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LUGO 1 - RAYO VALLECANO 0. Crónica

Agobio, estrés y desorden

El Rayo pierde en el estreno de Baraja en el banquillo

Escrito por Domingo, 13 Noviembre 2016

    El Rayo Vallecano perdió ante el Lugo (1-0) un partido en el que fue de menos a más, pero en el que no terminó de mostrar la mejoría que muchos esperaban. Agobiados, estresados y desordenados, los de Baraja tienen mucho camino por recorrer.

    Ficha técnica:

    C.D. Lugo (1): Jose Juan, Djalo, Manu, Ignasi Miquel (R), Jordi Calavera, Carlos Pita, Seoane (A), Campillo (Carlos Hernández, minuto 88), Alfonso Pedraza (Igor, minuto 82), Iriome (Caballero, minuto 78) y Joselu.

    Rayo Vallecano (0): Gazzaniga, Rat, Zé Castro (A), Amaya (Quini, minuto 32) (A), Galán, Cristaldo (Miku, minuto 75), Zuculini (A), Mojica (Piti, minuto 60), Alex Moreno, Trashorras y Manucho.

    Arbitro: Gorostegui Fernández Ortega. Colegio vasco.

    Goles: 1-0. Minuto 25. Seoane.

    El Rayo Vallecano continúa en caída libre. El cambio de entrenador simplemente sirvió para apreciar una leve mejoría en el tramo final de un partido que deja a los franjirrojos muy tocados y con mucho terreno por recuperar tras perder ante el Lugo, un equipo que juega en bloque, que es consistente y que tiene las ideas tan claras como oscuras las tienen los de Baraja. El nuevo entrenador vallecano introdujo las variantes anticipadas a lo largo de la única semana de trabajo que ha tenido. Trashorras arriba junto a Manucho, un doble pivote de mucha contención, con Cristaldo y Zuculini, y unas bandas veloces pero alocadas, con Mojica y Alex Moreno. Atrás pocas variaciones y en conjunto una primera mitad floja y una segunda en la que los cambios reactivaron el juego y generaron algunas sensaciones positivas tras tanto desasosiego. La lesión de Amaya a la media hora y la nefasta aportación de Rat durante todo el encuentro fueron dos condicionantes que afectaron sobremanera a una defensa que terminó con Galán como central, acompañando a Zé Castro, y con Quini, que fue suplente, ocupando el lateral derecho.

    El partido arrancó con dos equipos igualados en la pelea, con presión alta y con intenciones de hacer daño. Los lucenses, con mayor posesión de balón, rápidamente se harían con el mando de un choque en el que el Rayo mostró un alarmante descontrol, fruto en parte del actual momento que vive. El equipo se desordenaba fácilmente y el Lugo, que generó peligro principalmente a balón parado, pudo haber conseguido una amplia ventaja. El gol, que a la postre sirvió para que los gallegos sumaran los tres puntos en juego, llegaría tras un saque de esquina mal defendido por los franjirrojos. Seoane, complemente solo en la frontal del área recogió un balón, se preparó, disparó y batió a Gazzaniga, que tuvo que trabajar a fondo para mantener la exigua ventaja local, evitando el hundimiento absoluto de un Rayo que no encontraba el camino para inquietar a Jose Juan.

    Alex Moreno lo intentaba por la derecha, mientras Mojica, con su habitual velocidad, quería llegar a la línea de fondo para poner centros al área a la espera de un remate de Manucho, que volvió a trabajar mucho más sin balón que con él. Trashorras no aportaba nada en la media punta y Zuculini y Cristaldo no ocupaban todo el espacio que su entrenador pedía para mantener las líneas compactas y evitar las llegadas del rival. Joselu tuvo en su cabeza el 2-0, instantes antes de la lesión de Amaya, que obligó a Baraja a recomponer la línea defensiva. Un remate acrobático de Alex Moreno, que pasó junto al poste de la portería lucense, pudo haber igualado un choque que cambiaría de imagen en el tramo final de la segunda mitad.

    Tras la reanudación, el Rayo intentó ganar metros para acercarse a la portería de Jose Juan, aunque tardaría bastante en hacerlo con la suficiente insistencia como para que se apreciara un claro cambio de tendencia. La entrada de Piti en lugar de Mojica niveló el choque. Trashorras retrasó su posición unos metros, Piti se incrustó entre líneas y Alex Moreno cambió de lado para seguir percutiendo por banda. El equipo en general mejoró, aunque no lo hicieran sustancialmente ni Trashorras ni Rat, que siguieron flojos. Zuculini le puso mucha voluntad, supliendo la 'ausencia' de Cristaldo, muy cansado, y del capitán, poco proactivo.

    En el bando local, empezó a sobresalir el ex rayista Campillo, que aprovechó los agujeros defensivos de la banda de Rat para entrar con asiduidad por un costado descuidado y atacable desde el centro y desde la banda. El Rayo, en los veinte minutos finales, comenzó a tocar el balón con mayor criterio y, tras la entrada de Miku en lugar de Cristaldo, cambió definitivamente su cara para merecer todo lo que no había merecido en la hora larga disputada. Alex Moreno volvió a intentarlo con un remate que salió desviado y Miku, tras hacerse hueco entre la defensa gallega, probó los reflejos de Jose Juan, que despejó el peligroso disparo del venezolano a escasos metros de la línea de gol. Apenas quedaban diez minutos y el Rayo buscaba con más corazón que cabeza, para desesperación de su técnico en la banda, un empate que no llegaría. Quini respondió con una gran acción individual mal culminada la ocasión anterior de Campillo por parte lucense, llevando el partido a unos minutos finales en los que la expulsión de Ignasi Miquel a falta de tres, más los cuatro de descuento, no aportó la emoción necesaria para hacer creer a los vallecanos en el empate final. El Lugo con oficio, y el Rayo con desesperación, terminaron un duelo que deja a los gallegos en lo más alto y a los franjirrojos en lo más bajo de una clasificación que refleja los méritos de un Rayo bloqueado, desesperado y muy estresado.

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