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Espectáculo, orgullo y lógica

Escrito por Sábado, 04 Octubre 2014

    El Rayo Vallecano jugó de tú a tú con el Barcelona y, pese a perder 0-2 y acabar el partido con nueve jugadores (expulsados Morcillo y Aquino), dejó buenos momentos de fútbol ante el conjunto catalán.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (0): Toño, Tito, Abdoulaye (A) (Manucho, minuto 45), Morcillo (A)(A), Insua, Baena, Trashorras (A) (Jozabed, minuto 73), Bueno, Licá (Aquino, minuto 45) (A)(A), Kakuta y Leo Baptistao

    F.C. Barcelona (2): Bravo, Piqué (A), Bartra, Mathieu, Alves, Sergio, Xavi (A), Iniesta (Rakitic, minuto 68), Munir (Pedro, minuto 59), Neymar (Sandro, minuto 80) y Messi.

    Arbitro: Mateu Lahoz.

    Goles: 0-1. Minuto 34. Messi; 0-2. Minuto 35. Neymar.


    El fútbol actual tiene pocos secretos y el que más y el que menos ya sabe lo que le espera cada semana de competición. Si además te avisan por todos los medios posibles de cómo afrontarán el choque y lo cumplen a 'rajatabla', la sorpresa, que ya de por sí es imposible, se torna en una rutina que se cumple año tras año. El Rayo dijo que jugaría de tú a tú al todopoderoso F.C. Barcelona, y lo cumplió. Dijo que intentaría hacer un partido indigesto para los de Luis Enrique, y también lo cumplió. Y prometió que se dejaría el alma en cada balón y en cada jugada, algo que en Vallecas es imposible de no cumplir.

    Es muy difícil jugarle al Barcelona a pecho descubierto y querer 'rascar' algo, casi imposible, pero Jémez no cambia su discurso y cumple lo que promete, espectáculo para la grada. Su equipo bordó la primera media hora de juego ante los culés. Kakuta destrozó en varias diagonales las líneas blaugranas, Leo buscó la espalda de los defensas catalanes, mientras Trashorras intentaba imponerse a un medio del campo plagado de figuras.

    El Rayo peleaba la posesión, una de las grandes obsesiones de su entrenador, y quiso ser mejor que un Barcelona que supo jugar al ritmo que mejor le convenía. Por momentos, los de Luis Enrique parecían a merced del Rayo, por momentos parecían tener controlada la situación y, por supuesto, dos 'chispazos' de Messi y Neymar pusieron la puntilla al encuentro superada la media hora del primer período. La lógica aplastaba a la ilusión.

    El conjunto vallecano, arropado como en las grandes ocasiones por la grada de Vallecas, estuvo cerca, antes de los dos 'rejonazos', de poner el partido 'patas arriba' con un buen remate de Alberto Bueno ante el que se lució el hombre récord de la liga, el cancerbero Claudio Bravo que, tras siete jornadas disputadas, todavía no ha encajado un gol. Su actuación en general fue de nota.

    No brillaron las grandes estrellas del Barcelona, pero incluso cuando eso ocurre les vale con su calidad individual para decantar el encuentro. El Rayo lo siguió intentando, jugó en la segunda parte con defensa de tres, quedándose fuera Abdoulaye y entrando Manucho, además de la aparición de Aquino en lugar de Licá, pero no pudo hacer más que mantener viva su imagen de equipo peleón, correoso y trabajador.

    Al cuarto de hora de la segunda parte, Mateu Lahoz se sumó a la fiesta blaugrana (demasiado indulgente y conciliador con los barcelonistas durante los noventa minutos). El colegiado expulsó a Morcillo por doble cartulina amarilla, dejando a los franjirrojos sin ningún central con media hora por delante. El 'comodín' Tito, que igual vale para un roto que para un descosido, se situó en el centro de una defensa hecha trizas.

    El partido se rompió definitivamente y el Barcelona pudo sacar mayor rédito de sus acciones de ataque, antes de la anecdótica y poco influyente expulsión de Aquino en el minuto 90. Insua salvaba bajo palos un balón que superaba al meta Toño, que tuvo un par de actuaciones de mérito a remates de delanteros visitantes. También el Rayo, que no se arrugó ante las adversidades y siguió corriendo y peleando hasta el final, gozó de ocasiones para haber recortado distancias. Alberto Bueno en dos ocasiones puso a prueba de nuevo a un Claudio Bravo que celebró su éxito individual con una victoria colectiva, poco brillante, pero muy efectiva. El Rayo, que plantó cara a uno de los mejores equipos del mundo, salió derrotado pero con la tranquilidad de haber hecho un gran trabajo y haber cumplido con lo prometido; los rayistas pueden estar orgullosos de los suyos. Ahora, a descansar una semana y a seguir peleando, que la liga da una pequeña tregua.

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