El duelo de filiales entre el Leganés y el Rayo Vallecano nos dejó un partido precioso grabado en nuestra retina. Y eso que el día no invitaba a la propuesta futbolística con lluvia y fuertes rachas de viento. Eso no impidió a ambos equipos utilizar todas sus armas para llevarse el partido.

Los pepineros arrancaron mucho mejor el encuentro y pudieron golear en el primer tramo del encuentro. Si no lo hicieron fue por un inconmensurable Mario Ramos al que los blanquiazules solo pudieron superar desde los 11 metros. Un muro que hizo auténticos milagros cuando el filial estaba como un flan en la salida del balón.

Tuvimos que esperar al ecuador del encuentro para que el Rayo B se desperezara y lanzara una peligrosa contra que Losada culminó para que el cancerbero local evitara el tanto visitante. Pero la jugada que iba a marcar el partido iba a ser la expulsión de Joao por agresión sobre Miguel que previamente había desplazado el balón para evitar que el Leganés B sacara rápido. Pudo ser peor si el equipo arbitral también hubieran expulsado a Piri con un pisotón.

Una decisión que habría cambiado el partido porque después del baile de ocasiones para uno y otro equipo durante toda la primera parte, el conjunto local se iba a adelantar desde los 11 metros gracias al gol del propio Piri.

No le duró mucho la alegría a los pepineros ya que poco después en una internada de Cuéllar iba a llegar el segundo penalti de la tarde. Losada se encargó de transformarlo. El Rayo B dominaba y el Leganés B no se achantaba y lanzaba peligrosas contras. En una de ellas el colegiado iba a señalar una dudosa falta en la frontal que Arauz convirtió magistralmente con un derechazo pegado a la base del palo. Un mazazo del que el filial no pudo recuperarse.