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Buscando argumentos para luchar contra el dinero

Escrito por Jueves, 17 Julio 2014

    Opinión. "Desde Coke a Michu, pasando por Leo Baptistao o 'Chori', muchos futbolistas, tras su paso por el conjunto franjirrojo, han relanzado o potenciado sus posibilidades de éxito".


    Opinión. Las presentaciones de jugadores de los últimos años tienen un denominador común: el estilo de juego del Rayo. Esa es la base sobre la que se sustenta cada proyecto del club vallecano, un lugar en el que no se puede competir más que con dos o tres 'condimentos' básicos. Por un lado está el juego alegre, ofensivo, vistoso y desenfadado de un equipo que deberá sufrir para mantener la categoría pero que, mientras siga apostando por Paco Jémez, no renunciará jamás a su forma de entender este juego. El técnico franjirrojo ya demostró el año pasado lo cabezota que puede llegar a ser y, luchando contra todos aquellos que insistían e insistían en un cambio de línea, impuso su planteamiento por encima de los resultados para terminar saliendo victorioso. Cierto es que hubo que realizar ajustes, alguna variante y un cambio de filosofía en determinadas situaciones, pero no hubo cambio de rumbo. Con eso, el Rayo sobrevivió y, con eso, el Rayo consigue enganchar a jóvenes promesas ansiosos de participar en un equipo que basa su filosofía en el buen trato al balón y en la idea de atacar por encima de las ataduras tácticas. Un año más estamos viviendo día tras día, en cada presentación, ese momento en el que el jugador que acaba de aterrizar en Vallecas habla del juego, de la forma de afrontar los partidos, de la valentía,... así se ha 'enganchado' a Jozabed, y también a Quini y a Alex Moreno, y así llegarán algunos otros.

    La segunda apuesta del Rayo es su proyección y la historia está de su parte. Desde que Diamé emigrase a la Premier League, junto con el recuperado Antonio Amaya, han sido varios los ejemplos de jugadores que han utilizado el Rayo para ascender en sus respectivas carreras. Desde Coke a Michu, pasando por Leo Baptistao o 'Chori', muchos futbolistas, tras su paso por el conjunto franjirrojo, han relanzado o potenciado sus posibilidades de éxito. Ese es otro de los grandes atractivos de un equipo que no puede competir en lo económico, pero que utiliza las armas del fútbol y de la visibilidad a nivel nacional e internacional para conformar su plantilla.

    Por último está el trato cercano... y la afición. Cuando se empiezan a torcer los dos primeros grandes elementos de persuasión, al Rayo todavía le queda una última vía. El trato personal, lo cómodos que se sienten los jugadores, las buenas palabras de todos o casi todos los que terminan saliendo del club, lo que cuentan los que actualmente defienden la camiseta franjirroja... Eso no se paga con dinero, eso es calidad de vida. En este último apartado estaría englobada la afición, esa hinchada incansable de la que todos hablan maravillas, esa afición que se volcó con su equipo cuando más lo necesitaba, esa gente que nunca le dio la espalda a los que luchaban y se dejaban la piel por mejorar y que, en los momentos más complicados, engrandeció el escudo de este equipo.

    Con todo esto, el Rayo va andando su camino, poco a poco. Todavía quedan kilómetros por recorrer, pero a estas alturas es de alabar el gran trabajo previo realizado. La llegada de ocho nuevos fichajes, la renovación de Zé Castro o Tito, las cesiones que vienen de camino y el arduo trabajo por redondear la plantilla con los habituales 'nombres de mayor prestigio', finalizarán una historia en la que se compite en inferioridad de condiciones pero que, un año más, vuelve a ilusionar al rayismo.

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