Opinión. Todos sabíamos que este día iba a llegar, que la primera derrota en casa tarde o temprano aparecería en el casillero del Rayo. Todos teníamos claro que la excepcional primera vuelta del equipo de Iraola terminaría truncándose en algún momento. Todos lo sabíamos, pero eso no evita que la primera derrota duela, que la primera derrota fastidie.

A mí me duele y me fastidia, pero mucho más porque tengo la sensación de que los equipos han aprendido cómo evitar que el Rayo siga sumando victorias en casa. El bloque defensivo del Athletic me pareció el mejor ejemplo de lo que puede empezar a pasar de ahora en adelante. La fama tiene un precio y el Rayo puede pagar esa fama de equipo imbatible en Vallecas.

El Rayo de Iraola se tiene que reinventar, buscar alternativas diferentes y no cebarse en el centro al área porque sí. En la primera parte nos equivocamos intentando llegar hasta 'la cocina' de Unai Simón y en la segunda insistiendo con decenas de centros laterales que, vistos los dos o tres primeros, ya estaban todos vistos.

El Athletic aprovechó una de sus oportunidades para ponerse por delante y después se limitó a estar ordenado sobre el campo, a inquietar de vez en cuando a Luca y, sobre todo, y por encima de todo, a defender con eficacia los centros desde la banda.

Ah, y otra cosa que los equipos han aprendido. Parando a Oscar Trejo se para a más de medio Rayo. En eso el Athletic también estuvo soberbio. El Rayo debe cambiar de libreto a partir de ahora y debe empezar haciéndolo contra el Mallorca en Copa. El premio de unas semifinales bien vale el esfuerzo de buscar alternativas a un bloqueo que sólo nos puede traer disgustos de ahora en adelante.