El Rayo Vallecano está pasando por una situación muy delicada en el momento clave de la temporada. Los tres partidos de la semana (Mallorca, Barcelona y Espanyol) iban a dar la medida que el equipo tenía para poder aspirar o no al ascenso. Tras una inesperada y abultada derrota contra los baleares llegó la previsible eliminación copera contra los culés. Contra los pericos, los franjirrojos se juegan media liga.

Sabemos de sobra que restarían 19 jornadas en caso de una hipotética derrota para reducir una diferencia de 10-12 puntos, pero parece poco probable que los tres firmes y potentes líderes de la segunda división (Mallorca, Espanyol y Almería) vayan a dejarse recortar esa distancia.

Es por ello que el equipo entrenado por Andoni Iraola afronta este partido como un matchball. El técnico rayista no podrá sentarse en el banquillo tras conocer su sanción de dos partidos por su última expulsión. El de Usúrbil intentará dejar trazado su plan al milímetro en un complicado mes de enero en el que ha perdido a casi una decena de jugadores por cuarentenas del virus y lesiones (Velázquez y Pozo)

Dimitrievski, Advíncula, Catena, Saveljich, Fran García, Mario Suárez, Santi Comesaña, Álvaro García, Trejo, Isi y Antoñín podría ser el 11 titular franjirrojo. En el Espanyol, la única baja de David López por sanción será suplida por Calero quedando el posible 11 formado por Diego López, Miguelón, Calero, CAbrera, Pedrosa, Keidi, Darder, Embarba, Wu Lei, Melamed y RDT. Dos ex de la franja, Embarba y Raúl de Tomás, podrían poner en peligro las aspiraciones de ascenso rayista.

Hace 15 años que el Rayo Vallecano no vence al cuadro blanquiazul en su estadio. Aquel 0-1 obra de Míchel I supondría hoy un golpe de autoridad y de moral para un vestuario al que el momento clave de la temporada le ha llegado rodeado de problemas deportivos y extradeportivos.

González Esteban dirigirá el encuentro asistido desde la sala VAR por Pérez Pallás.