Ficha técnica:
Rayo Vallecano (2): Rubén, Tito, Saúl (A), Arbilla, Nacho, Baena (A) (Nery Castillo, minuto 75), Trashorras, Bueno, Lass (Rochina, minuto 56), Viera (Falque, minuto 82) y Larrivey.
At. Madrid (4): Courtois, Manquillo (A), Godín, Miranda, Filipe Luis, Koke, Gabi, Arda, Sosa (Oliver, minuto 60) (C.Rodríguez, minuto 64), Villa (Raúl García, minuto 79) y Diego Costa.
Arbitro: Undiano Mallenco.
Gol: 0-1. Minuto 7. David Villa; 0-2. Minuto 30. Arda Turan; 1-2. Minuto 39. Jonathan Viera; 1-3. Minuto 44. Arda Turan; 1-4. Minuto 74. Saúl, en propia puerta; 2-4. Minuto 75. Larrivey.
Conceder facilidades a un equipo campeón como el Atlético de Madrid es situarse al borde del precipicio a la espera de un leve empujón para consumar un suicidio colectivo que hoy tuvo su desenlace en los primeros minutos de juego. La respuesta de la afición de Vallecas no se hizo esperar y el ambiente se enrareció. Para quienes no hayan tenido ocasión de ver el partido, el resultado podría invitar al optimismo de un fútbol en su máximo esplendor, por aquello de la salsa futbolera, pero tras noventa minutos de juego la conclusión es otra, el Rayo sigue haciendo lo mismo de siempre con el resultado de siempre, y el Atleti, con menos de lo esperado, se lleva un botín que le hace seguir soñando con dar la gran campanada en la liga.
El Rayo llegaba al derbi muy mermado en defensa. Las bajas por lesión de Zé Castro y Gálvez, las oportunidades perdidas y negadas de Galeano y la ausencia del joven Mario por decisión técnica, dejaba un panorama inesperado en el centro de la defensa franjirroja. Para variar, y a la espera de la fórmula mágica que solucione los problemas defensivos del equipo, Jémez colocaba a Tito en el centro de la zaga junto a Saúl, una jugada casi maestra, pero que no tuvo su continuidad en otras zonas del terreno de juego. Sobre todo porque, ante la desesperación de la grada de Vallecas, el equipo se empeña en sacar el balón jugado desde atrás, aunque el rival esté relativamente al acecho. Poco tardó el Atlético en recoger los frutos que sembraba el propio Rayo. Un error de Baena en la salida del balón propiciaba la primera ventaja rojiblanca, provocando un alboroto en el estadio que hacía temblar los cimientos de la idea, arraigada e imposible de variar, del técnico rayista. El balón al suelo, a la bota de los defensas, salida desde atrás, toque, toque... la idea está clara, el resultado, también lo parece. Villa, a los ocho de juego, ponía por delante a los suyos en el primer acercamiento al área de Rubén, que sufrió la 'bronca' de la grada en cada intento de sacar el balón jugado en corto con sus compañeros.
Pese a todo, el Rayo siguió fiel a su estilo de juego y rápidamente se reharía del error del centrocampista malagueño. Un balón al área finalizaba en falta cometida sobre Alberto Bueno, significando una pena máxima y un segundo regalo para los colchoneros. Viera no acertó ante Courtois. Segunda acción trascendente del choque y segunda oportunidad que daba la espalda a los de Jémez y la cara a los de Simeone.
Con el marcador a favor, los del Manzanares reafirmaron sus posiciones y buscaron descaradamente el contragolpe, con Diego Costa como estilete más adelantado. Sosa se mostró activo por la banda derecha del ataque visitante, mientras el hispano-brasileño se las veía con los defensores franjirrojos y con uno de los asistentes de Undiano Mallenco, al que traía "frito" con miradas, gestos y todo tipo de protestas. Así es Costa, para lo bueno y para lo malo y, aquí en Vallecas, no es precisamente lugar donde sorprenda su forma de comportarse.
Tras varias intervenciones acertadas de Rubén, el Atleti asestaría el segundo golpe del choque a un inestable Rayo. Sosa habilitaba al turco Arda Turan para que éste batiese al cancerbero gallego. El partido, con media hora disputada, ya navegaba según el rumbo marcado por el argentino Simeone que, pese al marcador, no las tenía todas consigo en un estadio en el que afirmó que es muy complicado jugar siempre, por la apuesta del rival y su valentía. Precisamente serían esas dos virtudes las que provocarían que Jonathan Viera recortase distancias en el marcador y pareciera apretar el choque. Con el gol a favor, el Rayo se envalentonó y gozó de un par de ocasiones para haberlo nivelado, principalmente en un remate de Larrivey que detuvo el belga Courtois.
Pero como la noche estaba para regalos, llegaría el tercero. Una jugada de estrategia, un remate de Arda Turan en el segundo palo y el tercero para los atléticos al filo del descanso. El Rayo no podía creerse que el inicio y el fin de la primera mitad coincidiese con dos acciones que les iban a dejar con la moral muy lastimada para el resto del encuentro.
En la segunda mitad el Rayo estuvo mejor, más sereno, más incisivo y, con la fugaz aportación de Rochina y Nery Castillo, algo más vertical. Varios intentos desde lejos, llegadas con apertura a banda y un remate de Larrivey que acababa en saque de esquina, parecían encender la mecha que necesitaba Vallecas para empezar a creer. Pero todo volvería de nuevo a su sitio y el espejismo se diluyó de un plumazo. Diego Costa, que todavía no se ha estrenado en 2014 y que parece 'regañado' con el gol, intentó marcar precisamente en el Estadio en el que volvió a nacer para el fútbol. Su intento se quedó en una tentativa que Saúl, que le acompañaba en la jugada, terminaría culminando para superar a su compañero Rubén. El cuarto del Atlético finiquitó a un Rayo que, apenas dos minutos más tarde, volvía a anotar merced a un remate de Larrivey a pase del canario Viera.
Desde ese momento hasta el final, el Rayo lo siguió intentando y, tras varios remates de Rochina, Bueno y Falqué, el derbi pasaba a mejor vida y dejaba el sufrimiento cómodamente instalado en las gradas de un Estadio de Vallecas que empezó abucheando a los suyos, para terminar reconociendo el esfuerzo y la fe de unos jugadores que volvieron a intentarlo todo ante un rival de extraordinaria categoría.
