VILLARREAL 3 - RAYO VALLECANO 1

El Rayo jugó hoy su particular 'Final de Champions' y lo hizo con la presión de sentir que se le escapaban entre los dedos sus opciones de supervivencia, pero con la sensación de ser capaz de competir y ser un digno rival para esta categoría a la que tanto le está costando acostumbrarse. Tras lo ocurrido en Barcelona, derrota más que digna, los de Míchel afrontaban el partido ante el Villarreal sabiendo que algunos de sus rivales directos, Celta y Huesca habían perdido, mientras el Valladolid había logrado derrotar al Eibar. Ganar en Villarreal era vital.

El técnico vallecano 'tiró' del mismo once que compitió ante el líder, con la única variación de Mario Suárez por Comesaña (Mario no fue titular en el Camp Nou por una indisposición de última hora). Y este cambio sería providencial para lo que iba a ocurrir en el primer período. Tras la lesión de Jaume Costa en el Villarreal, y con el Rayo realizando una muy buena primera parte, un saque de esquina rematado de manera magistral por Mario a la escuadra de la portería de Asenjo, supondría dar ventaja al Rayo en el partido, llevando los nervios y la desesperación a la grada del Estadio de la Cerámica, que no entendió el ritmo lento de los suyos en muchos momentos del choque. El Rayo manejaba bien el balón, se defendía cuando tocaba y también avisaba en zona de ataque. 

Los de Plaza gozaron de una gran ocasión con Chukwueze como protagonista, pero el delantero amarillo remató fljo cuando estaba con todo a placer para haber igualado el choque. Poco más tuvo que sufrir el Rayo en una primera mitad bien jugada por los vallecanos.

El comienzo de la segunda mitad no pudo ser peor para los intereses del Rayo. Un balón tocado hacia atrás por Velázquez sería recogido por Toko Ekambi completamente desmarcado en el segundo palo para, en la primera jugada de la reanudación, igualar el choque. El Rayo veía cómo se venía abajo todo el trabajo de la primera parte en apenas una jugada. Pero, no contento con eso, un error defensivo dejando la puerta abierta por el centro para un pase al hueco habilitaba a Toko Ekambi ante Dimitrievski para anotar el 2-1 en apenas cinco minutos de juego de segunda mitad. Increíble, pero cierto. El Rayo acababa de tirar por la borda una más que prometedora primera mitad. Y pudo ser peor si Chukwueze hubiera llegado a otro balón a la espalda de la defensa que desbarató Dimitrievski. El Rayo se tambaleaba y Míchel movía ficha rápidamente. Entraba Medrán en lugar de Velázquez. Después entraría Pozo. Buscaba más control por el centro, pero el panorama ya no cambiaría.

El Rayo entró de lleno en la desesperación, los nervios, las prisas y los errores y fue totalmente incapaz de afrontar la segunda mitad en desventaja. El equipo estaba bloqueado, no encontraba la manera de generar peligro y poco a poco veía cómo sus opciones de 'rascar' algo positivo se esfumaban. El equipo estaba desquiciado, deprimido y sin poder de reacción. La entrada de Embarba tampoco mejoró el escenario de un partido que había quedado visto para sentencia con dos errores defensivos en el inicio de la segunda mitad y en el que el Villarreal conseguiría incluso aumentar su ventaja con una contra resuelta por Gerard Moreno.

El Rayo se hunde y el Villarreal respira.