Ficha técnica:

Rayo Vallecano (3): Toño, Tito (A)(A), Zé Castro (A), Llorente, Rat, Baena, Trashorras, Jozabed, Ebert (A)(Embarba, minuto 56), Lass (Bebé, minuto 52) y Javi Guerra (Manucho, minuto 81).

Espanyol (0): Pau López, Víctor Sánchez (A)(A), Víctor Alvarez (Montañés, minuto 63), Enzo Roco (A), Cañas, Hernán Pérez (Burgui, minuto 63), Fuentes, Caicedo (Mamadou, minuto 77), Alvaro, Arbilla y Marco Asensio.

Arbitro: Prieto Iglesias.

Goles: 1-0. Minuto 35. Trashorras, de penalti; 2-0. Minuto 75. Javi Guerra; 3-0. Minuto 77. Javi Guerra.

El Rayo Vallecano superó claramente a un Espanyol que llegó a Vallecas buscando los errores del rival y se encontró con una goleada merecida y totalmente justificada. El planteamiento rácano, conservador y poco vistoso de los de Sergio González contrastó con la habitual apuesta de un Rayo que esta noche estuvo inspirado y seguro y que supo apoyarse en una gran labor defensiva, en la velocidad de los extremos y laterales y en el acierto goleador de Javi Guerra, para finiquitar un duelo en el que la victoria cayó del lado de quien la quiso y no de quien la esperó.

El partido fue una llanura continua para un Rayo que vio cómo su rival decidía esperar en su propio terreno de juego, aguardando la salida de los centrales para provocar unos contragolpes que no se dieron en todo el partido. Ahí el Rayo estuvo más fino que el Espanyol, achicó espacios adelantando su línea defensiva e incrustando a Caicedo y Marco Asensio y consiguió superioridad con la subida de los centrales y el inicio de las acciones de ataque en las botas de Trashorras. Una vez logrado ese primer objetivo, el camino se allanaba para los de Jémez, porque las bandas fueron protagonistas, sobre todo la izquierda con Ebert y Rat, pero también la derecha con los destellos de Lass y el apoyo constante de Tito. Lo del guineano es un misterio sin resolver. Hoy defendió más de lo habitual, corrió hacia atrás más de lo acostumbrado, trabajó más de lo que hizo otras veces, pero terminó en el banquillo una vez más. Bebé, que sorprendentemente se había quedado 'a la sombra' de inició, salió para ser protagonista. Pero eso llegaría más adelante.

Retomando el orden lógico de las cosas, y una vez superado el inciso provocado por la sorpresa de ver a Lass haciendo lo que tanto se le ha solicitado, nos volvemos a encontrar con el Rayo manejando el balón y el Espanyol asentadito en su propio terreno de juego. Ebert provocaría la primera ocasión del encuentro, pero Javi Guerra, protagonista con mayúsculas del encuentro, no llegó a rematar. Con este primer acercamiento el partido pareció despertar del letargo que contagia el 'casi-silencio' de la grada de Vallecas, algo que para el Espanyol fue un mero espejismo, hecho añicos por la fenomenal intervención de un Toño que envió contra el larguero un remate a placer Víctor Alvarez, coronándole como el segundo gran nombre de la noche (o el primero, según se mire). 

Apenas se había cumplido el primer cuarto de hora y ya habían sucedido suficientes cosas como para que el partido no siguiera con 0-0, algo que, sin duda,  era lo que buscaba y merecía un Espanyol acomodado y sin la sangre suficiente como para provocar los habituales errores de un Rayo que siguió construyendo su fútbol minuto a minuto. Ebert remataría de cabeza al palo (minuto 18) y el conjunto vallecano empezó a creer en sus posibilidades de manera mucho más evidente, intensificando su dominio y viviendo plácidamente un partido que apenas le brindaba sobresaltos.

Con el viento a favor, la nave vallecana se encontraría con un penalti muy discutido por los pericos, que transformaría Trashorras en el primer gol de la noche. El marcador por fin hacía justicia a los méritos y las intenciones de unos y otros, victoria para los que querían y derrota para los que esperaban.

Javi Guerra, con un doblete, y Toño parando un penalti 'in-extremis', pusieron la guinda al pastel

Con la segunda mitad llegaría el 'brindis al gol' del nuevo matador del área en Vallecas, Javi Guerra. El delantero franjirrojo redondearía la buena noche futbolística vallecana con un doblete que devolvía la sonrisa a la parroquia franjirroja, que siguió apoyando a los suyos, aunque con la ausencia sonora de los que más se hacen notar. Vallecas sin Bukaneros no es ni la mitad de impresionante, pero el Rayo también ganó sin ellos.

La segunda parte arrancó con el Espanyol intentando dar un paso al frente y con el Rayo buscando pagar con su mejor arma a los pericos: el contragolpe. Lass tuvo una excepcional oportunidad en una fulgurante salida, pero su falta de control evitó que el conjunto vallecano encarrilara de manera definitiva el partido. Jémez decidió sentar al guineano y dio entrada a Bebé, buscando más vitalidad en la banda, sentando posteriormente a un amonestado Ebert para 'dar bola' al joven Embarba. Con la renovación de las bandas, el Rayo volvió a coger las riendas del partido, sobre todo tras la expulsión de Víctor Sánchez por doble amonestación. Quedaban veinticinco minutos por delante y el Rayo ya no sufriría. 

Bebé, que había entrado 'hiperactivo' al encuentro, buscó un disparo lejano que pasó junto al poste de la portería de Pau, ofreciendo un recital de potencia y calidad en la siguiente acción en la que brindó el segundo de la noche al ariete Javi Guerra, que no perdonó. Tampoco lo haría dos minutos más tarde, cuando buscó el hueco necesario para desde la frontal anotar el gol de la noche y cerrar una victoria tan merecida como importante para los intereses de un equipo al que todavía le quedaba por delante la última gran alegría de la noche. Tito sería expulsado en los últimos instantes del choque por tocar el balón con la mano dentro del área y Toño, poniendo el colofón perfecto a su actuación, detendría el penalti lanzado por Burgui, que cerraba una noche de ensueño para un Rayo que ya piensa en asaltar Ipurúa dentro de una semana.