Un órdago al fútbol. Eso es lo que tanto Rayo Vallecano como Real Sociedad han propuesto esta mañana sobre el césped del Teresa Rivero. Y el resultado no ha podido ser más espectacular: empate a tres y una sensación de fútbol total que propone a ambos como candidatos al ascenso a Primera División.
Tres veces se adelantaron los vallecanos para ver como los donostiarran les igualaban en otras tantas
© PXR. Vallecas, 29 Noviembre 2009
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R. Vallecano: Cobeño, Edu Albacar, Pelegrin, Salva, Coke, Rafa García, Movilla, Michel (R. Reyes, min. 62), Piti (Pachón, min. 76), Susaeta (Jofre, min. 76) y Rubén Castro.
R. Sociedad: Bravo, Mikel, Elustondo, Labaka, Prieto, Aranburu (Zurutuza, min. 62), Ansotegi, Rivas, C. Bueno (Agirretxe, min. 74), Estrada y Griezmann (Nsue, min. 81).
Arbitro: Pérez Montero. Mostró cartulinas amarillas a Rafa García y Salva, en dos ocasiones, por los locales y a Bueno, Rivas y Mikel por los visitantes.
Goles: 1-0. Minuto 6. Susaeta; 1-1. Minuto 16. Prieto; 2-1. Minuto 18. Rafa García; 2-2. Minuto 29. Bueno; 3-2. Minuto 54. Rubén Castro; 3-3. Minuto 64. Zurutuza.
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La Real Sociedad de Martín Lasarte llegaba a Vallecas con ganas y proponiendo una alternativa al fútbol siempre alegre y ofensivo de los franjirrojos en su estadio. De principio ambos confiaron en dos hombres con prestigio y galones suficientes para tirar del carro. Los donostiarras erigían a Rivas como baluarte en el centro del campo, mientras los rayistas dejaban que fuera Movilla el que dirigiera las operaciones de un Rayo, serio, alegre y con ganas de agradar a su gente.
El planteamiento inicial de Mel no dejaba lugar a sorpresas. Con una alineación que ya empieza a estabilizarse con Salva y Pelegrín en el centro de la defensa y con Albacar y Coke, de vuelta a su costado, la línea defensiva intentaba reducir el impacto ofensivo de un equipo que, aparte de tocar el balón, tiene una tremenda pegada arriba, al menos hoy la tuvo y de nuevo por alto, donde más sufren los franjirrojos. Carlos Bueno peleó cada balón que pasaba cerca de él, utilizando su picardía para provocar faltas inexistentes, mientras Aranburu tocaba con criterio.
Golpes y contragolpes durante todo el primer período
Poco tardaría el Rayo en romper las hostilidades. Fue Susaeta el primero en golpear con un soberbio disparo desde la frontal que sorprendió a Bravo y que abría el marcador de un partido que se volvió loco y que ofreció un espectáculo digno de Primera División. Sin más.
La Real se siente fuerte ante su brillante situación en la tabla
Pero la Real es un equipo fuerte en lo anímico y reforzado por un liderato conseguido a base de entrega. Diez minutos tardarían los donostiarras en lograr el primer empate de la mañana. Prieto colocaba la igualdad en el marcador y devolvía la tranquilidad a los suyos, rota por el golazo de Susaeta y por la mayor, leve pero consistente, presencia de los de Mel en zona de ataque.
El partido estaba abierto, rápido, con dos equipos volcados en busca de la victoria que ambos merecieron y que ninguno finalamente consiguió. Fruto de tanto ataque y contraataque llegaría el segundo golpe de los rayistas. Rafa García, también de disparo alejado, volvía a superar a Bravo. Era el minuto 18 y prácticamente cada lanzamiento a puerta iba suponiendo un gol para cada equipo.
Pero de nuevo en tan solo diez minutos los vascos lograrían, al filo de la media hora, poner las tablas en el marcador. C. Bueno llevaba el encuentro a un punto de inflexión dificil de digerir. ¿Seguir atacando o tranquilizar el partido? El Rayo no se podía creer que tanto acierto ofensivo fuera tan rápidamente contrarrestado y siguió a lo suyo, mientras que la Real, qué buena pinta tiene este equipo, fue creciendo por momentos, planteando una segunda parte en la que buscó mayor control del juego.
La segunda parte bajó en efectividad, aunque no en intensidad
Ni el paso por los vestuarios consiguió aplacar las ansias de victoria de unos y otros, que planificaron una segunda mitad basada en el mismo fútbol abierto y ofensivo que nos había hecho disfrutar durante el primer período.
Rubén Castro, cuando aún no se habían alcanzado los diez primeros minutos de la reanudación, quiso pedir sitio en la lucha por el pichichi y volvió a acertar situando un 3-2 que era fiel reflejo a lo vivido hasta el momento.
Pero a partir de ahí se produjo un ligero cambio en la tendencia del choque y la Real se asentó mejor y tomó el mando total de las operaciones.
De nuevo se repitió la historia
Una vez más, y siguiendo con la tónica del partido, serían diez los minutos que tardarían los blanquiazules en lograr el empate definitivo. Sería Zurutuza, de cabeza, quién conseguiría adelantarse a su par para superar a Cobeño y cerrar un partido que tuvo lluvia, en lo meteorológico, y en lo goleador.
Resultado justo en un partido jugado de poder a poder
Al final el Rayo terminó pidiendo la hora, pese a gozar también de sus oportunidades en un tramo final que estuvo repleto de sustos en ambas áreas, pero principalmente en la de Cobeño que estuvo acertado en un par de mano a mano con los peligrosos delanteros realistas.
Reparto de puntos entre Rayo y Real, que deja a ambos con la sensación de haber ganado un buen punto, pero también de haber perdido dos, que por méritos ambos merecieron.
Un sentimiento, una ilusión... ¡aúpa Rayo, aúpa campeón!
