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CRÓNICA

Girona 3-0 Rayo Vallecano: Defender no es suficiente

El Rayo, que se quedó con diez por expulsión de Chavarría, defendió muchos minutos muy hundido en su propio área

Escrito por Lunes, 26 Febrero 2024

    El Rayo perdió 3-0 ante el Girona con goles de Tsygankov y Savio (2). Los vallecanos intentaron defender y buscar un gol aislado, pero el plan no salió.

    Pep Chavarría, expulsado a falta de un cuarto de horaPep Chavarría, expulsado a falta de un cuarto de hora(c) Rayo Vallecano

    Ficha técnica:

    Girona (3): Gazzaniga, Miguel, David López (Juanpe, minuto 70), Tsygankov (Pablo Torre, minuto 88), Dovbyk (Stuani, minuto 73), Aleix García, Savio, Yan Couto (A), Herrera (Solís, minuto 88), Portu (A) (Iván Martín, minuto 73) y Eric.

    Rayo Vallecano (0):  Dimitrievski, Balliu, Lejeune, Aridane, Espino, Crespo (A) (Trejo, minuto 79), Oscar Valentín (Pathé Ciss, minuto 58) (A), Unai López (Kike Pérez, minuto 64) (A), Alvaro, De Frutos (Pep Chavarría, minuto 64) (A) (A) y Raúl de Tomás (Camello, minuto 58).

    Goles: 1-0. Minuto 51. Tsygankov; 2-0. Minuto 90. Savio; 3-0. Minuto 94. Savio

    Árbitro: De Burgos Bengoetxea.

    VAR: Figueroa Vázquez.


    GIRONA 3 (Tsygankov y Savio -2-) - RAYO VALLECANO 0 (-)

     

    El Rayo perdió ante el Girona en un partido planteado para salvar un punto y que terminó 3-0, y gracias, porque el conjunto de Míchel perdonó ocasiones muy claras para haber ampliado las diferencias.

    Iñigo Pérez pensó que De Frutos era la opción necesaria para suplir la baja de Isi por sanción, mientras que el portugués Miguel Crespo se convertía en la gran novedad del segundo once del nuevo técnico vallecano. El líder esperaba con ganas de vengar sus dos derrotas ante Real Madrid y Athletic, en un partido muy desnivelado en lo numérico y pendiente de mostrar también en lo futbolístico.

    El primer aviso del Rayo iba a llegar con un disparo de Unai que buscaba la escuadra de la portería del ex rayista Gazzaniga. El balón no cayó tanto como le hubiera gustado al centrocampista vasco. Los primeros minutos nos brindaron un auténtico recital del portugués Crespo. Llegando por la banda izquierda, apareciendo por el centro y ofreciendo opciones de salida, aparte de su trabajo defensivo, su dominio de la situación permitió al Rayo instalarse en campo contrario en busca del primero de una lluviosa noche en Girona. Su juego fue de más a menos y terminó diluyéndose poco después.

    Superado el primer cuarto de hora el objetivo inicial del Rayo estaba cumplido. El 'super-Girona' parecía un equipo normal ante la incómoda presión y el trabajo en bloque del equipo de Iñigo Pérez. Dimitrievski y Gazzaniga observaban las evoluciones de los dos equipos, primero con el Rayo hacia arriba, después con el Girona llegando a campo contrario. Pasaban pocas cosas porque las defensas se imponían a los ataques. El Girona tenía balón, pero no hacía daño, mientras que el Rayo ni tenía el balón ni hacía daño. De ahí que, alcanzada la primera media hora de choque, todo siguiera igual que antes de empezar. Sin goles, con máxima igualdad y con poco que 'rascar' futbolísticamente hablando.

    El segundo "intento" rayista llegaría con una especie de disparo del Pacha Espino que salió muy desviado. En los locales la falta de precisión desesperaba a Míchel y a la hinchada local, que veía cómo los suyos eran incapaces de inquietar a un buen bloque defensivo que seguía trabajando el partido desde la perspectiva de la 'portería a cero'. Con la ausencia de fútbol creativo suficiente para preocupar al Rayo, los catalanes lo buscaron con el balón parado, pero el remate de cabeza de Herrera a la salida de un inocente córner concedido por los franjirrojos acabó mansamente en las manos del portero macedonio del Rayo.

