Ficha técnica:

Rayo Vallecano (0): Rubén, Tito, Gálvez, Galeano (A), Mojica, Trashorras, Baena, Falque (Rubén Ramiro, minuto 61), Bueno (Jonathan Viera, minuto 67), Perea (Lass, minuto 42) y Nery Castillo.

Levante (0): Javi Jiménez, Rodas (A), Vyntra, El Zhar, Ángel (Diop, minuto 70), El Adoua (A), Sergio, Ríos, Ivanschitz, Jordi César (Nagore, minuto 65) y Camarasa (A). 

Arbitro: Teixeira Vitienes

El de esta noche no pasará a la historia de los partidos más bonitos, más disputados ni más emocionantes de los vividos en Vallecas, aunque sí servirá para extraer algunas lecturas, varias positivas y otras, no tanto. Empecemos por las negativas. La Copa del Rey no engancha. Que el rival fuera el Levante, en jornada de jueves a las 21,30 horas, con los socios pasando por taquilla (pese a los precios populares marcados por la directiva) dejó una imagen muy triste del graderío en el Estadio de Vallecas. Los 3.301 espectadores presentes esta noche se afanaron en pedirle al presidente que se marche y, viendo el pobre espectáculo futbolístico, apenas encontraron razones para dedicarse a otros quehaceres. Entre lo negativo, que la fractura social en el club es más que evidente y no parece tener solución. En lo meramente deportivo, que el Rayo sigue echando de menos a un goleador, a un matador del área. Esta noche generó, menos que en otras ocasiones, pero estuvo tan desacertado como siempre, eso no parece cambiar. Y tampoco parece cambiar el mal momento de forma de hombres clave como Roberto Trashorras o la alarmante desconexión de jugadores como Mojica, Falqué o el propio Lass.

En lo positivo, que también lo hubo, encontramos la gran aportación de Perea, hasta que cayó lesionado con un fuerte esguince en su tobillo derecho, el debut de Rubén Ramiro, que lo intentó y luchó por banda izquierda, la mejor predisposición defensiva de casi todo el equipo, la cada vez más notoria presencia de Nery Castillo, la calidad individual de Jonathan Viera y, por encima de todo, los brotes verdes en forma de cambio de concepto o, al menos, introducción de variantes. Esta noche, casi por primera vez en toda la temporada, hemos visto a Rubén poner algún balón en largo, hemos disfrutado de la búsqueda de huecos a la espalda de la defensa rival con envíos desde campo propio y hemos visto trabajar, sobre todo en la primera mitad, a todo el equipo con una misma idea. Si se puede jugar el balón y hay espacio para iniciar jugada al pie, vía libre, de lo contrario a jugar a otra cosa, a presionar y a seguir peleando. El cambio de concepto se tendrá que ir puliendo poco a poco, pero hoy hemos visto un primer y esperanzador primer paso para hacer que el equipo sea menos previsible en su fútbol y que los rivales se vean obligados a pensar y a esperar cualquier alternativa.

En la primera mitad, el Rayo jugó bien con las variaciones indicadas. Perea era un puñal por la banda derecha, Nery Castillo peleaba todos los balones, Bueno se incrustaba entre líneas y el Rayo dominaba el partido. Apenas se sufría defensivamente y, en ataque, se generaban ocasiones de gol, obligando a Javi Jiménez a estar muy atento a las llegadas por banda, a los pases en profundidad y a los remates desde la frontal.

Trashorras, Baena, Galeano y Perea gozaron de ocasiones para haber adelantado a los franjirrojos en el marcador, pero su falta de puntería privó al Rayo de irse al descanso en ventaja.

La segunda mitad trajo consigo un cambio de escenario en el partido. El Rayo perdió la clarividencia que pareció tener en la primera parte y algunos jugadores empezaron a hacer la guerra por su cuenta. Mojica se empeñó en demostrar su valía, Lass se perdió en cada galopada que le dejaba en ventaja y nunca terminaba de culminar y Trashorras perdía su sitio, llegaba tarde a la anticipación y abusaba del regate para desesperación del respetable.

Gálvez con un remate de falta directa que se marchó alto y, sobre todo, Jonathan Viera, que se incorporó en la segunda mitad para fallar a bocajarro una gran ocasión, tuvieron en sus botas el 1-0, aunque el Levante, que estrelló un lanzamiento de falta en la escuadra de la portería de Rubén y tuvo mayor presencia en ataque, también gozó de sus oportunidades, incluido un gol anulado por fuera de juego.

En definitiva, mal partido, con lecturas positivas y negativas y con un resultado incierto que deja abierta la eliminatoria, aunque antes habrá que refrendar las buenas sensaciones en la visita del próximo domingo al Coliseum de Getafe.