Míchel resumía cómo había visto el partido diciendo que "el rival es muy intenso, para mucho el juego, y nos ha costado tener continuidad, pero no hay que reprochar nada a nadie, lo hemos intentado. Hemos querido tener el balón, entrar por banda y, aunque nos ha faltado el último pase, el tiro, nos hemos ido al descanso con la sensación de que nos estaba costando pero que el partido estaba igualado. En la segunda nos ha costado la defensa del centro lateral, que lo hemos estado trabajando, tener algo más de presencia con el jugador que va a centrar, pero un buen centro y un buen remate nos ha costado el gol. Hasta el 0-2 nos ha costado un poco y luego hemos hecho el 1-2 y a partir de ahí nos hemos volcado buscando el empate".
Sobre las palabras de Bordalás en relación a las faltas cometidas por el Rayo en el tramo final, Míchel comentaba que "los dos equipos en los duelos hemos sido intensos. Por nuestra parte los contactos no son para intentar hacer daño ni nada, ser agresivos en la presión tras pérdida por supuesto, pero sí que ha habido más interrupciones y eso para nuestra forma de jugar es peor. El árbitro ha añadido seis minutos y luego otro más, se ha dado cuenta de que esa falta de continuidad en el juego obligaba a alargar el partido. Nada que reprochar. Cada uno con sus armas hace el partido que cree que es mejor para su equipo".
Cuestionado por su posible continuidad o no, el técnico decía que "a día de hoy nadie me ha comentado nada. Centrado muchísimo en lo deportivo, que es lo único que puedo hacer. Tengo la seguridad y la tranquilidad de que este equipo trabaja y propone lo que nosotros queremos".