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CRÓNICA

Cádiz 1-0 Rayo Vallecano: Al Rayo se le atragantan el Carnaval y el Cádiz

Los franjirrojos no dieron sensación de poder ganar el partido en ningún momento

Escrito por Sábado, 25 Febrero 2023

    El Rayo perdió ante el Cadiz (1-0) con gol de Sergi Guardiola en la segunda mitad de un partido en el que los vallecanos no estuvieron bien.

    Alvaro García durante un lance del partido ante el CádizAlvaro García durante un lance del partido ante el Cádiz(c) Rayo Vallecano

    Ficha técnica:

    Cádiz C.F. (1): Ledesma, Fali, Alcaraz (A) (San Emeterio, minuto 67), Sobrino (Rada, minuto 77), Theo Bongonda (Iván Alejo, minuto 73), Roger (Choco Lozano, minuto 67), Escalante (A), Guardiola (Ramos, minuto 77), Iza, Espino (A) y Luis Hernández.

    Rayo Vallecano (0): Dimitrievski, Fran Carcía, Catena (A), Lejeune, Balliu, Santi Comesaña (Unai López, minuto 51), Oscar Valentín (Ciss, minuto 67), Isi (Andrés Martín, minuto 77), Alavro García, Camello (Falcao, minuto 77) (A) y Raúl de Tomás (A) (Trejo, minuto 67).

    Arbitro: Muñiz Ruiz.

    VAR: Medié Jiménez.

    Goles: 1-0. Minuto 74. Guardiola.


    CÁDIZ C.F. 1 (Guardiola) - RAYO VALLECANO 0 (-)

    Rayo Vallecano y Cádiz son dos clubes hermanados por sus gentes, esa grada que en Vallecas y en el Nuevo Mirandilla representa el espíritu del fútbol de toda la vida y del sentimiento de dos aficiones que, de otra cosa quizá no, pero de sentimiento van sobradas. Si al componente ‘amigable’ de los aficionados le añadimos el Carnaval gaditano el espectáculo prometía a priori. Pero ahí no quedaba todo, porque con el Cádiz haciendo bien las cosas en casa y con el Rayo brillando lejos de Vallecas, añadíamos más ingredientes al aderezo de una sobremesa en la que sólo estaba permitido disfrutar a la hora del café, la copa y, si apuramos, la siesta.

    Para el disfrute de los cientos de vallecanos desplazados a Cádiz, Iraola decidió dar sabor a los entrantes con la presencia de un Raúl de Tomás que poco a poco va ganando protagonismo. Para hacer hueco a RDT, el de Usurbil daba 'descanso' a Oscar Trejo, porque confía mucho en la aportación de Camello tanto en punta como unos metros por detrás del hombre referencia arriba. El resto fue un 'más de lo mismo', para construir un once inicial que el rayismo ya conoce y recita de memoria.

    A la memoria precisamente había que apelar para evitar errores del pasado. Lo ocurrido el año pasado debía servir como referencia para afrontar un partido tan interesante e importante como el de esta tarde con las máximas garantías. La idea era ser fieles al estilo que nos ha traído hasta aquí, fortaleza defensiva, presión en bloque, juego abierto con llegadas por banda y aprovechar las ocasiones generadas, bien en juego o bien a balón parado, que está dando muchas alegrías a la parroquia franjirroja. Los primeros minutos fueron igualados, con dos equipos aplicados en presionar para evitar que el rival saliera con claridad. Lo hizo mejor el Cádiz, que jugó más tiempo en campo rival, aunque su mayor protagonismo ofensivo no se reflejaba en ocasiones. El Rayo esperaba que pasara la alegría inicial de los gaditanos, hoy vestidos con una indumentaria rara a prueba de gustos de mentalidad abierta, para dar un paso al frente. 

    El Rayo lo intentaba, pero cumplido el primer cuarto de hora no veía aparecer ni a Comesaña en la generación ni a Camello entre líneas. Buscaba en cambio, y con mucha insistencia, la hiperactividad de Raúl de Tomás, que participó en todas las acciones de ataque de su equipo. El delantero tuvo movilidad y trabajó en la gestión de la presión inicial del equipo. Clave ver hasta cuándo le duraría la gasolina a un futbolista que está falto de ritmo de competición. Clave también descubrir si su olfato goleador está intacto y lo pudimos descubrir en el minuto 20, en el que el colegiado anuló el 0-1 por claro fuera de juego del delantero franjirrojo. El ariete estaba en su sitio, aunque debe ajustar su posición (segundo gol que se le anula por fuera de juego). En la misma acción el VAR revisó un agarrón con caída de Catena dentro del área. El veredicto fue que no había penalti y sí fuera de juego. La acción quedó en nada, pero ya fue un primer aviso de las intenciones rayistas.

