Cádiz y Rayo Vallecano empataron en un partido en el que brillaron más las aficiones que los equipos sobre el terreno de juego. Los de Míchel siguen acumulando jornadas sin perder y, además, en esta ocasión, con portería a cero para afianzar sus opciones de luchar por los puestos de privilegio de Segunda. El conjunto de Vallecas empieza a echar de menos la predominante presencia de un Oscar Trejo menos brillante que en el arranque liguero y la de un goleador que garantice un número importante de goles. De Tomás todavía no aporta esta faceta.

El duelo ante los gaditanos volvió a deparar una alineación continuista en la que nada se mueve. La lista de convocados deparó sorpresas en forma de ausencias significativas, pero la formación inicial fue un calco de lo que el técnico está ofreciendo jornada a jornada. Fran Beltrán es el jefe del centro del campo, no hay discusión, Alex Moreno y Baiano los dueños de las bandas, mientras Unai desubicado, Embarba menos activo, Trejo menos señorial y Comesaña con destellos, conformaron un equipo en el que también hubo sombras tanto en defensa como en ataque. Los espacios más oscuros de este equipo tienen nombre propio, por un lado está Dorado y por otro De Tomás. El central asegura a lo largo de las jornadas un alto número de errores, dudas y desconciertos que le convertirán, probablemente, en el próximo damnificado, mientras que el delantero aún no ha hecho olvidar de manera definitiva a un Javi Guerra que pronto volverá a contar para el técnico y que también estaba muy lejos de su mejor versión antes de la lesión.

Así las cosas, el partido ante el Cádiz arrancó con igualdad y con dos equipos jugando a un fútbol completamente distinto. Los franjirrojos amasaban cada jugada, la alargaban, mantenían el balón, lo movían de lado a lado y buscaban imponerse a base de "aburrir" a un Cádiz que quiso imprimir velocidad a cada una de sus jugadas de ataque. El primer cuarto de hora se esfumó sin ocasiones. A partir de ahí se abriría el partido y, siempre con el dominio territorial de los de Vallecas, empezaron a generarse ocasiones de gol. El primer lanzamiento a puerta correría a cargo de Unai, hoy de nuevo volcado a un costado. Posteriormente contestaría Salvi con un balón que, tras tocar en Alex Moreno, acabaría estrellándose en el larguero de la portería de Alberto. De Tomás también lo intentó a la media hora de juego, pero la mejor ocasión de los locales llegaría tras un tremendo error de Dorado aprovechado por Barral para encarar a Alberto y buscar un disparo abortado por el oportunismo y la gran reacción de un Velázquez que salvaría a su compañero de zaga. Dorado mal, Velázquez espléndido. La primera mitad finalizaría con un par de indecisiones de los vallecanos en zona defensiva.

En el segundo período las cosas siguieron funcionando de la misma manera, el Rayo manejaba el balón y el Cádiz, cada vez con menos convicción, generaba las ocasiones de gol. El primero sería Alvaro, con un lanzamiento al lateral de la red tras superar a Alberto en su salida. Los gaditanos avisaban y ponían en alerta a un Míchel que decidía cambiar de estrategia sacando del partido a De Tomás y dando entrada a Diego Aguirre. Este movimiento táctico provocaba varios cambios de posición, con Unai centrándose y Oscar Trejo avanzando metros para situarse más cerca de la frontal del área.

El juego del Rayo era demasiado previsible, poco profundo y sin apenas mordiente, pero con el paso de los minutos ganaría en consistencia con el repliegue de un rival que acusó el cansancio y pareció conformarse con el empate. Fran Beltrán remató cerca de la portería de Cifuentes, Unai buscó un lanzamiento cruzado que tampoco encontró puerta y Comesaña marcó, aunque el tanto sería anulado por claro fuera de juego del centrocampista gallego. El conjunto de Míchel movía con criterio el balón, buscaba los cambios de orientación y, con la entrada de Chori Domínguez, intentó que la combinación Trejo-Chori permitiera a los franjirrojos inquietar la portería de un Cádiz que se defendió con orden para mantener una igualdad que ya no se rompería, otorgando un punto a cada "hermano" en un día festivo para las aficiones de ambos conjuntos.