El Rayo Vallecano afrontará ante el Málaga una nueva oportunidad de seguir asombrando al mundo con su apuesta futbolística y, esta vez parece que sí, también con sus resultados. Los vallecanos, que acostumbraron al 'universo fútbol' a un despliegue ofensivo, alegre y desenfadado, no solían apoyar su propuesta en unos resultados que convenciesen a aquellos que anteponen los números del marcador a los números de la posesión. Este año la dinámica del equipo parece ser concordante con su forma de jugar y, ante el Málaga, gozará de una gran oportunidad de seguir reivindicándose, gustándose y disfrutando de lo que le gusta hacer: jugar al fútbol.
El rival del próximo domingo ha dejado por el camino muchos millones de euros, grandes estrellas y tantas ganas de comerse el mundo que ha vuelto a recobrar el sentido de un equipo de fútbol construido por y para su gente. Nadie niega en que en Málaga todos han disfrutado con los éxitos de su equipo, sus paseos por Europa y el baile de nombres de alto nivel que han vestido la blanquiazul, pero ahora todo ha sufrido un giro radical. La salida de Willy Caballero, Gámez o Eliseu fueron compensadas con Ochoa, Rosales, Amrabat, Recio y Horta. También abandonó el club el siempre polémico Bern Schuster, que no vivió una etapa muy agradable en la ciudad malagueña. Con el jeque Al Thani todavía al frente, el Málaga aspira a colarse entre los aspirantes a una competición europea de la que fue expulsado por unos problemas económicos que poco a poco intenta superar.
En la presente campaña, el conjunto entrenado por Javi Gracia apenas ha sufrido dos derrotas (Valencia 3-1 y Getafe 1-0), empató ante Levante, Espanyol y Barcelona, de manera consecutiva, logrando además la victoria ante Athletic y Granada en casa y Córdoba fuera, en la última jornada disputada. Estos marcadores permiten a los andaluces transitar por mitad de la tabla, con doce puntos, uno más que el Rayo.
El conjunto vallecano, que contará con la baja del central Abdoulaye por sanción pese al intento por evitar su castigo, y la de Bueno por lesión, volverá a viajar lejos del Estadio de Vallecas. La victoria 'in extremis' lograda ante el Granada en el Estadio de los Cármenes, gracias al gol anotado por Manucho en el descuento, ha reforzado la moral de un equipo que sabe que en Málaga habrá que hacer muchas cosas, y muy bien, para sumar los tres puntos.
Los de Jémez son conscientes del potencial de los malagueños, pero confían plenamente en sus posibilidades para sumar una victoria que les relance en la clasificación. Con Leo en punta de ataque (el hispano brasileño anotó dos goles en el amistoso ante el filial) y con el apoyo de Kakuta, Pereira, Licá y Trashorras, el Rayo buscará imponer su tenaz juego de toque y posesión, sin descuidar la línea defensiva. Es ahí donde aparentemente el conjunto vallecano está sufriendo una evidente crisis, aunque la valentía de Amaya y el trabajo en la sombra de Zé Castro podrían aliviar las penas de un Jémez que veía con preocupación cómo Morcillo se presentaba como el único central sano.
Ante una Rosaleda 'a reventar', que ya colgó hace unos días el cartel de no hay billetes, el Rayo buscará el honor de colarse entre el grupo de aspirantes a grandes metas, reforzando la idea general que sostiene el potencial de una plantilla que sigue su crecimiento y que demuestra día a día el enorme nivel que tiene.
