El objetivo de la salvación se pone cada vez más complicado.

La verdad es que sí, que cada partido que pasa analizamos y está claro que todo es mucho más difícil.

¿Qué le pasa al equipo para que en diez segundos reciba un gol y no solo no reaccione sino que a los veinte minutos ya pierde por 0-2?

Es inexplicable. Veníamos con una dinámica, sobre todo en estos últimos partidos, en los que salíamos con una intensidad impresionante desde el minuto cero y, en cambio, en este partido hemos salido completamente dormidos y nos ha penalizado con esos dos goles tan tempraneros.

De un Caudal que ha jugado de manera inteligente, ha aprovechado vuestros errores y se ha limitado a mantener la ventaja y a apuntillar con el tercero, sin exponer nada.

Contra estos equipos que tienen la confianza que tienen y que están ahí arriba, se te hace todo más cuesta arriba, porque cada ocasión que tengan o cualquier fallo que puedas cometer, te penaliza el doble por encontrarte con su línea ascendente y su confianza.

Todavía quedan partidos, pero más que pensar en los que quedan hay que empezar a pensar en ganar uno.

Sí, y a partir de ahí tendremos que centrarnos en nosotros. Sabemos que los rivales que nos vamos a encontrar estos fines de semana que quedan son rivales fuertes, completísimos, y que se están jugando la vida, unos por meterse en play-off y otros como el Zamora por no descender. Serán partidos a vida o muerte.

Ver al Rayo B al borde del precipicio es duro.

Muy duro y muy complicado y aunque no lo quieres ver hay que ser realistas y saber en la posición que nos encontramos. Hay que saber jugar con esa presión y esos agobios. Mientras quede esperanza seguiremos trabajando para intentar sacar esto adelante.

¿Qué le puedes decir a la afición que os apoya cada semana?

Únicamente darles las gracias, porque la verdad es que si para nosotros es complicado salir cada fin de semana y dejarte todo y que no se den los resultados, imagínate la gente que hace el esfuerzo de venir cada semana, de pagarse su entrada para venir a ver a un filial. Te fastidia el doble. Esto es muy duro para todos, aparte de la condición individual en la que nos encontramos cada uno, el ver a toda esa que se vuelca con nosotros hace que te duela mucho más.