El nombre de Miguel Ángel Sánchez Muñoz, conocido futbolísticamente como ‘Míchel’, está escrito con letras de oro en la historia del Rayo Vallecano, cuya camiseta del primer equipo defendió durante 16 temporadas. Como jugador, Míchel lo fue todo para el Rayo, el equipo de su vida y al que guarda en lo más profundo de su corazón. ‘Criado’ en la cantera rayista, hizo su debut con el primer equipo en la temporada 1993/94, en un encuentro ante el F.C. Barcelona. A partir de entonces comenzó para Míchel un sendero que le llevó a vivir todo tipo de experiencias deportivas defendiendo la franja roja: Desde jugar en Primera División y participar en la Copa de la UEFA, hasta tener que luchar por sacar adelante a un Rayo Vallecano que sufría en la Segunda División ‘B’.
En la temporada 2003/04, Míchel fue fichado por el Real Murcia por una cantidad cercana a los tres millones de euros que ayudaron a aliviar las necesidades económicas por las que pasaba el conjunto vallecano en aquellos tiempos; y en enero de 2006 regresó a Vallecas, a su casa, para ayudar a un Rayo que estaba en Segunda ‘B’ y con el que, a base de mucho esfuerzo y sufrimiento, logró dos ascensos que permitieron al conjunto vallecano regresar a Primera División.
A lo largo de las 16 temporadas que defendió la franja roja, Míchel demostró en innumerables ocasiones su infinito talento, y su zurda, con la que tenía un espectacular golpeo de balón, le dio muchas alegrías a la afición rayista. Finalmente, Míchel ‘colgó las botas’ tras concluir la temporada 2011/12, la cual acabó con el histórico ‘Tamudazo’ ante el Granada, pero siguió vinculado al conjunto franjirrojo, ya que desde entonces comenzó su etapa como Director General del Área de Metodología del Rayo Vallecano, siendo el encargado de implementar en la base un sistema común de trabajo. Además, es ayudante directo de Paco Jémez y colabora con él en los entrenamientos del primer equipo.
Tras su retirada, Míchel, el ‘Eterno capitán’, se convirtió en una leyenda del Rayo, y en octubre de 2012 la afición del equipo vallecano le dedicó un emotivo y muy merecido homenaje por todo su esfuerzo y dedicación durante su carrera como jugador en el equipo rayista.
28/11/1993: El día en que nació una estrella
Domingo 28 de noviembre de 1993. Tarde fría y lluviosa en un barrio de Vallecas que acogía el partido entre el Rayo Vallecano y el F.C. Barcelona correspondiente a la 13ª jornada de Liga en Primera División. El Barça de Johan Cruyff encaraba el choque ante los rayistas en plena lucha por el liderato, y para lograr este objetivo, el técnico holandés dispuso un once titular con Zubizarreta en portería; defensa de tres (Nadal, Koeman y Ferrer); un centro del campo formado por Eusebio, Guillermo Amor, Guardiola y Sergi; y un tridente de ataque compuesto por Stoichkov, Begiristain y Laudrup.
Por su parte, el Rayo Vallecano de Fernando Zambrano saltó al césped con un sistema de juego con vocación ofensiva: 1-4-3-3. En la alineación inicial rayista destaca la presencia de varios jugadores de muy grato recuerdo para la afición franjirroja, como Wilfred; Jesús Diego Cota; Alcázar; Calderón; Hugo Sánchez y Onésimo. La formación titular estuvo compuesta por Wilfred, en portería; Cota, Álex, Ayarza y Josete (quien actuó como capitán) en defensa; Alcázar, Visnjic y Calderón en el centro del campo; y Rodríguez, Onésimo y Hugo Sánchez en ataque.
El Rayo luchó desde el pitido inicial y trató de plantarle cara a un F.C. Barcelona que acabó imponiéndose gracias a la calidad individual de sus figuras y al haber conseguido dominar el partido gracias a haberse hecho con el control del balón. Guillermo Amor hizo el 0-1 en el minuto 20, y apenas 10 minutos después llegó el empate para los rayistas gracias a un gol de penalti de Hugo Sánchez, quien transformó desde los 11 metros una pena máxima cometida sobre Edu Rodríguez. Poco le duró la alegría a los rayistas, que vieron cómo apenas siete minutos después Ronald Koeman hacía el 1-2 de penalti.
Con este resultado se llegó al descanso, y en la segunda parte el Barça puso tierra de por medio al conseguir el 1-3 con un gol de falta directa de Koeman, y el 1-4 gracias a otro tanto de Amor, quien definió ante Wilfred tras recibir un buen pase de Laudrup. Finalmente, Hugo Sánchez cerró el marcador logrando de penalti el 2-4 definitivo. Con este ‘doblete’, el delantero mexicano logró su gol número 228 en la Primera División española e igualó a Alfredo Di Stéfano en la segunda posición de la tabla de máximos goleadores en la historia de la Liga.
El minuto 71
El partido avanzaba, y en el minuto 71 de juego, con el marcador 1-3 en contra para los rayistas, Fernando Zambrano decidió hacer debutar con el primer equipo del Rayo Vallecano y en Primera División a un joven centrocampista zurdo que apenas un mes antes había cumplido los 18 años: Míchel. Este cambio, que quizás pasó inadvertido para muchos, acabó siendo el punto de partida para un jugador que marcó una época en Vallecas.
El talentoso canterano rayista saltó al terreno de juego en sustitución de Calderón, y dio sus primeros pasos sobre el césped de un estadio, el Estadio de Vallecas, que será para siempre su casa. Desde aquel momento comenzó a forjarse la leyenda de un futbolista único e irrepetible en la historia del Rayo Vallecano. Su carrera deportiva fue ejemplar y sirve de ‘espejo donde reflejarse’ a muchos futuros jugadores de fútbol que tienen como referente a Míchel, un futbolista salido de la cantera franjirroja que defendió con orgullo el escudo del Rayo en Primera; en Segunda; en Segunda ‘B’; y en Europa, y que ahora, ya como Director General del Área de Metodología del equipo vallecano, pone toda su experiencia y sabiduría al servicio de su querido ‘Rayito’.