    El Rayo se fue hundiendo poco a poco y el Girona intentaba aprovechar la generosa concesión de metros del rival para vivir más cerca del área contraria. Alvaro era un defensa más, con Yan Couto percutiendo por su banda, y tanto Oscar Valentín como Crespo terminaban sobreviviendo en la frontal del área por donde se movía también De Frutos, orbitando cual satélite y sin opciones de salir al ataque. Cada recuperación terminaba rápidamente en pérdida, porque la distancia entre los defensas y los centrocampistas era mínima y el centro del campo era un horizonte muy lejano de alcanzar para los vallecanos

    El primer tiempo acababa sin noticias del Rayo en ataque, después de un primer acto aburrido y sólo con el Girona buscando, sin mucha fe y con poca calidad, desequilibrar un partido que, con justicia, acababa sin goles y sin errores que, a falta de aciertos, pudieran haber hecho variar el sino de un mal partido en Montilivi.

    Lo mejor de momento era que los protagonistas se fueran a vestuarios a 'repensar' y buscar soluciones válidas para conseguir la victoria. 

    Tras el descanso llegó lal debacle vallecana

    El segundo acto arrancó mal para el Rayo. Lejeune salía de zona, descolocaba a la defensa, Aridane intentaba tapar el agujero y, entre tanto, Dovbyk se quedaba completamente solo ante Dimitrievski. El mal control del delantero centro del Girona permitía al Rayo seguir vivo en el partido. El rayismo respiró aliviado al ver cómo el balón se resbalaba sobre la bota del atacante local.

    No habían pasado ni  cinco minutos y todo seguía igual que en la primera mitad. El Rayo reculando, perdiendo metros e invitando al Girona a meterle mano. Dicho y hecho. Tsygankov, tras una gran asistencia de Miguel, terminaría penalizando a un Rayo sin ideas, sin fútbol, defendiendo con seis y sin opciones de salir de la cueva. Los vallecanos ya iban por debajo en el marcador y si seguían "vivos" en el encuentro era gracias a la falta de acierto de un Dobvyk que otra vez fallaba sólo ante Dimitrievski. 1-0, y gracias, porque el 'efecto Iñigo Pérez' y el 'espíritu Iraola' no aparecieron por Montilivi.

    Con Pathé Ciss y Camello primero y con Kike Pérez y Pep Chavarría después, el entrenador franjirrojo buscaba agitar la coctelera y encontrar el equipo idóneo para darle la vuelta no sólo al marcador, sino al fútbol de su equipo. Con el resultado adverso, el Rayo pareció espolearse, con Alvaro entrando por banda derecha y con Kike tomando el mando. Tras una buena acción colectiva franjirroja, Camello remató desviado y en la contra el Girona, con cinco atacantes, buscó sentenciar, sin éxito. El partido ya estaba en otro escenario, porque el Rayo tenía que dar un paso al frente, metía más hombres en campo contrario y, ahora sí, dejaba muchos metros a su espalda. El riesgo merecía la pena, porque el premio era rescatar el punto que pudo haber logrado Alvaro tras un gran pase de Miguel Crespo al hueco. 

    El Rayo buscaba la  heroica pero Chavarría iba a perder los papeles dejando a su equipo con diez. Tras recibir una cartulina amarilla, nada más ponerse el balón en juego, iba a presionar a Eric con los brazos por delante. Falta, segunda tarjeta y a la calle a falta de 15 minutos para el final. Si el panorama estaba feo, diez contra once lo ponía horroroso. Menos mal que Dimitrievski aparecía para salvar el 2-0.

    El partido seguía abierto más por el marcador que por las sensaciones y el Rayo, con uno menos, buscaba sin mucha fe rescatar un punto que no se había ganado en todo el encuentro. El empuje de los minutos finales no fue suficiente, igual que defender y pensar en empatar tampoco fue suficiente ante el Girona. Savio lo entendió perfectamente y tras regatear a todo franjirrojo que se encontró en su camino terminó anotando el segundo y a renglón seguido el tercero. 3-0 y a pensar en otra cosa. Lo del Cádiz será de traca.


     

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