VILLARREAL 4 - RAYO VALLECANO 2
Ficha técnica:
Villarreal (4):Asenjo, Rukavina (A), Musacchio, Gabriel, Marín, Bruno, Trigueros (Dos Santos minuto 65), Cani, Espinosa (Vietto, minuto 56), Cherysev y Uche (Moreno, minuto 81).
Rayo Vallecano (2): Cristian Álvarez, Tito, Morcillo (Quini, minuto 64) , Zé Castro, Insúa (A), Trashorras, Baena, Bueno (Manucho, minuto 74) (A), Licá, Kakuta y Leo (Pozuelo, minuto 59).
Arbitro: Prieto Iglesias.
Goles: 0-1. Minuto 21. Kakuta; 0-2; Minuto 29. Bueno; 1-2. Minuto 32. Espinosa; 2-2. Minuto 62. Musacchio; 3-2. Minuto 76. Vietto; 4-2. Minuto 86. Vietto,
El Rayo Vallecano cayó goleado en su visita al Madrigal (4-2) en un partido en el que los vallecanos ofrecieron media hora de fútbol de ensueño, para terminar a merced de un Villarreal que fue de menos a más y que borró por completo a los de Paco Jémez en la segunda mitad.
El conjunto franjirrojo presentaba novedades en la lista de convocados y también en el once inicial, donde Aquino no podía jugar por contrato y Abdoulaye por decisión técnica. Licá ocupó el puesto del mexicano, mientras que Morcillo suplía al central cedido por el Oporto esta temporada.
Con el planteamiento valiente y ofensivo de siempre, el Rayo sorprendió a un Villarreal que, durante media hora, no supo entender el juego de posesión de su rival. Licá estuvo a gran nivel, se entendió perfectamente con Tito, lo mismo que sucedía por la banda izquierda entre Kakuta e Insúa. Leo, participando mucho, y Bueno, como siempre, aprovechando los huecos de la defensa rival. Con Trashorras manejando el ritmo de juego y dominando la situación, el Rayo desnudó al equipo de Marcelino mostrando sus vergüenzas.
Bueno tuvo varias ocasiones, Leo también, pero sería Kakuta tras pase de Tito y prolongación del hispano-brasileño, el que empezaría a abrir el camino para un Rayo que se sentía superior y que lo demostraba como mejor sabe, con el balón en los pies y mandando.
Todo se puso de cara cuando Alberto Bueno, atento dentro del área, cazaba un rechace de Asenjo para anotar el 0-2 y trasladar al rival y a la grada la ansiedad de un resultado tan adverso como merecido. Las cosas funcionaban, el partido estaba controlado y nada hacía presagiar lo que ocurriría posteriormente.
El Villarreal acortó distancias por mediación de Espinosa antes del descanso y tras diez minutos de igualdad en el inicio del segundo período, el equipo se derrumbó, desapareció y sufrió un correctivo en toda regla. El centro del campo desapareció y el dominio fue total de los de Marcelino que, poco a poco, fueron encontrando el camino que no habían atisbado durante los primeros cuarenta y cinco minutos.
Con el Rayo desaparecido, el Villarreal fue una máquina de construir juego, con llegadas por banda y con remates a placer. Los centrales sufrían, los laterales también, Baena fue un islote y Trashorras un naufrago que se hundía conforme pasaban los minutos. Las luces del equipo se apagaron por completo, Tito jugaba de central y Morcillo se iba fuera, con Quini ocupando el lateral derecho, pero nada, ni siquiera la entrada de Pozuelo y Manucho arregló el desaguisado.
El Villarreal jugó a placer mientras el Rayo perseguía las sombras que habían traumatizado a los locales en una primera mitad que no fue suficiente para que los vallecanos ‘rascaran’ algo en el Madrigal.
