El Rayo ha echado a andar y en apenas un amistoso ha dejado claras las líneas básicas en las que intnentará basar su modelo futbolístico. Atrás queda el inconfundible estilo de posesión de Paco Jémez, el ser dominador del minuto uno al noventa y el querer acaparar balón a toda costa. Esa probablemente sea la diferencia más notable que se pueda esperar entre el Rayo del pasado a los mandos de Jémez (aunque el año pasado ya notamos algunas diferencias) y el Rayo de futuro comandado por Iraola.
El actual equipo franjirrojo tiene dos premisas muy claras: la primera es sacar el balón controlado desde atrás, y la segunda, llegar cuanto antes a zona de ataque. La combinación de ambas situaciones del juego la pudimos ver en diversas acciones en las que los defensas buscaban rápidamente el envío a los extremos en banda para saltar la presión rival y generar opciones de remate en ataque.
El Rayo no renunciará a tener el balón, pero no será esta la obsesión principal de su juego, que pasará por presionar arriba para recuperar lejos de la portería de Dimitrievski o Morro y combinar rápido para sorprender al rival. El equipo mantendrá automatismos de las etapas anteriores dirigidas por Míchel y Jémez, pero incluirá la premisa del juego más directo olvidando la combinación horizontal.
Sin laterales zurdos
La salida de los dos laterales zurdos cedidos la pasada campaña (Luna y Saúl) ha dejado al equipo vallecano sin jugador específico de banda izquierda. Esto deberá obligar a Cobeño a moverse en el mercado para lograr la incorporación de dos laterales de perfil zurdo y probablemente otro derecho, aunque esto último dependerá mucho de la evolución del mercado en las próximas semanas.
En el amistoso ante el Eibar, Iraola echó mano de Isi en la primera mitad y de Advíncula en la segunda para cubrir el flanco izquierdo, zona por la que finalmente llegaría el gol de la victoria del conjunto armero.