Que en un partido en el que no hubo excesiva agresividad ni juego sucio se mostrasen hasta un total de once cartulinas amarillas, dos de ellas derivarían en la expulsión del lateral del Rayo, Nacho, es el ejemplo más claro de los errores de bulto que cometió el colegiado del encuentro entre rayistas y granadinos en la tarde de ayer.

Con el listón excesivamente bajo, los centrales del Rayo rápidamente fueron castigados con amonestación, lo que obligaba a los mismos a tener un cuidado extra en cada una de sus acciones defensivas. En cambio, en el bando contrario, las mismas acciones no tenían el resultado que los seguidores franjirrojos esperaban. Al final, el colegiado terminó igualando el número de cartulinas amarillas en uno y otro bando, aunque hubo diferencias, alguna 'de bulto'.

La expulsión de Nacho, por supuesta simulación de una pena máxima, dejó en evidencia a Muñiz Fernández al no medir de la misma manera una caída con idénticas intenciones dentro de la zona de ataque del Granada. El ex-jugador del Rayo, Piti, se dejaba caer y solicitaba la consiguiente falta, mientras Muñiz miraba para otro lado evitando de esta manera su expulsión, puesto que ya había recibido una cartulina en una acción anterior. El 'doble rasero' de Muñiz quedó patente en una acción que podría haber igualado las fuerzas, aplicando la misma severidad a ambos equipos. Los jugadores del Rayo, desquiciados con las decisiones de Muñiz en diversas fases, no entendieron en muchos momentos cuál era el criterio arbitral.