No está siendo un principio de temporada cómodo para Pablo Hernández. El jugador franjirrojo, que llegó en el último suspiro del mercado de fichajes, todavía no ha encontrado la regularidad que le sirva para mostrar su potencial, algo que espera llegue pronto para poder ayudar al equipo. Ayer, mientras esperaba pacientemente a su excompañero y amigo Aritz Aduriz, con el que coincidió en el Valencia, comentó las dificultades que tuvo el Rayo ante un buen rival como el Athletic. "Es difícil, porque si en el minuto uno les regalamos un gol todo se pone muy cuesta arriba, sobre todo contra un equipo como el Athletic que con el 0-2 nos terminó de matar. En la segunda parte el equipo lo intentó, buscó algún gol para meternos en el partido, con defensa de tres y juego de ataque, entradas por banda y muchos centros. Tuvimos ocasiones, pero con el 0-3 el partido ya estaba acabado. Esto es fútbol, sabíamos que el Athletic es un gran rival, un equipo fuerte, y que si le das alguna opción te mata, porque tiene jugadores de mucha calidad arriba, que hacen gol con facilidad y es lo que ha pasado. Hay que levantar la cabeza y seguir, que el miércoles tenemos un partido de copa muy importante, luego viajamos a Villarreal, y serán dos meses muy intensos y con muchos partidos".

Pablo alabó la entrega del equipo pese al resultado adverso, porque "nuestra obligación era intentarlo sabiendo que era muy complicado porque ellos defienden muy bien. Era un partido que teníamos muchas ganas de que llegara y estábamos convencidos de poder sacar algo positivo", añadiendo que "en el vestuario estábamos jodidos por la derrota. Sabemos que tenemos que mejorar, que no podemos conceder regalos al rival porque nos puede costar el partido. Estamos tranquilos por el esfuerzo porque, aun perdiendo 0-2 y 0-3, el equipo lo ha intentado, se ha dejado la piel en el campo pero no nos han salido bien las cosas".

En el plano personal y, pese al mal resultado, se mostró esperanzado de cara al futuro más inmediato tras superar sus problemas físicos de las últimas semanas. "Hoy por fin he podido jugar un partido completo después de mes y medio sin poder acabar un partido. Me está costando, porque apenas hice pretemporada con el equipo de Catar, empezamos muy tarde y las pretemporadas de allí no tienen el mismo nivel que aquí. Cuando llegué aquí el ritmo es muy distinto y lo noté, luego la lesión, el último partido contra el Granada acabé con molestias y el día del Getafe apenas pude entrenar dos o tres días, pero bueno, hoy ha sido importante poder acabar el partido y sumar minutos. Soy el primero que está deseando coger la forma al cien por cien para ayudar al equipo y para que se vea al mejor Pablo. Estoy en el camino y espero que sea pronto", concluyó.