    Apenas unos minutos después de nuevo iba a ser RDT el que buscara el gol. Un centro de Balliu desde la derecha sería rematado desviado por el jugador del equipo vallecano. El Rayo mejoraba por momentos y, poco a poco, anulaba y rebajaba la presión inicial de los andaluces. Antes de la media hora el partido volvía a estar igualado y con el Rayo sintiendo que todo seguía bajo control y a la espera de una segunda mitad que suele ser sinónimo de mejoría.

    Alvaro no había aparecido en un partido de ritmo lento y trabado por momentos, mientras en el otro extremo Isi Palazón tampoco encontraba espacios para brillar. La primera mitad no sirvió para que la fiesta carnavalera de la grada tuviera continuidad sobre el terreno de juego, con dos equipos que se anulaban y que, más que generar, trabajaban en evitar que el rival generara. Y su trabajo, en los primeros cuarenta y cinco minutos, fue muy  efectivo, aunque Camello, en un balón que andaba sin dueño por la frontal del área golpeó con mucha intención junto al palo derecho de la portería de Ledesma. Así acabó la primera mitad, con todo abierto para que el Rayo y los rayistas confiaran de nuevo en el juego de los suyos en los segundos cuarenta y cinco minutos.

    El Rayo no mejoró en la segunda mitad y el Cádiz se llevó el partido

    Para la segunda mitad los dos técnicos siguieron insistiendo en su idea inicial y, conscientes de lo que estaba por llegar, decidían que los 22 protagonistas debían seguir haciendo su trabajo (todos esperábamos que pudiésemos ver una versión mejorada de su fútbol). Nada más arrancar el Rayo sufría el primer contratiempo del partido. En una disputa de balón Rubén Sobrino golpeaba con los tacos la oreja izquierda de Santi Comesaña. La alarma inicial quedaba en un 'simple' golpe. El gallego fue atendido durante varios minutos en la banda y, tras el pertinente cambio de camiseta, volvía al partido, pero instantes después debía abandonar el terreno de juego. Unai entraba en su lugar. El partido estaba frío, helado más bien.

    El choque seguía siendo igual de flojo, con muchas imprecisiones y poco lucimiento, aunque Guardiola quiso animarlo con una buena acción individual que finalizó con un remate al que reaccionó bien Dimitrievski para evitar el gol del Cádiz. Los de Sergio González volvían a estar más metidos en el partido.

    Después de otros veinte minutos 'tirados a la basura' del análisis futbolístico, intentábamos vislumbrar cualquier atisbo de mejora de un Rayo que seguía sin encontrar el camino para inquietar a Ledesma. Con el partido parado cada dos por tres era difícil tener continuidad, regularidad y ocasiones. Iraola decidió con 25 minutos por delante que había acabado el trabajo de Oscar Valentín en el centro del campo y de RDT en punta, dando entrada a Pathé Ciss y a Trejo, adelantando la posición de Camello.

    En el minuto 70, después de una 'alocada' jugada en la que nadie conseguía controlar el balón con garantías, probó fortuna Unai desde la frontal. Su disparo, centrado, apenas obligó a Ledesma a tener firmeza en las manos y poco más. El partido estaba 'tonto', tan tonto que, en una jugada aparentemente sin nada de peligro, un balón a la espalda de Lejeune, con Catena dudando si ir o no al corte, Guardiola iba a aprovechar para ganar a los defensas y batir a Dimitrievski en el mano a mano. La ley de los 'ex' castigaba a un indolente Rayo que tenía por delante 15 minutos para arreglar lo que no pudo hacer en 75.

    El Carnaval se le estaba atrangantando a un Rayo que buscaba en el banquillo alguna solución de última hora. Falcao y Andrés Martín iban a ser las opciones planteadas por Andoni Iraola para solucionar un problema que iba más allá de hombres concretos y que se centraba en un juego colectivo que brilló por su ausencia en tierras gaditanas.

    El Rayo pidió penalti en un claro empujón sobre Catena dentro del área, pero el colegiado indicó que no era suficiente, una vez más, para señalar la pena máxima y el VAR, que debía estar de carnaval, decidió seguir en silencio para cerrar un partido al que se habían añadido 9 minutos y que tuvo que ser detenido en el alargue porque hubo que atender a un aficionado en la grada. Catena sería expulsado después por doble amarilla y el partido finalizó sin pena ni gloria para un Rayo que vuelve a venir de vacío del Nuevo Mirandilla.


     

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