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CRÓNICA

Rayo Vallecano 2-1 Barcelona: 'Los García' también matan gigantes

Los de Vallecas sellan la permanencia con 43 puntos

Escrito por Miércoles, 26 Abril 2023

    Fantástica primera parte de los franjirrojos que sentenciaron en la segunda mitad y sufrieron al final

    Los García celebran sus goles en el Rayo Vallecano - BarcelonaLos García celebran sus goles en el Rayo Vallecano - BarcelonaPasión por el Rayo

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Dimitrievski, Balliu, Catena, Lejeune, Fran García, Óscar Valentín (Mumin, minuto 88), Unai López (Salvi Sánchez, minuto 80), Isi, Trejo (Ciss, minuto 62), Álvaro García (Pep Chavarría, minuto 80) y Camello (Raúl de Tomás, minuto 88).

    Barcelona (1): Ter Stegen, Koundé, Marcos Alonso (Jordi Alba, minuto 58), Araujo, Balde (A), Pedri (Kessié, minuto 69), De Jong (Eric García, minuto 79), Gavi (A) (Pablo Torre, minuto 79), Raphinha (A), Ferrán (Ansu Fati, minuto 58) y Lewandowski.

    Arbitro: Gil Manzano

    VAR: González González.

    Goles: 1-0. Minuto 19. Álvaro García. 2-0. Minuto 53. Fran García. 2-1. Minuto 83. Lewandowski.


    RAYO VALLECANO 2 (Álvaro García y Fran García) - BARCELONA 1 (Lewandowski)

     

    Había ese run run. Escuchar al entrenador rival hablar del posible estado del césped y del estadio de Vallecashabiendo casi 40 puntos de diferencia entre los dos equipos incitaba a pensar que había cierto miedo a la derrota. Por no decir, pánico. Porque el Rayo de Iraola le tiene tomada la medida al Barça de Xavi al que fue superior en la primera mitad y al que tuvo que contener en un esfuerzo masivo en los segundos 45 minutos para llevarse la victoria.

    El primer acto se abrió con dos equipos que se lanzaron a tumba abierta a practicar su fútbol. Los culés dominaban la posesión, movían a los franjirrojos buscando las rendijas de un equipo forjado a fuego lento por Andoni Iraola durante las últimas 3 temporadas. No las había y los de Vallecas aprovechaban cada error en la salida para castigar el exceso de confianza.

    Lo intentó nada más arrancar el partido Isi desde lejos topándose con un inspirado Ter Stegen que pocos minutos después le sacaba un mano a mano casi imposible de atajar a Camello. Raso y abajo, donde hace daño.. Los franjirrojos habían avisado y el refranero le iba a dar la razón: el que avisa no es traidor, no hay dos sin tres y a la tercera va la vencida. La jugada de tiralíneas de Álvaro García y Camello tras otro robo a Gavi acabó con el balón en las mallas tras el zurdazo del de Utrera que llevó el delirio a la grada del estadio de Vallecas. La definición debería enseñarse en las escuelas de fútbol. Para los que hablaban de Álvaro y la toma decisiones.

    Con el marcador abierto, como una herida sangrante en la descomunal figura del líder, el Barça intentó igualar la intensidad rayista. Y lo hizo desde la agresividad. En menos de 5 minutos Balde y Gavi veían tarjeta por dos faltas muy feas tras llegar tarde al balón y por detrás. El mensaje llegó, inconscientemente, a las piernas de los rayistas que dieron un pasito atrás. Lo aprovechó el equipo blaugrana que disfrutó de sus mejores llegadas con Pedri conectando con Lewandowski.

    El polaco mandó el primer mano a mano a la cara de Dimitrievski. En el segundo ya no perdonó y la mandó a dormir a la jaula. Sólo el VAR pudo impedir la igualada. La sombra del ariete y pichichi de la Liga estaba en fuera de juego. Así de ajustado y milimétrico fue el offside. El rayismo pudo respirar por partida doble. Primero por la jugada y después por el descanso.

    El que no iba a fallar era el otro 50% de nuestra mágica banda izquierda. Fran García sentenciaba solo en el mano a mano ante un Ter Stegen dubitativo. Lo nunca visto. Un guardameta que había sido un muro durante toda la temporada encajando sólo 9 goles en 2700 minutos y que se llevaba dos en la maleta en menos de 55.

    El Barça estaba grogui. Arriba se encontraban con los guantes de un Dimitrievski una y otra vez negándole el gol a Lewandowski y redimiéndose de lo vivido en el Reale Arena. Y abajo Camello enloquecía a su zaga jugando siempre entre los centrales, moviéndose como un ratón y rematando todo lo que caía en sus botas.

    A la hora de juego, Xavi había tirado de la manta hacia adelante con todo. Músculo y talento sobre un césped en casi perfecto estado. No había excusa. Al menos ninguna para los culés que hicieron sufrir a la hinchada franjirroja hasta el último minuto después de que su killer cazara un rechace dentro del área. El 2-1 del luminoso ya no se movería.

    El partido había trascurrido con el guión que quiso el Rayo Vallecano. Un equipo que no solo sabe presionar y salir en transiciones rápidas sino que ha trabajado su solidez desde la base de un 11 de gala que ya sabe lo que es matar gigantes. Sin perder tiempo, sin dejar seco el césped, sin reducir las medidas reglamentarias. Solo jugando al fútbol. A su fútbol. El de barrio.


     

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