó confirmando ese lugar en la tabla.

El Rayo empezó el partido con la inclusión de Alex Moreno en lugar de Diego Aguirre, pero manteniendo el mismo bloque que en la jornada anterior. Trashorras y Jordi Gómez empezaron manejando el partido en los primeros minutos, pero terminaron desapareciendo completamente, dejando al equipo sin rumbo y permitiendo que el Cádiz, que explotó al máximo su velocidad y verticalidad, se convirtiera en el único protagonista del partido. De hecho, a los seis minutos de juego los gaditanos merecerían adelantarse en el marcador tras un remate de Ortuño que salvó Nacho sobre la línea. Hasta ahí llegó el protagonismo del conjunto franjirrojo, que había tenido más posesión de balón, pero mucho menos peligro que su rival. El resto de la primera mitad para el Rayo fue un suplicio y un cúmulo de despropósitos en casi todas sus líneas.

Los mayores problemas para los de Míchel llegarían en una cesión de Nacho a Gazzaniga. El lateral, sin levantar la cabeza para ver dónde estaba su compañero, cedió atrás y en dirección a la portería. El portero argentino, que había abandonado el marco, tuvo que esforzarse al máximo para salvar el segundo balón sobre la línea del partido. El susto serviría como aviso para lo que sucedería diez minutos después. Un robo de balón del Cádiz en el centro del campo propiciaría una rápida jugada de dos toques verticales, culminados con un gran remate de Alvaro para lograr el 1-0 que hacía justicia a la pobre apuesta del Rayo y a la mayor intensidad de los de Alvaro Cervera.

El Rayo no generaba juego, no tenía llegada y, además, era un desastre defensivamente hablando. Rubén Cruz, tras una buena acción de ataque de su equipo dejando en evidencia a la defensa rayista, remató a las manos de Gazzaniga, cerrándose la primera mitad con una nueva llegada de Alvaro aprovechando un agujero en la banda derecha. El remate del jugador gaditano se estrelló en el poste izquierdo de la portería vallecana, permitiendo a los de Míchel afrontar la segunda mitad con opciones de igualar el encuentro.

Tras la mala primera mitad de los suyos, y con Trashorras y Jordi Gómez totalmente desaparecidos, Míchel daría entrada a Clavería y Miku, despoblando el centro del campo y metiendo más dinamita ofensiva. El cuadro vallecano cambió radicalmente de cara, se metió en campo contrario, apretó más arriba, dominó el juego y generó más acciones de ataque. La primera ocasión para los vallecanos llegaría con un despeje de Ortuño hacia su propia portería salvado por el cancerbero local, abriendo el camino a unos minutos en los que el Rayo sería más intenso y productivo que durante todo el primer período. Javi Guerra solicitó penalti tras un agarrón dentro del área y Amaya, a la salida de un córner, remataría demasiado cruzado un balón que pudo merecer el empate.

El Rayo había dado un paso al frente, se sentía más cómodo y obligaba al Cádiz a mantenerse más replegado. Aun así, el partido se iría consumiendo sin que los franjirrojos acumulasen claras ocasiones de gol. Ebert lo intentó desde lejos, pero su remate se marcharía alejado de la portería de Cifuentes, que solo sufrió cuando Miku, a falta de cinco minutos para el final, ganó un balón y llegó a línea de fondo poniendo un pase atrás al que no llegó Manucho, que había sustituido a Javi Guerra.

El conjunto vallecano sería incapaz de dar la vuelta al marcador y, tras una nueva derrota, finaliza la jornada en una situación crítica que no tiene visos de mejorar. Las sensaciones ya no son suficientes para creer en la remontada de un equipo desquiciado y tocado anímicamente al que ni siquiera el empuje de varios centenares de seguidores en la grada del Carranza le sirvió para despertar. Momentos duros para el rayismo.