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LIGA. Marcelino

El Rayo vuelve a cruzarse con Marcelino

Todo se remonta a aquel Sporting de Gijón - Villarreal que generó tantas sospechas y que provocó de rebote el descenso a segunda del Rayo

Escrito por Martes, 20 Noviembre 2018

    El entrenador del Valencia, Marcelino, no es muy querido ni por el rayismo ni por la directiva del club de Vallecas.

    El descenso del Rayo Vallecano a segunda división en la temporada 2015/2016 es una de esas heridas que la afición tardará en curar. Con el club batiendo su récord histórico de temporadas consecutivas en primera división y una temporada en la que rara vez tocó los puestos de descenso, fue especialmente doloroso para el rayismo ver cómo en las últimas jornadas se iba cociendo a fuego lento nuestro descenso.

    Un descenso que tiene varios nombres propios dependiendo de a quién le preguntes. Para algunos, Manucho por aquella falta de Málaga. Para otros, Embarba por aquel pase atrás contra el Madrid. Para pocos, Jémez por sus planteamientos arriesgados en las últimas jornadas. Para muchos, algunos jugadores cuya actitud en Anoeta hizo levantar sospechas. Para la mayoría, Marcelino.

    El entrenador actual del Valencia se sentaba aquel año en el banquillo de un Villarreal que llegaba salvado al último partido.  No se jugaban nada y eso quedó bien demostrado en el terreno de juego de El Molinón frente a un Sporting de Gijón que, con la carambola del Betis - Getafe, salvó la categoría. Al menos ese año.

    Un resultado que entraba dentro de la lógica del fútbol pero que se convirtió en polémico después de que el propio entrenador señalara que prefería que se salvase el Sporting y que levantó sospechas después de que su mujer publicará en redes sociales que habían dejado el trabajo hecho. Todo bastante turbio desde la óptica del rayismo.

    Por si el cabreo no hubiera sido suficiente, Raúl Martín Presa realizó unas declaraciones en Punto Pelota que no fueron demasiado afortunadas y que provocaron que Marcelino amenazara con llevarle a los tribunales si no rectificaba. Sucedió poco después de que el presidente del Villarreal cesase al entrenador y dijera que había cosas que, éticamente, no le gustaron del final de aquella temporada. Ni a él ni a muchos rayistas, aunque como ya he dicho, ese descenso tiene varios nombres propios según a quien le preguntes su opinión.

    Han pasado dos años y medio desde aquel día y los caminos del Rayo Vallecano y de Marcelino vuelven a cruzarse. No es la última jornada, pero las urgencias del Rayo sobre el descenso recuerdan a aquella época. Si a eso le sumamos las ganas que tendrá el entrenador de reivindicarse ante una afición y un club que no le profesa demasiada simpatía, el resultado podría ser dramático para los franjirrojos.

    Dicen que agua pasada no mueve molinos, pero seguro que ninguno de los protagonistas lo ha olvidado. Y sea cual sea el resultado veremos las emociones a flor de piel de uno y de otro bando. Nada malo siempre que se entienda como una rivalidad sana. Todo lo demás sobra. El fútbol español ya tiene suficiente leyenda negra.

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