Ficha técnica:
Rayo Vallecano (2): Cristian Alvarez, Tito, Zé Castro (A), Abdoulaye (A) (Pozuelo, minuto 61), Insúa, Trashorras, Baena, Bueno, Aquino (Manucho, minuto 72), Kakuta y Leo Baptistao (Alex Moreno, minuto 83).
Elche C.F. (3): Tyton, Damián, Roco, Lombán (A), Mosquera, Adrián, Coro (Pasalic, minuto 79), Rodrigues (Fajr, minuto 86), Víctor (Giménez, minuto 69) (A), Albacar y Jonathas.
Arbitro: Bikandi Garrido.
Goles: 0-1. Minuto 37. Albacar; 1-1. Minuto 44. Kakuta; 1-2. Minuto 54. Jonathas; 1-3. Minuto 69. Mosquera; 2-3. Minuto 90. Bueno, de penalti.
El Rayo Vallecano perdió su primer partido de la temporada y lo hizo como en otras tantas ocasiones durante la era Paco Jémez. Al conjunto franjirrojo no le vale con su fútbol, no le llega con crear, manejar y distribuir el balón, no le llega con dominar a su rival y con generar ocasiones de gol muy claras, necesita más. Así fue el partido ante el Elche, que apostó por presionar la salida de balón rayista en el área de Cristian, que supo cerrar líneas en el centro del campo y que tuvo el acierto suficiente para anotar gol en las ocasiones que dispuso a lo largo de noventa minutos de dominio franjirrojo.
Paco Jémez no improvisó en la portería y, con Toño en la grada, dio continuidad a Cristian Álvarez, pero en cambio sí movió la línea defensiva, devolviendo a Tito a su posición habitual, sacando a Quini del once, y situando a Insúa en la banda izquierda. El argentino debutó con el equipo vallecano y estuvo correcto, sin alardes y cogiendo la forma, aunque todavía le falte rodaje para mostrar sus mejores cualidades. En el centro de la zaga, un Abdoulaye que se cargó rápidamente con tarjeta y un Zé Castro, que sufrió por momentos la velocidad de los puntas ilicitanos, volvieron a compartir faena defensiva.
El resto del equipo volvió a ser el habitual, salvo por la presencia de Leo Baptistao, que aprovechó la ausencia de Pereira por decisión técnica y de Manucho, que apenas entrenó con el grupo por su presencia internacional esta semana. El delantero hispano-brasileño demostró su calidad técnica en el control del balón, ofreció algunos destellos de su velocidad y peleó durante el tiempo que estuvo en el campo. Deberá seguir creciendo.
El Elche llegó a Vallecas con la lección bien aprendida. El Rayo ya no sorprende a nadie y todos los equipos adelantan líneas para evitar los saques en corto, provocando el lanzamiento en largo de Cristian. Cuando el argentino se atreve a jugar cerca, la presión del rival se hace asfixiante y el peligro se palpa en cada acción. Aún así, el Rayo no renuncia a su apuesta y sigue buscando la construcción desde atrás. El control del juego era del Rayo, aunque el Elche empezó con bríos y avisando de sus intenciones. Un saque de esquina que obligó a Cristian a emplearse a fondo y una falta ejecutada por el ex rayista, Edu Albacar, serían el preludio del primer tanto del encuentro, anotado por el propio Albacar. El capitán del Elche lanzó una de sus faltas por encima de la barrera para sorprender al cancerbero franjirrojo y poner en ventaja a los suyos (0-1, minuto 37). El Rayo, que lo había intentado por mediación de Kakuta, uno de los destacados por el bando local, y por Bueno, que hoy estuvo menos brillante, volvía a ver cómo el rival se ponía por delante y le obligaba a remar contracorriente.
Kakuta decidió que había llegado su momento. Su regate, su velocidad, su salida por su lado 'menos bueno' y su remate con la derecha acabaron por igualar un partido en el que el Rayo era superior a todos los niveles, pero en el que le estaba costando transformar su trabajo en éxito. Entre tanto, la grada pedía con insistencia mayor rigurosidad en las faltas continuadas de los ilicitanos que, pese a la reiteración, cerraron el primer acto sin tarjetas amarillas. Sí la recibió Abdoulaye en el minuto 7, con posterior advertencia del colegiado Bikandi Garrido, y también la vería Zé Castro en el mismo minuto del segundo período. Esta circunstancia, los dos centrales amonestados, y la velocidad y el acierto de Jonathas supuso el segundo gol del Elche. Una acción individual deficientemente defendida y un buen remate del delantero del Elche volvía a dejar por debajo en el marcador a un Rayo que, aunque apretó y buscó el empate, fue incapaz de dar la vuelta a la situación.
Aquino tuvo la suya con un remate que se marchó desviado, también Leo Baptistao, que no encontró portería por centímetros. El Rayo daría dos pasos al frente, obligando al Elche a dar uno atrás. Jémez apostó por la defensa de tres, incrustando a Pozuelo entre líneas para generar dudas entre los defensores y centrocampistas ilicitanos. La apuesta funcionó pero Mosquera, con un gol afortunado, dejaba las cosas claras en el partido. Al Rayo no le valía con generar y tocar el balón, su fútbol era insuficiente para ganar el partido. Aún así, el conjunto franjirrojo siguió apretando y gozó de varias ocasiones en las que el balón se paseó por delante de la portería de Tyton sin rematador final. Manucho se incorporó a la fiesta, sustituyendo a un Aquino que estuvo menos resolutivo que en las dos jornadas precedentes y, por último, Alex Moreno suplía a un Leo que había estado a buen nivel en diversas fases del encuentro, pero al que le faltó continuidad.
En el último minuto del partido Alberto Bueno cerró el grifo goleador del partido anotando desde el punto de penalti, dejando una nueva sensación agridulce entre una afición que no desfalleció en todo momento y que siguió alentando a los suyos incluso cuando el marcador reflejaba un 1-3. Ahora toca hacer reflexiones, pararse y analizar las razones que han llevado a ser mejores que el Atlético en la segunda mitad, mejores que el Deportivo en el cómputo general del encuentro de Riazor y mejores que el Elche en los noventa minutos de hoy, pero haber recolectado únicamente dos puntos que son un bagaje demasiado corto para los méritos ofrecidos. Villarreal espera al Rayo, con la esperanza de un cambio de tendencia "resultadista" que haga ver las cosas de una manera distinta.
