El Rayo Vallecano cayó en Oviedo (2-0)  en un partido en el que tuvo posesión, pero en el que fue incapaz de hacer el fútbol suficiente como para superar la efectividad de un Oviedo que marcó cuando menos lo merecía, para mostrar la incapacidad de un Rayo flojo ante la necesidad de recuperar buenas sensaciones como visitante.

El Oviedo arrancó el partido apretando, buscando recuperar balones con presión alta y cortando las vías de escape y de penetración de un Rayo que en principio "se dejó querer" y que, cuando pasó el primer arreón de los locales, comenzó a dominar el juego, a avanzar metros y a superar a un rival al que se le acabó la efervescencia inicial y que cambió de táctica, para esperar a los vallecanos muchos metros más atrás. Los de Sandoval, conocedores de la ansiedad que muestra el equipo de Hierro en casa, esperaron que los minutos fueran cayendo para que la desesperación superase a los asturianos y empezar a construir su juego. Cristaldo, compañero de Trashorras en el centro del campo, estuvo menos visible que la semana pasada ante el Cádiz y ambos centrocampistas pisaron durante muchos minutos la misma parcela de terreno de juego, imposibilitando la salida fluida y clara de un equipo que fue de menos a más y que recibió un gol cuando menos sufría.

Los vallecanos replegaban bien tras pérdida de balón, manteniendo hasta seis jugadores en campo contrario para achicar espacios, pero aun así las primeras ocasiones serían para el conjunto local. Linares, más activo en zona ofensiva que Toché y Michu, remató un balón lanzado en diagonal desde la banda contraria, anticipando la que sería la jugada decisiva de la primera mitad. Balón cruzado para el delantero y complicaciones para la defensa franjirroja. El Rayo se limitaba a los envíos desde la banda para las entradas de Manucho y Miku, que hoy acompañó al angoleño en zona de ataque, con Piti y Alex Moreno, que estuvieron muy discontinuos, ocupando las bandas en campo contrario. Los ovetenses aguantaron el primer cuarto de hora trabajando muy bien por el centro, con dos hombres persiguiendo a Trashorras y Cristaldo para impedir la circulación de balón de los vallecanos. Viendo que esta disposición táctica no era efectiva, Trashorras avanzó unos metros su posición para burlar la presión de los asturianos y empezar a tocar más balón. El Rayo mejoró con Trashorras ganando más balón, mientras Piti salía de la banda para provocar superioridad en el centro y Miku intentaba ayudar al gallego en las triangulaciones que descargaban a banda. 

Galán vería cómo se le anulaba un gol por fuera de juego y el Oviedo empezó a sufrir sin balón, aunque no tanto en su propia área sino más bien en la creación futbolística. El Rayo dominaba claramente el partido, con Manucho iniciando la presión y con el resto del equipo secundando al delantero para recuperar balones que les mantuviera en campo contrario. Así arrancó la jugada decisiva de la primera mitad. Tras saque de banda a favor, Cristaldo perdería un balón que aprovechó Michu para lanzar arriba. Linares, ganando la espalda a Galán y Amaya se presentó ante Toño y, cuando parecía que se quedaba sin apenas opciones, tocó el balón para sorprender al portero ante la pasividad de los dos defensas franjirrojos, incapaces de robarle el balón o impedir su remate. El Oviedo marcaba cuando menos lo merecía, con diez minutos por delante para contrarrestar las acometidas de un Rayo dolido que buscó un empate que no llegaría. Manucho remató de cabeza un lanzamiento de falta de Piti y Trashorras, que también pisó área contraria, remató también de cabeza un pase de Manucho para lucimiento del guardameta Juan Carlos.

Otro gol anulado y nuevo 'golpe' cuando mejor jugaba el Rayo

La segunda mitad arrancaría con el Rayo metido en campo contrario para buscar dar la vuelta a un partido que se puso muy cuesta arriba cuando menos se esperaba. El Oviedo quiso contemporizar para buscar la puntilla a la contra. Galán, por segunda vez en el partido, sufriría la 'buena vista' del asistente del colegiado Valdés Aller que, de manera acertada, anuló por fuera de juego el segundo tanto del lateral derecho franjirrojo. En el 55, una buena recuperación de Piti con pase en ventaja para Alex Moreno y salida mal elegida por Juan Carlos, permitió al interior franjirrojo gozar de una gran ocasión de gol, aunque su remate elevado se marchó desviado.

Piti cambió su posición con Alex Moreno, se incrustó en el centro junto a Miku, y el catalán empezó a carburar, permitiendo al equipo vallecano tener mucha más movilidad en ataque. La libertad de movimientos de los hombres de ataque del Rayo, circulando alrededor de Manucho, creó muchos problemas a la defensa ovetense, que siguió con su parsimonia con la intención de rebajar el 'acaloramiento' del ataque del cuadro de Sandoval, que volvió a retrasar a Trashorras para que iniciase las acciones ofensivas. Con el partido controlado por los franjirrojos llegaría la segunda jugada definitiva del partido. Un envío a la frontal del área peleado por Michu se convirtió en una pena máxima cometida por Rat, que arrolló al ex jugador del Rayo sobre la misma línea del área de la portería de Toño. Toché no perdonó y los vallecanos, a falta de poco más de un cuarto de hora, veían cómo su esfuerzo no tenía premio, viéndose obligados a arriesgar con defensa de tres. Comesaña sustituyó a Rat para ganar más efectivos en ataque.

Con el paso de los minutos, la desesperación llevaría al Rayo a olvidar cómo había conseguido acercarse a las inmediaciones del área de Juan Carlos. Dejó de combinar, buscó los envíos para Manucho y perdió el empaque de buen equipo que hasta el 2-0 había mostrado en el Carlos Tartiere. El tramo final del partido se le hizo eterno al equipo vallecano, nadie aparecía por el centro, nadie se mostraba arriba y las bandas terminaron por desaparecer. Sandoval, sin recursos para revitalizar el juego de su equipo, dio entrada en los minutos finales a Joni Montiel, pero a falta de diez minutos para el final ya solo quedaba tiempo para evitar que el Oviedo hiciera más sangre. Una llegada de Toché que pasó junto al poste de la portería de Toño y un saque de esquina rematado fuera ante la pasividad de la defensa, serían las últimas acciones de ataque de un Oviedo al que le bastó con estar serio en defensa y aprovechar las ocasiones generadas en ataque. El Rayo deberá seguir trabajando para mejorar lejos de Vallecas, donde pierde todo lo bueno que hace como local.