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Míchel y Cobeño protagonistas en los coloquios de la Peña 2004

Escrito por Lunes, 27 Octubre 2014

    La Peña Rayista 2004 ha celebrado esta noche el segundo de sus coloquios con motivo de su X Aniversario. Míchel, eterno capitán del Rayo, y Cobeño, representante de la 'vieja guardia', fueron sus protagonistas.


    David Cobeño y Míchel, junto a los periodistas Antonio Luquero, Jose Luis Poblador y Carlos Sánchez Blas, fueron protagonistas del segundo de los coloquios que sirvió a la Peña Rayista 2004 para celebrar a lo grande su X Aniversario. Si la semana pasada el punto de vista llegaba desde los banquillos, con los tres últimos entrenadores que han vivido y sufrido el Rayo, esta noche la visión llegó desde los protagonistas que han vivido la historia más reciente del Rayo desde dentro del terreno de juego.

    Mïchel, máximo exponente de la cantera del club vallecano, abrió el coloquio hablando precisamente del futuro y del trabajo de la base, de esos jugadores que sean capaces de ocupar el hueco dejado por ellos. "Yo espero que de la cantera salga gente que pueda ocupar ese sitio. Ahora es más difícil, porque en Primera División no es como en Segunda B, que subieron Yuma, Coke, Amaya y gente que era de la casa. Ahora es más complicado y encima con una plantilla que es muy buena, pero se está trabajando bien y confío en los chicos de la cantera, que hay gente de Vallecas y de cerca de Vallecas, y que creo que pueden ocupar nuestro sitio. Estoy convencido y no creo que un vestuario pueda subsistir sin una figura que sienta los colores. A mí me lo transmitió Cota en su día y veo muy difícil que un vestuario de Primera o Segunda División, cuando las cosas van mal, pueda sobrevivir sin alguien que tire del carro y que lo haya mamado desde dentro".

    En la misma línea se expresó el cancerbero Cobeño, que afirmó que "es básico que haya gente de abajo, que sepa lo que es el Rayo, que lo haya sufrido... quizá ahora no se sufra tanto como nosotros, que tuvimos que estar en un montón de sitios, en San Blas, Santa Eugenia, Vallecas, por todos los campos de Madrid. Es necesario y, aunque ahora se está viviendo un momento bonito y el club ha mejorado mucho, al final esto no dura para siempre y los malos momentos vendrán, y ahí será cuando se necesite a gente de la casa que tire para adelante. Yo he estado en muchos equipos de Primera División y, al final, la gente que tira del carro es la de casa, juegue o no juegue. El que siente los colores deja aparte otras cosas que a lo mejor el que está de paso no las valora".

    A lo largo de un intenso y apasionante coloquio de rayismo, ambos protagonistas recordaron los malos y buenos momentos vividos con su equipo. Míchel recordó sus palabras el día que la afición vallecana le homenajeó. "Dije el día de mi homenaje, que fue uno de los más bonitos de mi vida, que en la carrera de un futbolista uno se tiene que quedar con lo positivo y olvidar lo negativo y yo, desde que me he retirado, no me acuerdo de nada de lo malo que he pasado en el Rayo Vallecano. En lo positivo, mil anécdotas, cuatro ascensos, jugar en Europa con la franja y haber marcado en sitios como el Bernabéu o el Camp Nou. Lo negativo prefiero olvidarlo y aunque forma parte de la historia de un jugador, creo que 'lo que no mata engorda'".

    Cobeño, en cambio, no dejó pasar la oportunidad de recuperar algunas malas experiencias vividas, comentando que "cosas malas hay y aunque, como dice Míchel, hay que olvidarlas, sí que hay cosas recientes que hacen mella. El año que no cobrábamos recuerdo a compañeros llorando en el vestuario, porque no tenían para pagar la letra del coche o de la casa y que pedían ayuda a los compañeros. Me pongo en la situación de esos jugadores y es duro. Esa gente sigue jugando en Primera División, algunos a un nivel muy alto y ganando dinero y eso es algo que no se olvida. En lo positivo siempre recuerdo el día de la salvación ante el Granada en casa, que para mí fue único" porque "la situación en la que estaba la plantilla era dura, con gente que no se hablaba, vimos que podíamos estar en Europa y al final casi estábamos en Segunda y cuando acabó ese partido nos dio un subidón. Para mí ese día es lo mejor del fútbol". Cobeño siguió rememorando aquel momento inolvidable. "Durante la semana unos cuantos estuvimos hablando bastante, porque no veíamos la manera de poder sacarlo adelante, porque se veía el ambiente en el vestuario y la marcha tan mala que llevábamos, que no sacábamos nada adelante, y hablábamos cuatro o cinco y veíamos que no se sacaba, que la dinámica del equipo era descendente y que no había por dónde cogerlo. Al final se obró el milagro, marcó el gol Tamudo y todavía estamos ahí".

    Cobeño compartió con los presentes sus sensaciones aquella maravillosa jornada de sufrimiento y de alegría. "Yo estaba tranquilo, porque soy muy tranquilo, pero en el descanso me temblaba todo, me miraba las manos y me temblaban. Pensaba que estaba tranquilo, pero era la tensión que tenía dentro al ver que aquello no salía". Al concluir el partido, el portero se derrumbó y rompió a llorar. "Es difícil que llore por algo, pero en aquel momento ni pensaba, la gente me cogía, me chillaba, pero yo iba a lo mío y llegué al vestuario y seguía llorando y pasaron como diez minutos hasta que reaccioné. La tensión acumulada de toda la semana, del partido y de cómo se estaban dando las circunstancias me marcó aquel día que, para mí, es el más importante de mi vida".

    Míchel lo recordaba desde su visión fuera del terreno de juego, en el banquillo. "Cuando marcó Tamudo estábamos ¿cien personas en el campo?... yo empecé a saltar y me abracé a alguien, no sé si era un seguidor, fue increíble".

    A lo largo de la charla, también se recordó la jugada anterior al gol de Tamudo, en la que Cobeño salvó al equipo de una derrota casi segura y que, en cambio, apenas fue valorada. Cobeño comentó que "esa jugada la recuerdo porque cuando me levanté vi a Mikel Labaka mirándome y dijimos: 'No tenemos nada que hacer'. Siempre que hablo con Mikel se lo recuerdo, aquella mirada de desesperación que nos cruzamos. Yo me siento valorado por mucha gente, hay otros que no, porque tiene que haber de todo, pero la gente del Rayo valora muchas cosas que se tienen que valorar y la gente que sigue el día a día del club lo hace, y con eso me quedo".

    El portero también fue protagonista en otro lance histórico del club: su gol ante el Elche, con Jaime como portero rival. "Ni lo celebré. No sé si fue Piti el primero en venir y me abracé a él, pero sin saber lo que tenía que hacer. Era un gol importante, porque nos jugábamos el ascenso a Primera. Lo que sí recuerdo es la bronca que tuve con Jaime, yo no lo hice a propósito, las cosas como son, pero me alegré y él se lo tomó muy mal", comentaba Cobeño.

    Ambos jugadores siguieron avanzando en sus recuerdos, repasando pedazos de la historia de un club en el que han sido protagonistas y en el que todavía siguen siéndolo.

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