Si hay un partido marcado por la ilusión es el Eibar - Rayo Vallecano. La ilusión de sus respectivas aficiones por volver a encontrarse un año más en Primera División, ilusión de sus dirigentes por comprobar la buena salud deportiva de sus respectivos proyectos e ilusión de unas plantillas marcadas por la austeridad, pero con hambre de buenos resultados. La ilusión en Ipurúa no se mide en millones, sino en toneladas.

El de mañana será un choque de trenes con distinto punto de partida, pero con un objetivo común: la salvación y las intenciones de hacer un papel por encima de lo "presupuestado". La apuesta ofensiva del Rayo Vallecano se topará en Eibar con el estilo compacto y aguerrido de un equipo armero que se apoyará en su gran estado físico y anímico para reforzar sus aspiraciones. Ambos equipos tienen razones para sonreír, unos por haber encontrado el camino de la victoria tras mejorar su juego y otros por tener un buen colchón de puntos y por llegar al duelo tras haber realizado un más que digno papel en el Camp Nou, pese a la derrota. Esta última razón es compartida por dos equipos que, con sus armas, fueron capaces de 'complicarle la vida' a todo un F.C. Barcelona.

El Eibar de Mendilibar afrontará el choque ante el Rayo con una idea en su cabeza: saber aguantar el 'exceso' de toques del conjunto vallecano y buscar los errores en la salida para, como ya intentaran algunos otros anteriormente, lograr una ventaja que les permita salir al contragolpe y finiquitar el partido por la vía rápida.

Para lograrlo, el técnico del conjunto azulgrana contará con una convocatoria formada por Riesgo, Irureta, Capa, Lillo, Dos Santos, Pantic, Ekiza, Juncá, Dani García, Escalante, Eddy Silvestre, Barrenetxea, Keko, Verdi, Inui, Hajrovic, Saúl, Arruabarrena, Borja y Enrich.

Una victoria para situarse en puestos de ilusión colectiva

El Rayo Vallecano, tras la abultada victoria conseguida el pasado fin de semana ante el Espanyol (3-0), llega a Ipurúa con la intención de prolongar su buen estado de forma con más resultados positivos, haciendo buena la máxima de su entrenador, la que dice que "lo que no nos vale para ganar al Barcelona o al Madrid, debería valernos para ganar a otros equipos". Con esa intención han viajado los de Jémez hasta tierras guipuzcoanas, tras una semana marcada por lo sucedido el pasado jueves durante la sesión de entrenamiento matinal celebrada en la Ciudad deportiva, cuando el técnico dio muestras de su enfado y disgusto con la actitud de los suyos.

A partir de ahí, serán los jugadores los que mañana (12 horas) demuestren que su actitud y profesionalidad está por encima de toda duda y que las quejas de su técnico por lo visto en la derrota ante el filial de Tercera División, se quedó en una mera anécdota de este arranque de temporada. Lass volvió a entrar en una lista a la que regresa el extremo Pablo Hernández, recuperado tras su lesión ante el Sporting en la quinta jornada, y de la que se vuelven a caer tanto Fariña como Miku, además de los habituales Chengdong, Cissé o Quini que, junto al central Amaya, se quedaron en Madrid a la espera de una oportunidad futura. El Rayo ha viajado hasta Eibar con los siguientes diecinueve jugadores: Toño, Juan Carlos y Lucho; Tito, Nacho, Rat, Zé Castro, Llorente y Dorado; Baena, Ebert, Trashorras, Jozabed, Lass, Bebé y Embarba; Javi Guerra, Manucho y Pablo Hernández.

El Rayo sabe que el de mañana no será un partido fácil, que la gran exigencia física del Eibar obligará a hacer un esfuerzo extra y que deberán estar muy atentos en todas las zonas del terreno de juego para evitar dar facilidades y para aprovechar las ocasiones que se puedan generar. Trashorras volverá a ser el dueño del centro del campo y se espera que tanto Baena como Jozabed se mantengan en un once al que podrá incorporarse Tito, que vio cómo el comité de apelación aceptaba las alegaciones del club y le permitía disputar este choque, pese a su expulsión ante el Espanyol.

Eibar y Rayo confrontarán sus estilos de juego en busca de una ilusionante victoria que les permita meterse en la zona noble de la clasificación, con aspiraciones a seguir soñando en el futuro más inmediato.