Siempre es bonito y emotivo que la gente de tu barrio, de tu equipo, se acuerde de ti, porque cuando uno deja de ser futbolista en activo y pasan los años es cuando te das cuenta de lo que has significado para ellos.

Recibir un premio de tu gente después de tanto tiempo es un orgullo. Es de los premios que más te gustan, cuando la gente de tu casa te valora. Que después de tantos años que dejaste el fútbol se sigan acordando de ti es lo más bonito. Pueden pasar muchos presidentes, muchos jugadores, pero lo más importante que hay en un club es su historia y eso es algo que hay que cuidar. Hoy es un día especial, porque se ha visto que se siguen acordando de nosotros y estoy muy agradecido. Yo sigo estando muy cerca de ellos, porque sigo siendo abonado del Rayo y sigo viendo los partidos.

Se vive de manera diferente a cuando uno está ahí arriba y todo son palmaditas en la espalda.

Es diferente. Ser futbolista es un trabajo muy bonito pero psicológicamente puede hacer mucho daño. Es un examen cada semana, palmaditas en la espalda un día y al siguiente eres muy malo. El fútbol tiene cosas buenas y malas, pero en definitiva es un deporte sano, muy disputado. En el himno del Rayo se mencionan la nobleza y el coraje, que son adjetivos que definen a un barrio como Vallecas.

¿Cuántas veces te has visto, durante todos estos años, corriendo por el campo de Vallecas?

Muchas veces. Ten en cuenta que tengo el restaurante ahí y muchas veces salgo al campo y recuerdo muchos momentos de alegrías y tristezas, porque conseguimos un ascenso o sufrimos una decepción. He sido un futbolista que ha tenido mucha suerte, que ha vivido muchas cosas malas, pero también todos los éxitos. En tantos años he vivido muchas cosas y para mí sería difícil vivir sin el Rayo, porque ha sido todo para mí. Me ha hecho como persona y como futbolista. En un barrio que se decía "marginal", ha hecho que los chavales estén jugando al fútbol y ha tenido mucha influencia en su educación. Imagínate en mi caso, en la época en la que yo jugaba, si no hubiera sido por el Rayo, por el deporte, a lo mejor hubieran cambiado muchas cosas en mi vida.

Hoy en día todo es distinto, tú mismo has comentado que ahora prima la empresa por encima del sentimiento y que es difícil encontrar jugadores de club como en tu época.

Todo ha cambiado mucho. Antes era más sentimental, la gente estaba más unida. Se han cambiado unas cosas por otras, no sé si es mejor o peor, pero yo me quedo con lo de antes, que socialmente la gente se comunicaba mucho más, el bocadillo de la mañana, las alegrías, los bares de Vallecas funcionando, porque de camino al campo los bares funcionaban, y ahora es una pena como está todo.

Deportivamente hablando, ahí sigue el Rayo dando guerra en Primera y con una de las plantillas que para muchos es de las mejores de los últimos años.

Por nombres es una de las mejores plantillas, pero tienen que demostrarlo, y hasta ahora lo están demostrando. Creo que el Rayo Vallecano se ha quitado el adjetivo de 'matagigantes', que nunca me ha gustado, y es capaz de ganar a cualquier equipo y de jugar bien al fútbol. Ya era hora de que nos quitáramos eso de encima, porque parecía que ganar al Real Madrid era lo más importante y eso no es así. El Rayo se está asentando en Primera División y lo que hace falta es que aprendamos de los errores, que el club haga bien las cosas y que no se cometan los mismos fallos que antes, porque cuesta mucho trabajo llegar hasta aquí para en dos años tirarlo todo a la basura e irte a Segunda B. Yo pediría al club que haga las cosas bien, con cabeza, y que mire por el barrio, que es un barrio con mucho sentimiento.