El partido de Balaídos no era uno más, por mucho que el valor de los puntos en juego fuese idéntico al del resto de encuentros de la presente liga. Los malos resultados del conjunto vallecano, pese a sus muchos momentos de buen fútbol, obligaban a conseguir un buen resultado en su visita a un rival directo como es el Celta de Luis Enrique. La tensión del partido se trasladó a la banda, donde el banquillo del Rayo sufrió durante noventa largos minutos.
Paco Jémez no abandonó la línea lateral durante prácticamente todo el encuentro y, cuando lo hacía, era para comentar a los integrantes de su banquillo algunas de las acciones que se estaban produciendo durante el mismo. Gálvez tuvo que aguantar el 'chaparrón' tras una acción individual que no gustó al técnico, mientras el resto de la plantilla recibía continuas instrucciones desde el lateral.
Los jugadores suplentes también tuvieron sus momentos. En cada ocasión errada aparecían uno tras otro para lamentarse primero y animar posteriormente. Entre ellos, el más activo fue un David Cobeño especialmente 'enchufado' en esta ocasión. Los nervios y el sufrimiento tuvieron, finalmente, su recompensa.