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El Rayo rema para terminar ahogándose en la orilla del Eibar

Escrito por Lunes, 03 Noviembre 2014

    El Rayo Vallecano cayó derrotado ante el Eibar en un partido que se puso cuesta arriba con un 0-2 en el minuto 50 y que, tras dos goles de Leo en apenas un minuto, sentenciaría Arruabarrena en la última jugada.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Toño (Cobeño, minuto 25), Tito, Amaya, Zé Castro (Licá, minuto 51), Nacho (A), Baena, Trashorras, Aquino (Manucho, minuto 63), Bueno, Kakuta y Leo Baptistao

    S.D. Eibar (3): Irureta, Bóveda, Ekiza, Albentosa, Capa (Abraham, minuto 68), Errasti, Arruabarrena, Dani García (A), Lillo (A) (Manu del Moral, minuto 75), Piovaccari (Navas, minuto 75), Saúl.

    Arbitro: Iglesias Villanueva.

    Goles: 0-1. Minuto 37. Arruabarrena, de penalti; 0-2. Minuto 50. Piovaccari; 1-2. Minuto 66. Leo; 2-2. Minuto 67. Leo; 2-3. Minuto 85. Arruabarrena.


    La montaña rusa en la que decidió subirse el Rayo Vallecano en su encuentro ante el Eibar terminó pasando factura a los de Jémez y lo hizo con tal brutalidad que heló Vallecas, porque que si malo fue el principio... mucho peor sería el final. Los vallecanos afrontaban el choque de esta noche, el de los lunes, el de las protestas por 'horarios indignos', el del recuerdo a Tebas, con la idea de engancharse al tren de los privilegiados, de los que solo miran para arriba y se olvidan de las penurias de la zona caliente de la tabla, pero su realidad fue bien distinta.

    Jémez, que había anunciado algunas caras nuevas, cumplió con su palabra y dio entrada a Nacho, que debutaba esta temporada, y a Javier Aquino, que relegó al banquillo al portugués Licá. El resto, un equipo predecible, con la entrada de Alberto Bueno tras sus problemas físicos, y con la pareja de centrales formada por Zé Castro y Amaya.

    La primera parte fue fiel reflejo de lo que sucedía en la grada. Nada. Sin ambiente, sin animación, sin fútbol, sin ideas. Los minutos iban transcurriendo entre arreones individuales, con un Eibar bien asentado en defensa y con las ideas muy claras: para no sufrir había que alejar el balón de las inmediaciones de Irureta. Cumplió con su trabajo, serio, contundente y poco especulador. El conjunto eibarrés no quiso dar concesiones al Rayo, no le apretaba excesivamente arriba, pero tampoco dejaba huecos como para permitir la movilidad de los rayistas, ni la transición del balón por zonas de peligro.

    Hasta el minuto 24, en el que la grada de Bukaneros decidió que se acababa su protesta pasiva, el partido apenas ofreció nada vistoso. Un intento de Kakuta tras un buen envío de Nacho y un remate del lateral zurdo, fueron los acercamientos más peligrosos de un Rayo que sufriría el primer revés cuando Iglesias Villanueva castigaba con penalti un leve contacto de Nacho sobre Bóveda, totalmente exagerado por el azulgrana. Arruabarrena no desaprovecharía la ocasión de batir a un David Cobeño que había entrado minutos antes en sustitución de Toño, que se lesionó de manera fortuita.

    El Rayo no pudo ni supo reaccionar ante el duro golpe sufrido y, lejos de venirse arriba, siguió con su 'medio paso' en busca de una jugada que les devolviese a la realidad del encuentro. El gol no llegaba y el Eibar, que se sentía cómodo en su papel de defensor del resultado, pareció sentenciar el choque cuando en el minuto 50 Piovaccari lograba batir por segunda vez esta noche a Cobeño.

    El conjunto vallecano tenía que empezar a remar y debía hacerlo pronto y sin contemplaciones, porque los tres puntos volaban de Vallecas sin que su rival hiciera apenas nada para merecerlo. De repente entraron en escena Licá y Manucho y su irrupción en el campo coincidiría con el 'minuto de oro' de un partido que se volvería loco en la última media hora. Irureta se empleó a fondo para sacar un buen lanzamiento de falta de Kakuta, Bóveda salvaba a su equipo despejando bajo palos un disparo de Aquino y el Rayo empezaba a creer en el milagro.

    Entre tanto, el Eibar pudo sentenciar con un claro contragolpe que no encontró su premio y a la vuelta de esta jugada llegaría el momento deseado en Vallecas. Leo y gol en el 66 y de nuevo Leo y nuevo gol en el 67 hicieron temblar los cimientos del estadio franjirrojo. No había tregua, no había excusas. Jémez había tirado la casa por la ventana poniendo defensa de tres con el 0-2 y la única salida era seguir luchando en busca de la victoria.

    Pero esta noche, el fútbol volvió a ser esquivo y cruel con el Rayo. Una gran contra del Eibar permitía a Arruabarrena anotar el 2-3, desinflando por completo el globo de un equipo que se había vaciado, que había logrado lo más difícil pero que, después de mucho remar, veía como terminaba ahogándose en la orilla.

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