Ficha técnica:
Levante (0):Jesús, Toño (Vyntra, minuto 14), Héctor Rodas (A), Navarro (A), Barral (Morales, minuto 45), Rubén, Casadesús, Pedro López, Ivanschitz, Diop (A) y Simao (A) (Víctor Pérez, minuto45).
Rayo Vallecano (2): Toño, Tito, Zé (A), Abdoulaye, Insua, Baena (A), Trashorras, Bueno (Jonathan Pereira, minuto 76), Licá, Kakuta (Aquino, minuto 59) y Leo Baptistao (Manucho, minuto 81).
Arbitro: Estrada Fernández.
Goles: 0-1. Minuto 12. Leo; 0-2. Minuto 32. Leo.
El Rayo Vallecano sumó su segunda victoria de la temporada a costa de un Levante que fue incapaz de mantener el ritmo impuesto por los de Jémez, dominadores del partido de principio a fin y justos vencedores de un duelo en el que supieron imponer sus armas y aprovechar el gran momento goleador de Leo Baptistao. El brasileño mantiene la vitalidad de un equipo que necesitaba ganar para hacer justicia a su trabajo.
Ahí estuvo una de las claves de un partido que arrancó sin sorpresas. La defensa estable, con el regreso de Tito al lateral derecho en detrimento de un Quini que perdió su oportunidad ante Muniaín a mitad de semana, con la pareja de centrocampistas más nivelada de los últimos años (Trashorras-Baena) y con Licá como grata sorpresa de las últimas jornadas. El portugués se ganó el derecho a ser titular en el Madrigal, lo refrendó ante el Athletic y volvió a cumplir con su cometido en el Ciutat de Valencia. El resto, los de siempre, es decir, Zé Castro, Kakuta, Bueno, Insúa y el goleador Leo, que por segunda jornada consecutiva volvió a ser determinante en la victoria del cuadro vallecano gracias a un nuevo doblete.
El Rayo volvía a sumar otra victoria marcando dos goles y siendo superior a su rival. Dominaron los primeros compases, se pusieron por delante en el marcador gracias a un buen remate de Leo desde la derecha tras pase de Trashorras, siguieron manejando a su antojo los tiempos del partido y volvieron a anotar con un certero remate de cabeza del propio Leo, que sentenciaba el encuentro, al menos de manera testimonial.
El conjunto vallecano aprendió la lección del Madrigal y no se dejó sorprender. Primero, porque el rival de esta noche no tiene ni la capacidad intimidatoria, ni el fútbol, ni la calidad, ni la presencia del Villarreal y, segundo, porque el Rayo fue más práctico e inteligente que en tierras castellonenses. La defensa, con Zé Castro y Abdoulaye, funcionó a la perfección, maniatando a Barral y a los hombres de segunda línea que, salvo en contadas ocasiones, apenas se acercaron a la portería de Toño. Un posible agarrón de Baena y una posterior caída de Barral dentro del área fueron reclamados con vehemencia por los jugadores y el público local, pero el colegiado Estrada Fernández no atendió a las exigencias levantinistas, aplacando el poco ímpetu ofensivo de un Levante muy inferior al Rayo. Su salida desde atrás, ante la asfixiante presión franjirroja, buscaba siempre el recurso de los lanzamientos largos, circunstancia que dejaba en clara superioridad a un Rayo que buscó con insistencia la portería de Jesús.
En la segunda mitad el partido se niveló, el Levante tuvo más balón y la intensidad bajó varios puntos, aunque no desapareció. Tras varios acercamientos a ambas áreas, Alberto Bueno era derribado dentro del área y Estrada Fernández no dudaba en señalar una pena máxima que el propio ariete madrileño terminaría enviando al larguero.
Aquino, Jonathan Pereira y Manucho dieron aire fresco al ataque franjirrojo. El gallego estrelló un balón en el poste izquierdo de la portería valenciana, mientras Manucho buscaba con desesperación su gol con un remate de cabeza al que no llegó por centímetros. El mexicano, que ha perdido su sitio ante la irrupción de Licá, quiso aprovechar sus minutos sobre el césped, combinando y buscando opciones de ataque que ampliaran una renta que no se movería hasta el final, dejando al Rayo con ocho puntos y con una sensación de crecimiento brutal antes de la llegada del F.C. Barcelona... pero eso será otra historia.
