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Una solución para la 'tortura' de Vallecas

Escrito por Martes, 06 Octubre 2015

    Opinión. "Dicen no fiarse de quienes les denunciaron y por los que varios de ellos, y alguno extra, fueron detenidos acusados de algún que otro delito".


    Opinión. Pepe vino, vio, triunfó y se marchó. Atrás quedaron sus continuas derrotas y decepciones en Vallecas, las de visitante y las que durante mucho tiempo sufrió también como local, atrás quedaba su ansiedad y su nostalgia. Pepe se comportó como un señor, saludó a los que todavía le recordaban con cariño (que son muchos en Vallecas), no eludió meterse en el jardín de los problemas internos de "su" Rayito y se marchó agradeciendo los aplausos de una grada que hoy está más rota que nunca.

    Da pena, horrorosa pena, asistir al espectáculo que se ha convertido cada partido del Rayo como local. Si lamentables eran los pitos, abucheos y bronca hacia los jugadores del Rayo hace unas semanas, no menos lamentable es comprobar cómo el Estadio de Vallecas se ha convertido en uno más de los que se encuentra uno a lo largo y ancho de nuestra geografía. Sin alma, sin espíritu, sin el 'run run' hecho cántico con el estribillo que sea durante noventa minutos de pasión vallecana. Por ahí se empeñan unos pocos en tapar el silencio con su "Rayo, Rayo, Rayo", por acá otros miran atónitos a un fondo que ni está, ni parece que se le espere, al menos de momento. Y entre tanto, ese último gramo de empuje, ese último sprint, esa última llegada con corazón, se queda por el camino, un camino roto por el silencio de unos y la pasividad de otros. 

    La liga ha apretado las clavijas a los clubes, es evidente. La cruzada de los 'jefes' contra los grupos organizados (o al menos contra algunos) también lo es. Y en Vallecas no iba a ser de otra manera. No gustó el episodio de cordones naranjas, ni las bolsas de Guantanamo, no gustó antes el recuerdo hacia el marido de Cifuentes, ni que a alguien se le buscara 'Vivo o muerto', no han gustado muchas cosas y, en esta vida, todo tiene un precio. Se les pide que se identifiquen, que digan quiénes son, que den sus nombres y DNI. Ellos se niegan, dicen no fiarse de quienes les denunciaron y por los que varios de ellos, y alguno extra, fueron detenidos acusados de algún que otro delito. Además, piden que les dejen animar, que les permitan seguir usando sus instrumentos de animación, sus pancartas, sus símbolos, sus 'tifos', sus bufandas y camisetas... piden que les dejen ser lo que eran y que difícilmente les permitirán volver a ser. Ahora, además, tienen a parte de su propia gente en contra. Eso duele, hace daño, pero era un riesgo a asumir.

    ¿Solución? Sinceramente, no les veo sentándose a discutir unos frente a otros para solucionar problemas.  Y no les veo porque cada uno ve unas causas, unas razones, unas situaciones en las que siempre, siempre, siempre, el culpable es el de enfrente. Mal punto de partida para el entendimiento. Entre tanto, en el medio unos jugadores acostumbrados a que cada partido de local fuera una auténtica pasada, un espectáculo digno de ser vivido, contado y del que sentirse muy pero que muy orgulloso. Ahora algunos se preguntan dónde está el espíritu combativo de la gente de Vallecas, ahora muchos se preguntan si dejar de animar al Rayo es una muestra de fuerza o debilidad, ahora muchos nos preguntamos hasta cuándo tendremos que sufrir este calvario. Para alguien que ama al Rayo, que ha vivido los mejores momentos de ese estado, aquellos ambientes irrespirables, aquella sensación de locura colectiva, hoy es una tortura acudir a Vallecas. Que solucionen esto ya, ¿alguien puede ayudar?

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