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Imagen de Segunda contra un Villarreal de primera

Escrito por Lunes, 06 Enero 2014

    El Rayo Vallecano cayó goleado en su primer encuentro de 2014 ante un Villarreal que supo leer el partido y que aprovechó con contundencia las facilidades de un equipo que sigue sin encontrar el rumbo de la salvación.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Cobeño, Tito (Mojica, minuto 45)(A), Gálvez, Rodri (A), Nacho, Trashorras (A), Adrián (Nery Castillo, minuto 45), Saúl, Lass, Jonathan Viera y Bueno (Embarba, minuto 65).

    Villarreal (5):Asenjo, Mario, Musacchio, Dorado (Pantic, minuto 55), Jaume, Costa, Pina (A), Trigueros, Moi Gómez (Bruno, minuto 71), Hernán Pérez (Aquino, minuto 4), Uche y Perbet (A).

    Arbitro: Hernández Hernández.

    Goles: 0-1. Minuto 10. Uche; 0-2. Minuto 11. Perbet; 0-3. Minuto 41. Perbet; 0-4. Minuto 54. Uche; 0-5. Minuto 63. Uche; 1-5. Minuto 65. Nery Castillo; 2-5. Minuto 89. Nery Castillo, de penalti.


    El Rayo agotó esta noche las últimas gotas de crédito que todavía le quedaban. Ya no hay excusas, ni razones, se acabó el mensaje de pulir los pequeños errores que tanto cuestan, se acabaron las razones de la posesión y el dominio, del buen juego. Se acabó. El correctivo sufrido por el Rayo en el estreno de 2014 deja muy malas sensaciones en el seno de un equipo que, ante un equipo serio y con armas como el Villarreal, ofreció durante bastantes minutos facilidades que le muestran el camino de Segunda División.

    Jémez ya no encuentra la manera de hacer reaccionar a los suyos. Retrasar la posición de Trashorras y jugar con un 'tri-bote' formado por el gallego, Adrián y Saúl, lejos de dar claridad de ideas, demostró las carencias del equipo en la creación de fútbol. La apuesta en el centro de la zaga, dando entrada al inédito Rodri o el intento de cambio de tendencia dando la alternativa a Cobeño bajo palos, en lugar de dar consistencia, provocó más dudas y miedos en una línea defensiva que, con cada llegada del Villarreal, hacía temblar los cimientos de un Estadio que, pese a la que cayó sobre sus espaldas, demostró una vez más no solo tener una afición de Primera, sino de Champions. El contraste entre lo que sucede dentro del terreno de juego y lo de fuera es insultante a día de hoy. Y todo pese al empeño de la liga y las televisiones de echar a la gente de las gradas, porque la idea de situar este partido el día de Reyes, a las diez de la noche, es de tener muy pocas luces. Sin mayor acritud.

    Futbolísticamente, el partido entre Rayo y Villarreal solo duró hasta que los castellonenses quisieron. El Rayo arrancó bien, tuvo llegada y criterio, manejó los tiempos y quiso ser dominador. Gálvez estrelló un lanzamiento en el larguero. Si a esta ocasión sumamos un nuevo golpeo contra el poste de Jonathan Viera y varios balones en el área que no encontraron rematador, una buena mano de Asenjo y algún que otro remate lejano que quiso convertirse en gol, pero que se quedó en el intento, cualquier otro equipo estaría celebrando tres puntos, cualquier equipo menos el Rayo. Esta es la realidad. El Villarreal llegó dos veces y marcó dos goles. Llegó una tercera y poco después acertó de nuevo. La pegada de los amarillos era bestial, la endeblez defensiva de los franjirrojos escandalosa y el marcador, fiel reflejo de las diferencias existentes a estas alturas entre casi todos los equipos de la liga y este Rayo.

    El conjunto franjirrojo tiene un juego tan previsible como poco efectivo. El 'marrón' con el que se encuentran los defensores con cada balón que les llega desde el centro, o desde los costados o desde la portería para iniciar el juego, es directamente proporcional a las facilidades que se encuentran los rivales a la hora de generar y convertir sus ocasiones de gol.

    Nery Castillo maquilló el resultado en la recta final del choque

    Los cambios al descanso en el Rayo tampoco mejoraron ni la efectividad ni la imagen, aunque sí el resultado final. El balón era propiedad del Rayo, pero como casi siempre, en zonas donde se crea más peligro propio que daño al contrario. De ello se aprovecharía Uche para lograr otros dos goles más, que sumados al anotado en la primera mitad, y a los dos conseguidos por Perbet, redondeaban un 0-5 que hacía demasiado daño a la moral de un equipo que había visualizado mentalmente una recuperación que no se produciría.

    Gálvez vio como le anulaban un gol por fuera de juego y Nery Castillo, que entró en sustitución de Adrián en el descanso, se encargó de lograr los dos tantos que maquillarían un resultado que jamás peligró para un Villarreal con empaque de equipo de potencial suficiente para luchar por puestos de gloria en esta liga.

    Lo mejor una vez más, la respuesta de una grada que a pesar de la goleada siguió cantando y animando a su equipo, pese al 'run run' de fondo que acompañaba a cada acción de un Cobeño que, en su vuelta a la titularidad, volvía a encajar una dolorosa goleada.

    El jueves, cambio de 'chip', porque llega la copa, pero con la mente puesta en el difícil panorama que se presenta en liga.

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