El Rayo Vallecano regresa a Vallecas en una semana en la que tendrá dos comparecencias ante su público, dos partidos en los que se jugará gran parte de su credibilidad de cara al resto de la temporada, dos enfrentamientos que darán una medida más real de las opciones que tiene el cuadro de Jémez de mantener la categoría. El jueves llegará la Copa y el Valladolid, pero el primer escollo será un Granada reforzado durante el pasado mercado de fichajes, que supo unir, a varias de sus piezas fundamentales, jugadores con el prestigio y 'caché' necesario como para dar un paso al frente y optar a algún objetivo mayor que la permanencia. De momento, los de Lucas Alcaraz no han conseguido explotar su supuesto potencial, pero por tierras andaluzas todos confían en que su fútbol les de las alegrías que les ha negado en el pasado.

Los granadinos llegan a Vallecas con el buen sabor de boca que dejó el partido copero, un choque en Alcorcón que sirvió para que los rojiblancos aumentaran su moral y se presenten ante el Rayo con aspiraciones de dar ese salto de calidad que les permita afrontar el 2014 con esperanzas de seguir escalando posiciones.

El gran aliciente del partido por parte visitante llegará con el regreso de Piti al Estadio de Vallecas. El delantero, que abandonó el club en el que creció como futbolista para afianzarse en la élite, aterrizará en el que fuera su estadio durante parte de la etapa de la entidad en Segunda B, logrando ascender a Segunda y posteriormente a Primera para, de la mano de Paco Jémez, convertirse en el capitán del equipo y en una de las piezas angulares del proyecto que llevó al club a realizar la mejor temporada de su historia. Por Vallecas Piti sigue siendo un jugador muy querido y, tanto sus ex-compañeros como el técnico, han afirmado que le recibirán con los brazos abiertos.

El Rayo no quiere dejar pasar más oportunidades

Son varias las semanas que por Vallecas se escucha que el próximo es un partido muy importante y que puede dar la tranquilidad necesaria para salir de los puestos de abajo. Así se afrontó el choque contra el Valladolid o el Osasuna y lo mismo ocurrió cuando hubo que medirse a Celta, Espanyol o Betis. En total, de quince puntos en juego, el Rayo tan solo ha sido capaz de sumar cuatro, tras la victoria en Balaídos y el empate 'in-extremis' en el Villamarín, el resto fueron tres derrotas que, sumadas a la más previsible ante el Real Madrid, han dejado un panorama muy desolador.

Las claves pasarán una vez más por dos factores del juego que el cuadro de Jémez todavía no ha sido capaz de estabilizar. Por un lado, las prestaciones defensivas. La recuperación de los centrales podría ayudar a minimizar errores y a reducir los daños que los mismos han causado a lo largo de la presente temporada. Para lograrlo, el técnico volverá a confiar en la pareja que tan buena imagen ofreció en el duelo copero ante el Valladolid. Galeano y Gálvez serán titulares, mientras que Zé Castro, que también ha sido convocado tras recuperarse de una lesión y ante la baja de Saúl por sanción, jugará en el encuentro de Copa el próximo jueves.

El segundo factor determinante es el acierto de cara a portería. El Rayo genera mucho, crea ocasiones de gol, juega muchos minutos en campo contrario, pero no ha encontrado el camino del gol con facilidad. La semana pasada, los dos goles de Alberto Bueno, que no marcaba desde que hiciera otro doblete en la primera jornada ante el Elche, dieron aire fresco a un ataque en el que Nery Castillo todavía no se ha estrenado (falto de ritmo por sus largos períodos de inactividad) y Larrivey no ha demostrado ser un jugador con gran olfato goleador.

Así las cosas, el cuadro vallecano intentará ante el Granada sumar esos tres puntos que le sirvan para ver la clasificación con otra perspectiva, intentando alejarse de la zona baja de la tabla. El jueves llegará otra competición, otra historia.