Con humildad, ilusión y responsabilidad. Así afrontará el Rayo Vallecano el compromiso de mañana ante el Almería, ese partido en el que podría encontrar el premio a escapar, al menos momentáneamente, de los puestos de descenso a Segunda, ese partido que confirme plenamente la recuperación futbolística y anímica del grupo y ese partido que deje por el camino, tocado y casi hundido, a un rival directo en la lucha por salir de la quema.

Paco Jémez se ha encargado de inculcar a los suyos responsabilidad y respeto por el rival. Llegar al duelo ante el Almería pensando que es un rival más flojo que el Valencia o la Real Sociedad, es un planteamiento tan cierto como peligroso. La suficiencia y la tranquilidad que podría haber dejado en el seno de la plantilla la suma de los seis últimos puntos en liza ha sido borrada de un plumazo por el técnico vallecano, que se ha encargado de recordar a los suyos el discurso tantas veces repetido de que son el equipo más pequeño de la categoría y que para ganar a cualquiera deben estar concentrados al ciento veinte por ciento. Así es la realidad del Rayo y así el discurso de su técnico, "si cometemos ese error lo vamos a pagar muy caro", decía.

Y partiendo de ese escenario, la tensión, la presión, el empuje y el fútbol deberán ser las claves en las que se apoye el Rayo Vallecano para doblegar a un Almería que ha vivido todo tipo de situaciones a lo largo del año. Sufrió para encontrar su ritmo, cuando lo consiguió pareció despegar y alejarse del peligro, para terminar cayendo de nuevo. El futuro del Almería estará unido este año al sufrimiento para evitar el descenso, ese parece su sino.

El resurgir de jugadores clave, la baza más importante del Rayo para el tramo final de año

El Rayo Vallecano parece haber encontrado, por fin, esa pareja de centrales que durante todo el año ha buscado y no parecía encontrar. El acoplamiento entre Gálvez y Zé Castro parece pleno y el equipo lo nota en todas sus líneas. El adelanto de Saúl, que mañana no jugará por sanción, es otra de las claves y el resurgir de hombres que pueden ser vitales en el tramo final de competición, como Falque, Rochina o Larrivey, parece la llave definitiva para el éxito. En la segunda línea de la oleada de optimismo que se respira en el club llegan Adrián, que en Anoeta tuvo su oportunidad y la aprovechó, y Rat, un fichaje a modo de apuesta y que, de momento, está cumpliendo con lo esperado a las mil maravillas.

Aparte de lo meramente deportivo, el partido de mañana se jugará también en las gradas del Estadio de Vallecas. Las jornadas contra el Racismo, promovidas y organizadas por Bukaneros, tendrán durante el choque de mañana un significado muy especial. "Orgullosos de los colores y sabores de sus rincones, desde el fondo del estadio queremos lanzar nuestro mensaje de apoyo y solidaridad con todos aquellos que sueñan con una vida mejor", afirmaban en un comunicado en el que recogen las razones que les lleva a organizar unas jornadas solidarias y que contarán con el apoyo de toda la afición vallecana.

Con ese ambiente 'festivo-solidario', la afición del Rayo dará un nuevo paso al frente, aprovechando además las iniciativas de la directiva del club, que nuevamente ha permitido que los abonados de la entidad adquirieran localidades a 'bajo coste', con la intención de hacer del Estadio de Vallecas ese lugar irrespirable para los rivales que siempre fue.