Que el fútbol se está convirtiendo en un artículo de lujo no es un argumento que tengamos que defender con demasiada vehemencia porque todo el mundo lo sabe. Y el último ejemplo llega con el precio de las entradas visitantes del Real Madrid - Rayo Vallecano que han cabreado al rayismo.

El club franjirrojo informó hace unos días que el equipo blanco le había enviado un cupo de casi 600 entradas a 50 euros cada una. Pero vista la respuesta de la afición rayista no parece que los merengues vayan a ingresar esos 30.000 euros.

Las protestas en las redes sociales caminan en diferentes direcciones: una por el precio y la ubicación ("50€ por ver un partido en el 4º anfiteatro al lado de un palomar"), otras por la no firma del acuerdo de Aficiones Unidas (LaLiga) para fijar un precio máximo de 30 euros ("En la vuelta ya sabe el Rayo lo que tiene que hacer: ponerlas a 200€) y finalmente por lo que supone ese desembolso en una familia ("Si quiero llevar a mi familia son 200 euros en una noche").

En años anteriores la presencia de aficionados del Rayo Vallecano en el Santiago Bernabeu ha sido muy importante pero todo apunta a que en este 2023 el número de seguidores será menor aunque el equipo no estará solo, ni mucho menos.

Las autoridades policiales han establecido además que "el punto de encuentro para los rayistas que se desplacen al Estadio Santiago Bernabéu se ha ubicado en la zona ajardinada de la calle de Pedro Teixeira, a las 19:00 horas".