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El orgullo de Vallecas se paseará ante el Madrid

Escrito por Sábado, 02 Noviembre 2013

    Opinión. Cualquier momento es bueno para 'fardar' de ser del Rayo, porque ser del Rayo 'mola'. Uno es diferente a todos los demás y, eso, un sentimiento como ese, ni se compra ni se vende, se disfruta.


    Opinión. Por Vallecas, el orgullo de ser del Rayo es sinónimo de identidad, de cariño, de sentimiento. Tener a un equipo de barrio, con un estadio 'prehistórico', con una historia plagada de momentos duros y complicados -pero también de alegrías inolvidables- luchando contra los grandes de la Primera División española, es una sensación indescriptible.

    Ver a los niños del barrio con la camiseta de su Rayo, escucharles nombrar a los jugadores del Rayo, sentirse parte de un sueño, es digno de alabar. Por Vallecas, el Rayo sigue viviendo gracias al corazón de sus gentes, al amor por sus colores, por su escudo y por su 'algo diferente' que le hace ser tan especial. La afición de Vallecas es la mejor del mundo, y lo digo con el corazón de rayista en la mano, ¿se podía esperar otra cosa? La afición del Rayo es especial, es maravillosa, es única... y  hoy, con la llegada de Ronaldo, Bale, Alonso, Benzemá y el resto, esta afición volverá a demostrar el valor que tiene... Infinito.

    Por Vallecas ya no corretean en su campo los míticos Potele, Felines, Alcázar, Cota o Míchel, ni Cembranos, Bolo, Onésimo o Llorens, ni siquiera los Pachón, Piti, Michu, Javi Fuego, Coke o Chori... por Vallecas sigue corriendo una camiseta y un escudo del que todos esperan siempre lo máximo. Con Jémez, igual que se vivió en otras épocas con Sandoval e incluso con Pepe Mel, el fútbol ha reemplazado a la bravura, a la casta, a la lucha y la brega, pero nunca podrá reemplazar un sentimiento, el orgullo cada vez que su franja aparece por una puerta de vestuarios que hoy, una vez más, será el inicio de una locura, de un estallido y de noventa minutos de vida al 'estilo vallecano'.

    Con todo el Estadio de Vallecas volcado con su equipo, sin limitaciones por el horario (vergonzoso lo de esta liga), sin restricciones por el traído y llevado 'día de ayuda económica al club', sin cortapisas de ningún tipo, la afición de Vallecas se dejará el alma para llevar a los suyos hacia adelante, para ayudarles en cada anticipación en el centro del campo, para cortar las peligrosas penetraciones por una banda y por la otra, para rematar cada envío al área madridista y para celebrar, como si fuera lo único importante en el mundo, cada gol del Rayo. Vallecas volverá a vivir una nueva fiesta del fútbol, como tantas otras ocasiones, con una única diferencia... esta vez todo el mundo estará pendiente de nosotros. Vallecas late en el corazón del planeta fútbol, ahora toca disfrutar... y salir victorioso... y si no... seguir llenando ese pecho de orgullo por un equipo y un club como el nuestro. 

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