Había voluntad de salvar al Rayo y se ha conseguido. La fuerza de la voluntad. Un factor que sólo se tiene  en cuenta cuando se juegan partidos a vida o muerte, o cuando se produce esa extraordinaria comunión entre afición y jugadores en los momentos importantes. Normalmente sólo nos acordamos de las tácticas, de si unos u otros son más o menos cracks, o de si ésta u otra decisión del míster ha sido la más acertada.

Por esa regla de tres, lo extra deportivo sólo afecta en momentos puntuales y, por lo tanto, una situación como la que vivía el Rayo Vallecano no tendría que tener una gran influencia en el juego del equipo. Pero ¿es esto cierto? En mi modesta opinión: no –o al menos es lo que quiero pensar.

En el deporte moderno, entre avances tecnológicos, el cada vez más amplio bagaje histórico y la gran cantidad de información de que se dispone, se está intentando sustituir el factor psicológico o emocional por el puramente racional.

Para intentar explicar esto mejor pondré un ejemplo que me parece muy claro: el juego de moda, el poker. Cuando éramos críos veíamos esta práctica como un mero juego de azar en el que ganaba el que tenía más suerte con las caras; sin embargo, hoy en día el poker se conoce como un deporte de “habilidad mental”. Hay jugadores e incluso escuelas que entienden que simplemente con una gran destreza con los números es posible ganar siempre. Del mismo modo, cada vez parece más asumido que un club de fútbol con el dinero suficiente como para conseguir a los mejores jugadores y al entrenador más estratega y carismático, ya tiene la Liga ganada. Se cree que se gana con los números.

Sin embargo, ni en el poker ni en el fútbol es así. Es cierto que el dinero es importante (muy importante) y las estadísticas siempre se tienen que tener en cuenta, pero no son garantía de éxito. Igual que en el fútbol, en poker, una cosa son las normas que se pueden aprender y practicar hasta la perfección, y otra cosa es que esto sea suficiente. Dominar las emociones –tanto las propias como las del oponente- puede convertir una mala mano en una jugada ganadora, aún en contra de todas las estadísticas. La técnica es necesaria pero los jugadores no son autómatas que ni sienten ni padecen. La fortaleza y control mental es una habilidad que hay que trabajar tanto como el cálculo de probabilidades o la práctica desde el tiro de penaltis.

Por lo tanto, ¿es posible que la situación administrativa del Rayo Vallecano haya afectado al resultado deportivo del club? Sí, lo es. Un momento como el que estaba atravesando “la mano que da de comer” no puede dejar indiferente a nadie, aunque ni siquiera se sea consciente de ello.

Puede que el Rayo no tenga un equipo como para ganar las World Series of Poker pero tampoco es normal que hace unos meses estuviéramos pensando en Europa y ahora estemos hablando de descenso. La firma del convenio de acreedores debería ser para el equipo como haber fichado al mejor jugador del mundo. La Liga, señores, empieza ahora.