Ficha técnica:

Rayo Vallecano (1): Rubén, Tito (A) (Arbilla min. 58), Gálvez, Zé Castro, Rat, Saúl (A), Trashorras (A), Bueno, Rochina (Baena min.86), Falque y Larrivey (Longo min. 73).

Valencia (0):Diego Alves, Barragán (AA), Mathieu, Senderos, Bernat, Keita, Portu (A)(V. Araujo min.69), Míchel (Jonas min.56), Feghouli, VargasJoao Pereira min.85) y Paco Alcácer.

Arbitro: Clos Gómez.

Goles: 1-0. Minuto 60. Larrivey.

El Rayo Vallecano dio un paso al frente en su dramática lucha por mantenerse con vida en Primera División y lo hizo venciendo a un Valencia que equivocó el concepto del fútbol en Vallecas y que salió justamente derrotado en una noche de emociones y ambiente vibrante.

El conjunto vallecano partía con varias novedades en su once y con un equilibrio que a lo largo de la temporada se le había negado. Los centrales eran centrales, los centrocampistas hacían su trabajo y se dedicaban a lo suyo y los delanteros, aun con la ausencia de Jonathan Viera, metieron presión, fueron verticales y se dejaron el alma en cada balón. El resultado, con la conjunción de todo ello, no podía ser otro que la victoria.

Enfrente se plantó el Valencia de Juan Antonio Pizzi, que debió visionar durante horas el anterior partido del Rayo ante el Sevilla y que intentó emular a los andaluces para arrancar un resultado positivo. Pero hoy no. Ni el Valencia es el Sevilla, ni el Rayo fue tan permisivo como hace siete días. Los valencianistas iniciaron demasiadas jugadas con lanzamientos largos de Diego Alves y su centro del campo se las veía y se las deseaba, sin Parejo ni Javi Fuego, para contener la presión asfixiante de los locales. El fútbol rácano e indigno de un equipo grande, al menos sobre el papel, y con aspiraciones europeas, quedó a merced de un Rayo que sacó a relucir todo su orgullo para desnivelar la balanza.

El partido fue vibrante de principio a fin. Alcacer estrelló un balón en la madera de la portería de Rubén, en la ocasión más clara de los valencianos en todo el encuentro, y a renglón seguido le contestó Larrivey, héroe de la noche, con otro lanzamiento a la madera de la portería de Alves. Había transcurrido un primer cuarto de hora en el que ambos equipos intentaban llegar al área contraria, aunque por caminos diferentes. El Rayo iniciaba desde atrás, tocaba el balón como de costumbre y buscaba los huecos para sorprender a los centrales Senderos y Matthieu. El Valencia en cambio era más vertical y no dudaba en los lanzamientos largos poniendo a prueba a Zé Castro y Gálvez, que estuvieron soberbios durante todo el encuentro.

Una vez superados los primeros veinte minutos, el Rayo se hizo dueño absoluto de la situación. Larrivey en dos ocasiones, con un remate que pasó junto al palo de la portería de Alves y un cabezazo que tampoco encontró puerta, siguió buscando el gol que tampoco encontraría Alberto Bueno, cuyo disparo cruzado también salía fuera por poco. El Rayo era mejor, dominaba el ritmo del partido, creaba más ocasiones de peligro y se sentía cómodo en un enfrentamiento que se resolvería en la segunda mitad.

El partido marchaba bien para los intereses de un Rayo necesitado de los tres puntos. La grada, enchufada desde el principio, creaba el ambiente de las grandes ocasiones y los jugadores se metían en el papel de ‘gladiadores’. Cada balón dividido, cada cuerpo a cuerpo, era resuelto con una ovación de una afición que supo entender y agradecer el esfuerzo de los suyos. Rochina peleaba, le ayudaba Saúl en el centro, los centrales achicaban balones con suficiencia, Larrivey y Bueno apretaban arriba, la máquina estaba engrasada y se dejó notar.

Gálvez, con un lanzamiento de falta, estuvo cerca de abrir el marcador, encontrándose con una gran intervención del meta brasileño Alves, sin duda el jugador más destacado de los ‘che’ esta noche, que nada pudo hacer ante el certero remate de cabeza de Larrivey. Rat, una vez más, cumplidor y sobrio en la banda izquierda, puso un gran centro al segundo palo y el delantero argentino, aclamado por la afición franjirroja, acertó para poner justicia en el marcador.

En ese momento, el Valencia se dio cuenta de su grave error e intentó corregirlo sin demasiado éxito. Venir a Vallecas a pegar balonazos arriba en busca del fallo de la defensa local no siempre tiene recompensa y, hoy, para los intereses del Rayo, las cosas fueron muy diferentes. En la última media hora, el conjunto levantino adelantó algunos metros su posición, buscó tocar más el balón y ser más incisivo de mitad de campo para arriba y, salvo en los minutos finales, evitó en la medida de lo posible los ‘balonazos’ en largo. Cuando esto sucedía, la defensa rayista estuvo impecable, ayudando a las fulgurantes salidas por banda de Falque y Rochina, que se movieron entre líneas y que buscaron el desborde, poniendo en serias dificultades a un frustrante y frustrado Valencia.

Ante los intentos de los valencianos, el Rayo imprimió velocidad a sus acciones, dejando el partido casi sentenciado cuando Barragán veía su segunda cartulina amarilla y dejaba a los suyos en inferioridad. Los últimos intentos de los valencianos no harían variar el rumbo de un partido que insufla una inmensa bocanada de aire fresco a un equipo necesitado de confianza.