Ficha técnica:
Getafe (1): Guaita, Roberto Lago, Velázquez, Cala, Lafita (Moi Gómez, minuto 72), Lacen, Alvaro (A) (Scepovic, minuto 75) (A), Sarabia, Vigaray (A), Víctor Rodriguez (Yoda, minuto 82) (A) y Juan Rodríguez (A).
Rayo Vallecano (1): Juan Carlos, Tito, Dorado (Pablo, minuto 59), Llorente, Nacho, Baena (A), Trashorras (A)(Amaya, minuto 77), Jozabed (A), Embarba, Bebé (Ebert, minuto 37) y Javi Guerra (A).
Arbitro: De Burgos Bengoetxea.
Goles: 1-0. Minuto 58. Jozabed, en propia puerta; 1-1. Minuto 72. Jozabed.
Descafeinado, soso, flojo y aburrido, así fue el derbi entre un Getafe que no supo aprovecharse de la debilidad del rival y un Rayo que tardó demasiado tiempo en parecerse en algo al equipo que todos esperábamos y que nadie reconoció. El empate final sabe mejor a los vallecanos que a los getafenses, porque los franjirrojos sumaron un punto mientras que los locales dejaron escapar dos. Y eso que el partido tuvo 'anécdotas' como para haberse decantado de uno u otro lado de manera definitiva. Un gol en propia puerta, un clamoroso penalti fallado, un gol en el consiguiente rechace y un error del meta rayista que dio un susto de muerte a la parroquia vallecana, antes de dar por cerrado un partido que pasará sin pena ni gloria al historial de derbis y, si lo hace, será porque el Rayo no consiguió lo que habitualmente lograba en el Coliseum, la victoria.
De inicio Jémez cumplió con su palabra de hacer jugar a Juan Carlos y dejar fuera a Pablo Hernández. Además, ante la ausencia de Zé Castro se decantó por Dorado, que le ganó el pulso a Amaya, dando entrada a Jozabed en la media punta para ayudar al 'dúo dinámico' formado por Trashorras y Baena.
El partido fue malo en su primera mitad. El Getafe era incapaz de superar la línea defensiva vallecana, mientras el Rayo se dedicaba a deambular por el césped del Coliseum sin demostrar ese instinto básicamente asesino que caracteriza al equipo de Jémez cuando detecta un rival débil.
Embarba lo intentaba por la banda, Bebé casi ni aparecía, Jozabed se perdía entre líneas y Javi Guerra pagaba las consecuencias con balones que nunca le llegaban en ventaja o al menos en igualdad.
Tras media hora insulsa de fútbol, el Getafe pareció despertar del letargo otoñal que estaba viviendo, para intentar poner a prueba los nervios de un Juan Carlos que se reencontraba con la titularidad tras las dos goleadas encajadas ante Celta y Dépor de manera consecutiva. Alvaro y Lafita lo intentaron sin fortuna, instantes antes de la primera decisión importante de Paco Jémez El técnico sentaba a Bebé y daba entrada a Ebert ocho minutos antes del descanso, dando otro 'toque de atención' al jugador cedido por el Benfica.
El partido se reactivó en la segunda mitad
Con un derbi que había hecho mucho ruido, pero que ofrecía pocas 'nueces', seguía adelante la tarde-noche del lunes en Getafe. Jémez espabiló a los suyos en el vestuario, mientras Fran Escribá reforzaba a los locales en la idea de aprovechar las ocasiones que terminaría permitiendo el Rayo. No hizo falta mucho, porque Jozabed introducía el balón en la portería de Juan Carlos tras una internada por banda derecha, provocando el desconcierto en un equipo que había vuelto al partido con nuevos bríos y que, con la entrada de Pablo Hernández y la segunda decisión importante de Jémez, daría un pequeño vuelco.
Pablo entraba en lugar de Dorado, lo que dejaba al Rayo en ventaja ofensiva pero en clara desventaja defensiva, con defensa de tres (Llorente, Tito y Nacho) y la apuesta salió bien. El cuadro franjirrojo dio dos pasos al frente, jugó mucho más eléctrico entre líneas, desestabilizó la serenidad defensiva local y provocó una acción que finalizó con un clarísimo penalti de Vigaray por mano dentro del área. Trashorras lo lanzó, Guaita lo despejó y Jozabed, enmendando su error anterior, consiguió el empate anticipándose a los defensores.
Con el empate, y visto lo visto, Jémez decidía recomponer de nuevo el equipo dando entrada a Amaya en lugar de Trashorras, dejando a Jozabed en el centro y volviendo a una disposición clásica y mucho más conservadora para intentar salvar al menos el punto conseguido. Juan Carlos, al que se le escapó un balón que tras pegar en el larguero le volvió a las manos, dio el gran susto de la noche, mientras el Getafe lo intentaba con más corazón que cabeza y el Rayo sin corazón ni cabeza.
Con varias llegadas locales al área franjirroja, que dejaron varios 'uuuy' en la grada y con algún que otro leve intento vallecano concluyó un derbi que se desinfló desde el primer minuto y que vivió más de los errores que de los aciertos.
