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La fe de Vallecas tumba al Athletic

Escrito por Miércoles, 24 Septiembre 2014

    El Rayo Vallecano tiró de fe para lograr la victoria ante el Athletic (2-1). Dos tantos de Leo en la recta final de cada parte sentenciaron un choque en el que los vallecanos fueron superiores en la segunda mitad.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Cristian Alvarez (Toño, minuto 45), Quini (A) (Tito, minuto 27), Zé Castro, Abdoulaye, Insua, Baena, Trashorras (A), Bueno, Licá (Manucho, minuto 79), Kakuta y Leo.

    Athletic (1): Iraizoz, De Marcos (A), Balenziaga, Laporte, Gurpegui (A), Iturraspe, Mikel Rico (Toquero, minuto 89), Beñat, Susaeta (Viguera, minuto 59), Aduriz y Muniaín (Guillermo, minuto 80).

    Arbitro: Melero López.

    Goles: 0-1. Minuto 20. Aduriz; 1-1. Minuto 38. Leo; 2-1. Minuto 89. Leo.


    Sufrida victoria la conseguida por el Rayo Vallecano ante un Athletic que llegó a Vallecas a reencontrarse consigo mismo y salió del feudo franjirrojo con alguna sensación de mejoría, pero lejos de lo que se espera de un equipo de Champions.

    El duelo para los franjirrojos era un nuevo 'cara o cruz', una nueva definición de trascendencia cuando apenas se están dando los primeros pasos de una ilusionante liga para un equipo pequeño con aires de grandeza futbolística. Los de Jémez demostraron en partidos anteriores de lo que son capaces, pese a que el resultado les fue esquivo. La segunda mitad de su visita al Madrigal les enseñó una valiosa lección y, hoy, ante el Athletic basaron su apuesta en el fútbol, en el esfuerzo colectivo, en la presión y el trabajo constante y, finalmente, para rematar la faena, en la fe. La fe de Vallecas, y el oportunismo de Leo Baptistao, tumbaron a los bilbaínos, que cierran una nefasta semana y un arranque de liga con más sombras que luces.

    El conjunto vallecano arrancó el partido con dos cambios a nivel defensivo, quedándose fuera Tito y Morcillo y entrando en su lugar Abdoulaye y Quini. El central tuvo más aciertos que errores y completó un buen encuentro, mientras que el lateral sufrió las acometidas de Muniaín, que deshizo el planteamiento de Jémez al forzar una amarilla y provocar varias acciones que presagiaban males mayores para el bravo defensor franjirrojo. El técnico, que no quería sustos, deshizo su apuesta sentando a Quini y volviendo a dar la oportunidad a Tito.

    Entre tanto, Aduriz protestaba cada balón que le llovía del cielo y que nunca ganaba ante la imponente figura de Abdoulaye, mientras el Athletic, que jugó una aceptable primera mitad, buscaba la espalda de los defensores y la movilidad de su medio campo, con Beñat, Iturraspe y Mikel Rico, para hacer daño a los locales. Precisamente sería un pase interior a la espalda del defensor izquierdo, Insua, ganado por De Marcos, el que originaría el primer gol del partido anotado por Aduriz en el minuto 20. Era la primera gran ocasión de peligro del encuentro y el Rayo ya se veía por debajo en el marcador.

    A partir de ese momento, el equipo vallecano tiró de orgullo y poco a poco fue quitándose de encima los pocos complejos que le quedaban. Kakuta apareció para maravillar con sus 'galopadas-recortes-sombreros', Trashorras tuvo más balón, Baena siguió luchando en cada jugada sin dueño y Bueno, Licá, Leo y compañía empezaron a tener mayor protagonismo. También ayudó, y mucho, el error de Gorka Iraizoz, que no supo retener un balón enviado por Licá y que aprovecharía Leo para igualar el encuentro (minuto 38).

    La segunda mitad empezaría con sorpresa. Jémez se vería forzado a realizar el segundo cambio del partido cuando Cristian Alvarez le avisó en el descanso de unos problemas físicos que le impedirían retornar al terreno de juego, siendo sustituido por Toño.

    El Rayo empezó a volcarse hacia campo del Athletic, que no parecía ni de lejos un equipo de Champions. El 'super-equipo' de Valverde empezó a empequeñecerse hasta verse desbordado por la avalancha franjirroja, que tiró de valentía y coraje para buscar la ansiada victoria. Lo intentarían Licá y Kakuta, sin fortuna, antes de una estética parada de Toño a remate de Aduriz, que quiso poner a prueba al tercer portero del Rayo, que desde esta semana puede convertirse de buenas a primeras en titular.

    Con dominio del Rayo fueron cayendo los minutos. El conjunto vallecano buscaba las llegadas de Tito por la banda derecha, dejó a caer a Leo a un costado, centró la posición de Bueno, siguió corriendo, Licá se vació en la presión, también ayudó Kakuta en su banda, mientras Insua intentaba ayudar en ataque. La entrada de Manucho fue un nuevo impulso ofensivo, pese a que el angoleño dista mucho de ser ese delantero goleador que tanto necesitará a lo largo de la temporada el equipo vallecano. Un remate suyo de cabeza, completamente desmarcado y desde la frontal del área pequeña, acabaría en las manos de Iraizoz, hasta que volvió a aparecer Leo. El partido se había consumido, pero todavía quedaba la fe de Vallecas, que transformada en la figura del hispano-brasileño empujó un balón sobre la línea de gol para que el estadio franjirrojo explotara de alegría.

    El Rayo lograba sobre la bocina una sufrida victoria ante un Athletic que, sin ser ese equipo que siempre ha dejado buenas sensaciones en sus visitas a Vallecas, tampoco vendió barata una derrota que les deja tocados. Los tres puntos de los rayistas despejan dudas o, al menos, tranquilizan los ánimos después de cuatro partidos con buenas sensaciones y malos resultados. La fe, tuvo premio.

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