PUBLICIDAD

El Rayo se sitúa colista a ritmo de goleada

Escrito por Miércoles, 25 Septiembre 2013

    Una nueva goleada (4-1) deja al Rayo Vallecano colista de Primera División y con la sensación de ser incapaz de remontar el vuelo. El Sevilla, sin hacer nada especial, derrotó a los vallecanos que terminaron con nueve.


    Ficha técnica:

    Sevilla F.C. (4): Beto, Coke, Cala (A), Pareja, M'Bia, Alberto Moreno, Jairo (Rabello, minuto 76), Rakitic, Marko Marin (A) (Bacca, minuto 70), Cheryshev (Trochowsky,, minuto 15) (A) y Gameiro.

    Rayo Vallecano (1): Rubén, Arbilla (A), Saúl (A), Adrián, Gálvez (A)(A), Baena (Larrivey, minuto 72), Trashorras, Bueno (Seba, minuto 72), Mojica (A), Jonathan Viera (R) y Lass (A).

    Arbitro: Mateu Lahoz.

    Goles: 1-0. Minuto 15. Rakitic, de penalti; 2-0. Minuto 53. Rakitic; 2-1. Minuto 54. Adrián; 3-1. Minuto 80. Bacca; 4-1. Minuto 87. Bacca.


    Hablar de inmerecida goleada, de méritos para haber logrado algo más o de exagerado marcador, cuando terminas un partido con nueve jugadores y cuatro goles en contra, es algo difícil de razonar. Que el Rayo se sitúe colista tiene una explicación evidente, veinte goles en contra. Ese es el número perverso que hunde las aspiraciones de un equipo que quiere jugar como el año pasado y que quiere sorprender como el año pasado, pero que no sabe cómo hacerlo.

    La posesión del balón rayista no sirve para nada si no hay llegadas al área con peligro, si cada acción termina en despeje del rival o con una pérdida, si cada intento se queda en un sinfín de pases que no hacen daño. Y la teoría, válida si fuera más creativa y efectiva, queda en 'agua de borrajas' si los rivales aciertan nada más llegar a tu portería. Ese sería el resumen de una nueva derrota del Rayo Vallecano, y van cinco en seis jornadas. Pese a todo, y aunque el marcador no lo refleje, el Rayo tuvo sus opciones y metió presión a un Sevilla que necesitaba poco para sentirse agobiado.

    De partida Paco Jémez, buscando la valentía que pregonó en las horas previas al choque en el Pizjuán, levantó el 'castigo' a Lass, le devolvió la confianza y le dio una oportunidad para reivindicarse tras dos jornadas fuera del equipo por sanción. También apostó por Adrián, que eternamente solicita oportunidades y que casi nunca es capaz de aprovecharlas y volvió a confiar en Mojica, nueva exhibición física la del colombiano, y en Saúl para el centro de la defensa.

    Con nuevos mimbres, apoyados en la supuesta consistencia de Baena y en la creatividad de Trashorras, el Rayo intentó en Sevilla hundir a su rival y reivindicar su fútbol de toque, peligroso y desesperante cuando Adrián y Gálvez se complican regalando una ocasión de peligro al equipo rival o cuando, con la presión de un contrario, Rubén se empeña en tocar en corto para, arriesgando, poner el corazón del rayismo en vilo. Riesgos que ofrecen poco beneficio y que, en cambio, reportan demasiados sustos. Como el de Arbilla, inocentemente agarrando a Coke dentro del área delante del colegiado Mateu Lahoz. No dudó en señalar penalti, Coke tampoco tuvo duda en celebrarlo con rabia. Rakitic acertaba y el Rayo, sin haber generado nada, ya perdía una vez más.

    Habían transcurrido veinte minutos y entonces fue cuando el cuadro franjirrojo, hoy vestido con su tercera indumentaria, se empezó a estirar buscando el área del portugués Beto, que hasta el momento había vivido plácidamente el devenir de un choque que todavía le tendría que deparar algún susto y muchas más alegrías. Adrián pidió penalti tras cruzarse con el lateral Alberto Moreno, mientras Mojica realizaba el primer disparo a portería desde la frontal (minuto 25). No debemos pasar por alto el arbitraje de un Mateu Lahoz demasiado empeñado en que el Rayo no tuviera opciones. Dejó jugar cuando no debía y mostró tarjetas a los vallecanos mientras señalaba todo lo que le venía bien al Sevilla. Ninguna excusa, únicamente un inciso.

    Rubén también quiso sumarse a la fiesta de despropósitos que vivió el cuadro de Jémez en la primera mitad y, midiendo mal en la salida, habilitó a un Gameiro que no tuvo su noche. El Rayo no surtía de balones a Bueno, Jonathan Viera estaba desaparecido, Lass también, Trashorras se diluía tras haber arrancado con ganas y Adrián se perdía en la maraña defensiva de los de Emery, que salvaba momentáneamente, y sin brillo, la cabeza.

    Dos expulsiones y tres goles en contra pese a jugar mejor

    Las paradojas del fútbol se vieron en la segunda mitad del encuentro de esta noche. El Rayo salió convencido de poder dar la vuelta al marcador -quizá pensando en que era difícil igualar o empeorar lo realizado en la primera mitad-, pero Rakitic, con un gran lanzamiento de falta directa, se encargó de cerrar la puerta a la esperanza de los rayistas que, ante la adversidad, siguieron intentándolo. Adrián se encontraría en su camino con un disparo de Viera y el centrocampista, oportuno, envió el esférico tras remate de cabeza lejos del alcance de Beto. Apenas había transcurrido un minuto desde el 2-0 y el Rayo se metía de lleno en el partido y creía en la remontada. Pero esta no llegaría.

    Adrián remataría mal, con la portería vacía, un difícil envío de Lass tras gran acción de ataque franjirroja y Gálvez, con una innecesaria falta fuera de su zona, dejaría a su equipo con diez hombres al recibir la segunda cartulina amarilla. En la banda, Larrivey se lamentaba al comprobar que esta acción frustraba su inminente irrupción en el partido.

    El Rayo siguió intentándolo y su juego fue mejor que el del rival que, sin balón, se limitó a esperar los errores y los huecos de la defensa vallecana para dinamitar definitivamente el encuentro. Saúl salvaba bajo palos un remate de Gameiro, que se escapaba de un Baena reconvertido a central y que estrellaba el balón en el cuerpo de Rubén, para desesperación de su hinchada. Pero ahí no acabarían las opciones sevillistas de lavar su cara. Una recuperación de M'Bia en el centro del campo habilitó a Gameiro que, con generosidad, cedió a Bacca para que a placer hiciera el 3-1.

    Ya en los instantes finales, y con el partido totalmente roto tras la expulsión de Jonathan Viera por tarjeta roja directa (dio una patada por detrás a M'Bia sin opción de jugar el balón), el Sevilla cerró su 'festín' goleador con otro tanto de Bacca, tras recoger un rechace del larguero.

    El Rayo recibía una nueva goleada, y van cuatro en seis partidos, y se sitúa colista con una diferencia de goles de -15 (cinco a favor y veinte en contra).

    El sábado, en Mestalla, una nueva oportunidad para levantar el vuelo en un partido en el que no podrán participar ni Gálvez ni Jonathan Viera -cedido por el conjunto levantino hasta final de temporada-.

    Escúchanos aquí

    SÍGUENOS EN TWITTER

    Ultimo partido