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La falta de oficio evita la victoria del filial en el Helmántico

Escrito por Domingo, 24 Marzo 2013

    El Rayo Vallecano B dejó escapar la victoria ante el Salamanca por su falta de contundencia en los instantes finales de un encuentro en el que Igor logró remontar por dos veces la ventaja del conjunto de Jimeno.



    Ficha técnica

    U.D. Salamanca (2): Raúl, Iván, Fuster, Jose Angel, Pablo de Lucas, Javi (Jesús, minuto 57), Jose Antonio (A), David, Borja, Moreira (A) (Víctor, minuto 67) y Esteban (Igor, minuto 67).

    Rayo Vallecano B (2): Isma, Rober, Alcañiz, Gabri, Nacho, Cuerva (A), Nono (A), Nana, Dani (Rida, minuto 85), Jorge Sáez y Perea (Chevi, minuto 89).

    Goles: 0-1. Minuto 55. Perea. 1-1. Minuto 70. Igori. 1-2. Minuto 72. Gabri. 2-2. Minuto 84. Igor.

    Árbitro:  Sánchez Laso.


    Cuando la tensión, la presión y los nervios saltan a escena, la calidad futbolística y la apuesta colectiva pierden enteros para dejar paso a valores menos artísticos, pero tan válidos como cualquier otro. La fe, la lucha, la entrega, la constancia, sustituyen a la calidad, el atrevimiento, el acierto y el desparpajo, deparando lo que esta tarde pudimos vivir en el Helmántico de Salamanca entre dos equipos con situaciones de angustia particular, aunque por cuestiones totalmente opuestas.

    El conjunto salmantino, acuciado por la presión de su historia y de su supuesto potencial, vive momentos difíciles al comprobar cómo su sueño de retornar a la Segunda División se desvanece jornada tras jornada. El divorcio con la grada del Helmántico es notorio y la fractura social conlleva momentos de crispación de difícil solución a corto plazo. Los quince minutos sin apoyo de la hinchada bajo el lema "Esta es la animación que os merecéis", resumen bien a las claras el momento por el que atraviesa una entidad que, a nivel futbolístico, está muy lejos de atisbar una salida coherente a la crisis.

    Enfrente, el Rayo Vallecano B, el mismo equipo que en las temporadas precedentes había sorprendido a propios y extraños por su alegría futbolística, por su apuesta atravida y por sus buenos resultados, afronta un tramo final de competición repleto de incertidumbre, lo que se refleja en el quiero y no puedo que está llevándoles a un extremo tremendamente radical de individualismo y de falta de acierto en situaciones clave.

    Con estos ingredientes, el encuentro entre Salamanca y Rayo B, al menos en su primera mitad, no podía distar mucho de lo que se pudo vivir en el Helmántico esta tarde. Dos equipos inofensivos, temerosos, faltos de ritmo y demasiado preocupados del rival, se limitaron a medir sus fuerzas y a 'capear' el temporal a base de desafortunados intentos por sorprender al rival.

    El Salamanca, que dio el primer aviso en los primeros compases con un buen remate de Moreira que salvó el mejor del Rayo una vez más, Isma, vivió fases del partido en las que su propia afición les reprochó la actitud colectiva y la ausencia de voracidad ofensiva para atacar a un rival mermado en el aspecto psicológico y frágil en los momentos determinantes del encuentro. Pese a todo, los de Jimeno quisieron manejar el balón, pero su falta de continuidad cerraba una primera mitad insulsa y aburrida en términos generales.

    Con la reanudación y con el paso de los minutos el encuentro se fue animando y de la necesidad brotaron los primeros indicios de un cambio de rumbo que se produciría cuando Perea, tras una excepcional triangulación dentro del área local, consiguió adelantar al Rayo B para delirio de la hinchada del filial vallecano, desplazada en gran número hasta la ciudad castellana.

    El conjunto vallecano creyó entonces en sus posibilidades y mejoró notablemente su gesto colectivo. De dicho cambio llegaron las oportunidades que se habían negado en el tramo de partido anterior, pero ni Nono ni Alcañiz pudieron redondear los mejores momentos del cuadro vallecano. El Salamanca, sin apuesta futbolística reconocible, aprovechó la pegada de Igor para lograr la igualada y para devolver al filial a su terrible realidad. Vuelta a empezar.

    El gol charro, sin embargo, no hundió a los jóvenes jugadores franjirrojos que, en la siguiente acción, volverían a tomar la delantera en el marcador. Raúl enviaba a córner un buen remate Nono y Gabri, a la salida del mismo y de cabeza, conseguía el 1-2, apenas dos minutos después del empate.

    A partir de ese momento, el partido se convirtió en un continuo tira y afloja del que de nuevo volvió a salir perjudicado el equipo con menos oficio en la pelea. El Rayo B gozó de buenas ocasiones para haber sentenciado la contienda pero sería Igor, a falta de cinco minutos, quien aprovecharía la poca contundencia defensiva de los madrileños para devolver el empate al marcador, cambiando de nuevo las sonrisas por los gestos de desesperación entre la expedición vallecana.

    El filial, que había retrasado algunos metros su posición, fruto del empuje salmantino y a la espera de una ocasión que no llegó a producirse, veía como de nuevo se esfumaba la posibilidad de victoria en los minutos finales, recortando un poco más sus opciones de salvación (Promoción a cinco puntos de distancia y salvación automática a seis). Ya toca pensar en el próximo fin de semana y en la visita del colista a la Ciudad Deportiva.


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