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RAYO 1 - ALMERÍA 0. El Rayo suma y sigue

El Rayo recupera su fortaleza en Vallecas

Los de Vallecas aprovecharon el solitario gol de Comesaña para derrotar a un Almería que no le perdió la cara al partido

Escrito por Jueves, 12 Octubre 2017

    El Rayo Vallecano derrotó al Almería (1-0) en un partido en el que jugó mejor cuando hubo igualdad numérica. La expulsión de Morcillo antes del descanso y la de Pozo al final del partido coartaron a un Almería que aguantó bien defensivamente.

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (1): Alberto, Baiano, Dorado, Velázquez, Akieme, Comesaña (Manucho, minuto 56), Fran Beltrán, Unai López (A) (Diego Aguirre, minuto 88), Embarba (A), Trejo y Raúl de Tomás (Chori Domínguez, minuto 65).

    Almería (0): René, Fran (Fidel, minuto 82), Owona, Morcillo (R), Nano (A), Mandi, Verza, Pozo (A)(A), Nauzet Alemán (Joaquín, minuto 46), Estupiñán (Alcaraz, minuto 60) y Caballero.

    Arbitro: Pulido Santana.

    Goles: 1-0. Minuto 53. Comesaña.


    El Rayo Vallecano sigue su camino ascendente y, aparte de los goles del pasado fin de semana ante el Valladolid, también aporta fiabilidad ante rivales como el Almería, que llegan a Vallecas a hacer partidos correosos, disputados, tensos y con pocos espacios. El conjunto vallecano, que tan solo presentó la variante inicial de Aki en el lateral izquierdo en detrimento de Alex Moreno, disputó una gran primera mitad, maniatando a su rival, dejándole sin opciones y generando peligro con llegadas constantes y con remates que bien pudieron suponer una ventaja que los franjirrojos no lograrían hasta la segunda mitad.

    Míchel pidió a los suyos que mantuvieran un ritmo alto de partido, que se volcaran en la recuperación de balón tras pérdida y que aprovecharan su calidad para ganar duelos en banda y proponer opciones de remate a Raúl de Tomás. Si a esto, que el equipo lo ejecutó a la perfección durante la primera parte, le sumamos la calidad de Oscar Trejo, capaz de inventar de la nada una jugada de peligro, y la insistencia de Adrián Embarba, presente en casi todas las acciones de ataque del equipo, el resultado no podía ser otro que la victoria. Para potenciar las armas vallecanas, Santi Comesaña se ofrecía, trabajaba con insistencia la banda, y ofrecía alternativas a Fran Beltrán por el centro. Todo parecía funcionar según lo previsto.

    El Rayo gozó de varias ocasiones claras sin acertar con la portería de un René que tuvo que emplearse a fondo para evitar un remate en el primer palo de Raúl de Tomás y otro disparo lejano que paso cerca del larguero. El Rayo dominaba, proponía y superaba a un rival que lo dejaba todo a la creatividad de un Pozo que sería, de largo, el jugador más incisivo y peligroso de los andaluces.

    El partido no se desatascaba y el Rayo parecía entender que el desenlace tenía que llegar en la continuación, circunstancia que se vería potenciada gracias a una de las claves del encuentro. Un balón largo para la carrera de Oscar Trejo propiciaría la expulsión de Morcillo, que derribó al argentino cuando se disponía a encarar con ventaja al portero almeriense. La roja directa para el ex jugador del Rayo provocó que Ramis tuviera que 'remover' el equipo rebajando su limitada presencia ofensiva para recomponer su maltrecha defensa.

    Con la ventaja numérica y con el gol de Comesaña logrado en el 53 sin que apenas hubiera pasado mucho más en el partido desde el descanso, el Rayo pareció encarrilar un choque que sería menos vistoso desde entonces. Las continuas faltas y cortes de ritmo de los andaluces, una ligera indefinición de estilo del Rayo, que dio entrada a Manucho para aprovechar su fortaleza en el área y a Chori para jugar entre líneas, y la presión algo más acusada del Almería, llevó el partido a una situación inesperada. El choque se niveló por momentos y, aunque sin generar peligro, el 1-0 tampoco invitaba a demasiadas alegrías.

    Pese a todo, el Rayo gozó de varias ocasiones para haber redondeado el marcador, pero su falta de acierto mantuvo con vida a un Almería que diría definitivamente adiós a cualquier opción de empate cuando el colegiado expulsaba a Pozo a falta de seis minutos para el final por doble cartulina amarilla. Desde ese momento poco más sucedería sobre el césped de un Estadio de Vallecas que parece recobrar de nuevo la fortaleza y consistencia que durante algún tiempo pareció perder, elevando al Rayo a posiciones y situaciones añoradas por su afición. Tres puntos separan al Rayo del líder de una Segunda División que es una categoría de locos.

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