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El Rayo consigue que brille el sol en el cielo de Vallecas

Escrito por Domingo, 23 Noviembre 2014

    El Rayo Vallecano consiguió derrotar por la mínima a un Celta de Vigo que fue de menos a más y que mereció al menos un punto en su visita a Vallecas.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (1): Cristian Álvarez, Tito, Abdoulaye, Zé Castro, Nacho (A) (Quini Min.58), Baena (A), Trashorras (A), Bueno (Manucho Min.58), Licá (A) (Aquino min.76), Kakuta (A) y Leo Baptistao.

    Celta de Vigo (0): Sergio, Hugo Mallo, Cabral (A), Fontás, Jonny, Alex López (Hernández min.64), Radoja, Krohn-Dehli (Charles min.82), Augusto (Orellana min.58), Nolito y Larrivey.

    Arbitro: González González.

    Goles: 1-0. Minuto 23. Bueno.


    El sol volvió a brillar en el cielo de Vallecas y lo hizo cambiando por completo lo que se podía esperar de una mañana como la que afrontamos con la llegada del Celta. En lo meteorológico, porque cuando todo hacía indicar que el partido estaría pasado por agua, se disputó 'en seco', y en lo futbolístico, porque cuando todos esperaban un partido de toque, precisión, alegre y ofensivo, nos encontramos con un choque físico y de cuerpo a cuerpo. Al final, lo mejor, los tres puntos, aunque a Jémez no termine de convencerle plenamente.

    Sorprendió el Celta con su apuesta 'anti-Rayo'. Los gallegos buscaron aprovechar desde el primer minuto el gran juego aéreo de Joaquín Larrivey, que hoy no fastidió al Rayo, pero se encontraron con un Abdoulaye que terminaría desquiciando al delantero argentino. La férrea defensa del central cedido por el Oporto apenas dejó opciones a un hombre que volvía a Vallecas, lugar en el que encontró el camino del gol que le transportaba al primer nivel futbolístico.

    Con el juego directo de los de Berizzo, el Rayo no se encontró incómodo, aunque sí lo haría con la adelantada presión de los celestes, hoy 'camuflados' con su indumentaria verde-césped. En el conjunto visitante, que iría de menos a más, la línea de tres con Nolito, Augusto y Larrivey, y el trabajo de Krohn-Dehli sobre Trashorras, terminaría acogotando a un Rayo que seguía insistiendo en su idea de fútbol combinativo.

    Los de Jémez aprovecharon un buen envío de Kakuta para que Bueno volviese a hacer diana y, con la ansiedad que provocaba las tres derrotas previas (Málaga, Eibar y Real Madrid), cambió su aportación a un partido que poco a poco se iría convirtiendo en un ida y vuelta sin retorno. Ahí apareció la imponente figura del francés Kakuta, que volvió a maravillar con sus regates, filigranas y escorzos imposibles, y también la de Baena, que se perderá el choque de Almería, pero que dejó antes de su ausencia su impronta de luchador y trabajador, algo muy agradecido en Vallecas.

    Con esto, el Celta, que se vio por detrás en el marcador y que no fue capaz de imponer su idea de juego, buscó crecer en el partido a base de encontrar a Nolito y a Augusto. Un disparo alejado que se estrelló en el palo de la portería de Cristian Alvarez y varias buenas intervenciones del arquero argentino ponían en riesgo la estabilidad defensiva de un Rayo que, a pesar de todo, parecía estable.

    En ataque, los vallecanos no fueron tan explosivos como en partidos anteriores y con las galopadas de Leo, las alocadas carreras de Manucho, la genialidad de Kakuta y el incansable trabajo de un encomiable Licá, mantuvieron a raya a los celtiñas.

    Conforme avanzó el partido, el Celta fue más dominador y, con varios saques de esquina y con remates cerca de Cristian Alvarez, que estuvo soberbio, mereció algo más que una derrota por la mínima que deja contentos a los vallecanos, por el resultado, e insatisfechos a los gallegos por lo mismo. Ni unos ni otros salieron convencidos de su juego. La alegría va por barrios y hoy se quedó en Vallecas.

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